-Serim, creo que me tomaras de a loco, pero... ¿no crees que Ale tienen cierto parecido al príncipe Ma?- Habló Kang sin titubeos, parecía consternado, le era imposible apartar la mirada del chico que rompió el jarrón hace unos cuantos minutos.
Ambos, dirigieron su mirada al más bajito mientas este trataba de enseñarle algunos trucos al pequeño cachorro que deslizaba sus patitas por sobre la alfombra aterciopelada de la estancia.
- Estás loco Minhee, Allen era un extrovertido sin remdio y este mocoso sintió remordimiento por un romper un jarrón, Allen no habría pedido perdón, al contrario, nos hubiera puesto a limpiar apenas tuviera oportunidad, y de paso nos hubiera pedido algún bocadillo para que comiera mientras nos miraba limpiar.
Pero si Serim era completamente sincero, es posible que Minhee tuviera razón, cuando miró a Ale, nuevamente, sintió una extraña conexión, de esa que no había sentido desde hace 8 años, ¿Podría ser...?
La memoria es algo extraña. Sin embargo, ahora la primera imagen que se perfila en su memoria es la de aquel prado. El olor de la hierba, el viento gélido, las crestas de las montañas, el maullido de un gato. Es lo primero que recuerda. Con tanta nitidez que tiene la impresión de que, si alarga la mano, podría ubicarlos uno a uno, con la punta del dedo. Pero ese paisaje está desierto, no había nadie. No estaba Allen, y tampoco estaba él.- ¿Adónde hemos ido? - pensó - ¿Cómo ocurrió una cosa así?- lo cierto es que ya no recordaba mucho el rostro del pequeño niño de cabellos dorados y mejillas preciosas . Todo lo que parecía tener más valor -Él, y su yo de ese entonces - Si lo piensa detenidamente puede revivir la imagen de Allen, pero no estaba seguro si así se miraba. Su manos pequeñas y frías a causa de la temporadas frías en la que se encontraban, su cabello liso, tan bonito y agradable al tacto, sus pómulos prominentes a pesar de tan corta edad, el elegante abrigo de piel y su preciosa voz tan característico, era un agudo de ese que te gustaría recordar para toda la vida, cuando le susurraba en el oído se sentía morir... siempre sentía un corriente eléctrica que lo recorría por todo el cuerpo, y él simplemente le devolvía una sonrisa, escondiendo sus sentimientos en lo más profundo de su ser, le quemaba, pero si eso terminaba alejando a lo más preciado que tenía, prefería callar y dar a entender que no estaba afectado.
Era magnífico recordar, pero también lo ponía melancólico, su primer amor se había esfumado, mucho tiempo buscó y nunca hubo indicio de sus paradero. A estas alturas hacerse ilusiones era lo peor que le pudiera pasar, ya no quiere pasar noches de agonía pura en la que se lamentaba no haber ayudado a la familia real.
- ¿Se encuentra bien? - Preguntó Minhee dirigiéndose al chico rubio que miraba embelesado una de las tantas pinturas de la familia real.
- Yo...creo que si- Ale quedó bastante atónito, no sabía expresar con palabras lo que en ese momento estaba sintiendo, aquellos rostros eran magníficos, jamás había visto a personas tan más hermosas portando elegantes trajes a la medida, si era honesto las expresiones de aquellas personas demostraba enojo y para nada parecían simpáticos, pero aún así, no dejaban de ser bastantes vistosos.
- Son la família real de Samolia, las personas que antes vivían en este palacio - habló el chico de cabello azabache. - Hermosa pintura, no crees - Ale lo miró por el rabillo del ojo y por primera vez se sintió intimidado por tremenda altura del chico, - Claro, son bastante peculiares.
Quedó un momento admirando la pintura y de la nada Ale decidió hablar.
- Son demasiados...
- Claro que lo son. - el que habló ahora fue Serim, mientras quedaba a un lado de su amigo. Parecía más melancólico que de costumbre y eso de inmediato lo notó Minhee y colocó una de sus manos en el hombro del mayor para darle ánimos y que éste no tuviera un crisis.
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El destino real. »● SeLlen. © √ [En Edición]
Historical FictionAllen Ma, un huérfano que desconoce su propia identidad como el príncipe de Samolia, años después de haber perdido a su familia por una terrible condena... regresa al mismo lugar donde posiblemente sus recuerdos se volverían más lúcidos. »○Serim x A...