¡Señor, si, Señor! || Larry Stylinson (en proceso de edición)

Epílogo: Mamá

Louis.

Con motivo de celebración del primer partido de fútbol entre todos: Desmond, Morti, Holt, Anne, yo y en especial Harry que era la figura especial, hicimos un picnic en la casa de los Styles, la cuál era bastante grande. Con un patio espléndido y una piscina, que ya estaba vacía porque hacía un poco de frío para la época.

El partido de fútbol fue emocionante, nos reímos, nos caímos, en especial yo que doy asco para los deportes y tengo que  mencionar que Harry hizo abuso de poder por sus conocimientos e hizo varias jugadas en las cuáles me derribó legalmente.

Maldito aficionado.

El almuerzo estuvo espectacular. Anne, la mamá de Harry, cocina como los dioses. En realidad Josh no exagerada cuando me contaba que su mamá era la mejor en la cocina.

Morti y Holt terminaron saliendo en más citas hasta que Morti fue la que rompió el hielo, preguntándole a Holt si estaba de acuerdo en que las cosas avanzaran. Holt es más lento que una tortuga.

Y hoy es su primera cita oficial como novios. Claro que no lo han gritado a los cuatro vientos, pero yo lo sabía porque Morti me lo cuenta absolutamente todo.

Papá llama todas las noches como prometió que lo haría y viene a verme y a almorzar los sábados. Él y Desmond se reencuentran y hablan horas y horas de los viejos tiempos de la adolescencia.

—Terminé agotadísima.— comenta Morti tirándose en el pasto.

—Ni que lo digas, necesito pulmones nuevos. Y creo que rodillas también.— miro mis rodillas rapadas por tantas caídas.

—Oh vamos, Tomlinson, has tenido mejores caídas haciendo flexiones.— se burla Holt, tirándose a la par de Morti.

—Callate bobo. Jugando al fútbol  das más asco que nosotros dos juntos.

Si, él y yo nos llevamos fatal como de costumbre.

—Dejen de pelear, parecen niños.— dice Harry llegando a donde nosotros. — Louis, necesito que me acompañes a la sala.

—Está bien.

—No se demoren, o sabré que es lo que están haciendo.— se burla Morti.

Los dos reímos casi nervisos. La verdad es que varias veces hemos aprovechado momentos para irnos y tener intimidad de la buena. La adrenalina nos excita.

Pero ésta vez no parece ser nada pervertido.

Al llegar a la sala él me sienta en el sofá y me mira fijamente.

—No quiero que te enojes por esto.

—¿Enojarme?

Él mira hacia la puerta de entrada.— Geraldine, puedes pasar.

¿¿¿¿Geraldine????

Miro a Harry agitado.—¿Harry qué...?

—Tu padre y yo creemos que es tiempo de que esto ocurra.

Me giro a verla. Los años si  que le han pasado por encima, pero aún sigue teniendo buen gusto para vestirse, su pelo largo castaño como el mío. Está ahí parada sin decir nada. Sólo mirándome de arriba a bajo.

—Les voy a dejar a  solas para que charlen.

Trato de detener a Harry pero el se acerca y me susurra al oído: — sólo inténtalo. Estaré en la cocina por si me necesitas, sólo respira con calma.

Él se va y me deja con ella a solas. No sé ni que decir y ella tampoco. Estamos inmóviles mirándonos.

—Estas tan cambiada. No es lo mismo verte en persona que verte por foto.