Capítulo 40

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Tan pronto como Shen Jiayan se transfirió, su visión se oscureció, y parece que se cubrió con una túnica gris de monje. La túnica de monje estaba saturada de la débil fragancia del sándalo, oliendo inesperadamente bien.

Shen Jiayan se quitó nerviosamente la ropa que le cubría la cara e inmediatamente vio a Fan Yin de pie frente a él.

Sus rasgos faciales eran exquisitos y gentiles, el temperamento de su cuerpo era tan elegante como una flor de loto. Se limitó a permanecer allí tranquilamente, sin grandes olas en sus ojos. Era como una pintura a tinta de montañas y ríos con un sombreado apropiado, añadido con un toque de color y un poco menos de luz.

Los ojos claros como el agua de Fan Yin lo miraron: "¿Estás en serios problemas?"

Shen Jiayan dudó un segundo antes de saltar y abrazar a Fan Yin. Su cuerpo temblaba, "Tengo miedo, tengo mucho miedo, hay tantos de ellos——"

Fan Yin nunca había estado tan cerca de la gente. Además, la persona a la que abrazaba tenía la ropa desaliñada, la piel caliente presionando contra su propia ropa, no cumplía invariablemente con las normas establecidas.

Fan Yin quiso extender la mano y apartar a la persona que tenía abrazada, pero detuvo su acción cuando la sintió temblar.

La mano de Fan Yin se detuvo torpemente en el aire, no supo qué hacer por un momento. Finalmente, se posó suavemente en la espalda de Shen Jiayan, haciendo un movimiento de palmaditas poco natural durante un par de veces. "Bueno, se fueron."

Shen Jiayan hizo oídos sordos a lo que dijo, simplemente se metió persistentemente en el abrazo de Fan Yin. Las ropas de monje que Fan Yin le había puesto se deslizaron un poco hacia abajo y dejaron al descubierto la piel blanca como la nieve de su interior, con marcas rojas que quedaban de la lucha de hace un momento; además, había una pequeña marca de nacimiento roja en medio de su omóplato.

Los lóbulos de las orejas de Fan Yin se tiñeron repentinamente de rojo, sin saber si estaba tímido o enfadado, dijo: "Libera primero a este pobre monje."

Shen Jiayan no estaba seguro de si estaba realmente enfadado o no. Soltó sus manos obedientemente, sus ojos brillaban con lágrimas residuales. Inclinó la cabeza y dijo: "Sé que tengo un estatus bajo. Naturalmente, no pude entrar en los ojos de Guo Shi. No es una sorpresa que Guo Shi."

Cuando habló, retorció fuertemente sus dedos, agarrándolos hasta que apareció una marca roja.

Las ropas de Shen Jiayan estaban completamente desgarradas y desordenadas, habiendo perdido ya hace tiempo la función de cobertura. Esa piel blanca como la nieve deslumbraba a los ojos, parecía que si no estuviera aquí hoy, es muy probable que sin importar quién fuera, perdería la racionalidad y se abalanzaría.

Por el contrario, este hombre seguía mostrando una expresión de agravio. Esa mirada sólo hacía que la gente quisiera intimidarle sin piedad, y sería mejor intimidarle hasta que derramara lágrimas———

Fan Yin se dio cuenta de repente de la clase de pensamientos horribles que pasaban por su mente. Recitó internamente algunos mantras budistas, antes de estabilizar su vacilante convicción budista: "A los ojos de este pobre monje, todos los seres vivos son iguales, no hay que ser excesivamente humilde."

Shen Jiayan parpadeó y un torrente de lágrimas rodó por sus mejillas, "Entonces Guo Shi, ¿puedo ser contigo, una lámpara de aceite ante la estatua de Buda y servir a Buda?"

"No puedes." Fan Yin prácticamente lo rechazó. Después de eso, sintió que lo rechazó demasiado apresuradamente, rápidamente añadió después: "Todavía no estás desprendido de las posesiones mundanas y tus seis indriyas no están limpios, eres incapaz de entrar en el budismo."

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