Capítulo 68

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-Te queda muy bien el vestido -Dijo Lauren mientras me veía usarlo y verme al espejo.

-Me quedaba mejor antes.

-Puedes verte igual de bien, pero ya no comes.

-No tengo hambre.

-Come sin hambre.

Me miraba al espejo de arriba abajo, era largo, suelto, liso, rojo manzana, mi piel lucía más blanca a lado de este color, me di la media vuelta, me imaginé por un momento a mí, en la pista, bailando ¿Pero con quién?

-¿Ya le dijiste a Anthony? -preguntó Lauren.

-No

-¿Por qué no?

-No quiero saber más de él.

-¿Qué sucedió?

-Debe ser feliz... con Alanna.

-¡Ay no! Pero si estos hombres ¿Es casado también?

-No, solo que, de tonta yo fui a la clínica a verlo, y estaba Marina, su enfermera, se le salió contarme sobre Alanna, que había ido a discutir con él, era su novia.

-¡Y tendrá mucho qué discutir! ¡Ya dos noches que pasa contigo!

-Espero no ser yo el motivo, por eso quiero alejarme.

-¿Te duele?

-Me duele, pero esto no es para mí, no sé porque quiero a veces imaginarme una vida diferente, yo lo quería ¿sabes? Tú me dijiste como podía diferenciar el sentir amor y estoy casi segura que lo sentía a su lado, cuando me abrazaba, cuando estuve en su casa, yo casi me imaginaba en la posibilidad de que si fuera todo esto para mí, pero la verdad es que, hay cosas que ya no puedo, me es difícil recibir una caricia, porque aunque sea suave, me duele por los estragos del pasado, no puedo besar, porque siento brotar la sangre, no puedo desvestirme porque siento que alguien vendrá a lastimarme y nadie debe lidiar con cosas como esas, soy un costal de carga para todo aquel que por alguna razón quiera pasar su vida conmigo, yo debo quedarme sola.

-Pronto nos iremos, Danny, ya solo falta poco -dijo Lauren. Asentí con la cabeza.

Los días pasaban como agua en los dedos, dejé de responderle las llamadas a Anthony, ojalá, Marina le haya dicho lo que me contó, todo estaba tranquilo que asustaba, nadie que me hiciera algún mal comentario o alguna grosería. Ya a escasos días del baile antes de la graduación, quería pensar en ello, más que en todo lo demás, sentía mucho peso en los hombros, pero casi soy libre, podré ir a un hospital, después irme de acá como lo planeo, pero... Elrond, le debo una respuesta, no quiero decirle que no, ha hecho tanto por mí que no puedo tirarle las cosas.

Era un miércoles, bajé a mi mismo sitio de estacionamiento al salir de la facultad, el coché de Anthony estaba tras mío, me vio y en seguida bajo.

-No me contestas, me ignoras, ni siquiera sé si estás bien, fui a tu casa hace dos días y Simon dijo que le diste órdenes de no dejarme pasar ¿Qué sucede contigo, Dannielle?

-¿Qué sucede conmigo? ¿Es en serio tu pregunta? De verdad ¿Yo debo responder lo que quiero cuando no fuiste honesto conmigo?

-¿De qué hablas?

-De Alanna -su semblante cambió.

-Marina, te lo dijo Marina ¿Sí?

-Tú lo has dicho.

-Danny, Alanna es..

-Tu novia -interrumpí.

-No, bueno... no, ya no lo es, lo fue, pero no ya no, ya acabó, se lo he dejado en claro.

No me llames locaWhere stories live. Discover now