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❪ ♡ CAPITULO 04⤾꒷꒦꒷ ࿐ྂ ❫
Estaba en una fiesta. La música era alta, pero resonaba en sus odios como si fuera lejana, como si la fiesta estuviese a kilómetros de distancia. Parecía que él era un campo visual que nadie podía ver, porque a pesar de estar llamando la atención, nadie podía escucharlo. No podían siquiera verlo.
Pudo ver a Becca del otro lado del lugar, llevaba la misma ropa con la que había salido a la fiesta de la noche pasada, pero ahora su cabello lucía con una gran coleta y estaba tomando whisky.
Y se dio cuenta que esta era la misma fiesta a la que habían asistido.
Y sabía que posiblemente esto sería alguno de sus recuerdos, por que ya había pasado por la misma sensación cuando Dumbledore le mostró uno de los suyos. Pero el ese dia estaba en aquella aclamada fiesta, ¿Donde...?
Dos muchachas pasaron por él, lo atravesaron.
¿...Donde estaba el?
Encontró a Levi en esa especie de sueño pensamientos. Sentando al lado de Becca y de otro sujeto que no logro reconocer. El otro era rubio, y tenía los mismos tatuajes que Levi. A diferencia de Becca y Levi, el hombre teniaque una sonrisa de juvilo, parecía estar pasando la de maravilla. LLevaba a una chica bailando arriba suyo, y él lo disfrutaba. Mientras que Levi y Becca ignoraban la situación y se concentraban en su charla, sus rostros eran serios, parecían estar en una discusión.
Remus se acercó más, tenía que escuchar lo que decían.
— Vamos, Ángel, tu ya tienes un cuerpo y una alma. Déjame tenerlo a él —Levi le rogó.
— Levi... no es no.
— ¿Que? ¡Vamos, Angelica! ¡Nos conocemos desde hace siglos! ¡Se buena conmigo! Déjame complacer a Gastón. El fue muy bueno conmigo y...
— ¿Muy bueno contigo? Escúchame, te lo diré una sola vez; ese chico está usando, para el eres un juego y solo le sirves para que consiga un alma. ¿Has visto como te coquetea? —Levi quiso responder, pero Becca lo paró y siguió:— ¡Pues obvio que no lo viste porque jamás lo hace! ¡Es solo si tu lo haces primera!
— Ángel, te crees la gran cosa. Has estado con millares de personas, ahora que yo estoy con alguien, tratas de alejarlo de mi. Lo haces siempre. Eres una mierda.
Becca solo se movió y se sintió avergonzada. Parecía incómoda, entonces Levi soltó una maldición y golpeó la pared. A pesar de que el golpe se vio muy suave, la pared se rompió, fue como si Muhammad Alí hubiese expulsado toda su fuerza en esa pared. Levi pasó sus manos por su cara y salió del lugar, nadie volteó a verlo, nadie había volteado a verlo tampoco cuando rompió la pared, ni siquiera los habían tomado en cuenta en algún momento del sueño.
A Becca no parecía importarle, más bien, despues de tiempo, pudo engancharse con algunas personas. Remus seguía ahí, hubiese preferido dormir, pero no, ahora estaba atrapado en una especie de recuerdo. Nada le podía salir como él quería.
— Escuchenme, tengo que ir al baño. Diviértanse sin mi, pero no mucho —los demás rieron y exclamaron cosas como "Nos quedaremos aburridos sin ti" o simplemente abuchearon por la pequeña partida de la chica.
Al darse la vuelta, la cara de Becca cambio. Ya no estaba iluminada por el aire que siempre tenia, era solo una cara de pocker. Entró a una habitación. En ella yacía una persona, un hombre dormido. Remus paso por la puerta, bien, también podía desplazarse así.
— ¡Remus! —lo llamó, estaba junto al hombre acostado, lo agarró de los brazos, que estaban debajo de la manta azul. La miro extrañado, ¿acaso...?
Oh, bien, el estaba demasiado ebrio para hablar y se había acostado en la cama del lugar. Se veía terrible, nunca pensó que su autoestima bajará tanto en unos minutos.
No llevaba una remera, sólo su pulsera que le regaló Lily en la última Navidad que tuvo en Hogwarts.
Becca lo sacudió suavemente, pero estaba desesperada por despertarlo.
— Remus, despierta, hay que irse—exclamó, mientras con una botella casi vacía, volcaba el alcohol en su frente. Remus reaccionó rápido, abrió los ojos mientras el agrio líquido de licor se desparramaba por todo su torso. Busco el causante de eso con la mirada, y contro solo a Becca a su lado.
— ¿Que demonios, Becca? —pregunto, y se sentó entre la cama y las sábanas.
— Nos vamos.
Agarró una toalla que estaba colgada en la puerta y se la tiró a Remus, ella parecía nerviosa. Remus seguía bajo los efectos de las sustancias, por eso fue que no recordaba nada.
— Nos vamos en cinco.
— Por el culo... te... la hinco. ¡Ja! —respondió Remus entre descansos.
Becca no le presto atención, en cambio, el Remus sobrio que se encontraba viendo esos pensamientos sintió mucha vergüenza.
— ¿Que significa hinco? En serio, todo el mundo decía eso en Hogwarts pero... nunca lo entendi. Y preguntar... me daba no se... pena, vergüenza. Becca... Bella... Eres muy hermosa.
— Vamonos.
Algo de lo que Remus no recordaba esa noche, fue ver a Becca agarrarlo de la mano y transportarlo al edificio donde ella vivía, de una manera mágica.
Tampoco recordaba ver tan abiertas las cicatrices de Becca. Estaban literalmente ardiendo.
Entonces el túnel por el que había venido lo absorbió, lo aplastó y le devolvió todos sus colores. Se cabeza giraba en todas las direcciones, tenía un gran dolor de cabeza, sin embargo, a su lado, Becca estaba furiosa y le estaba llamando la atención.
Cuando se dio cuenta del mundo verdadero y en donde estaba parado, la observó fijamente.
No le quedaban pensamientos coherentes, al menos, no en ese instante.
Remus la contempló, no le quedaban palabras para describir el frío que le recorría la columna vertebral, parecía lejano y sombrío. Magníficamente, Becca hablo, lo que hizo que Remus no pudiera descargar todas las emociones de una sola vez. Sean buenas o malas, Remus se las guardó.
— ¿Qué has visto? —exclamó en un susurro.
— Yo...
— Esta mal. No debiste hacer eso. Ahora vete. Vete de mi departamento.
— Si te cuento, seguramente me mataran o peor; me mandaran al infierno. Literalmente.
— Bueno, se guardar secretos.
— Eso no me interesa, un ser humano como tu no tiene porque saber estos secretos —ella se volteó y corrió a su habitación.
— Bueno, técnicamente... no soy un humano... —se rió, aunque no daba gracia— ¡Ey, espera!
Becca se levantó, y se sentó en la cama, sus manos se movían, ella estaba nerviosa. Remus se paró a su lado, se arrodillo, quedando a escasos centímetros de su cara, agarro su mano y rezo para que Becca no estuviera en pánico. Ella levantó la vista, y hablo:
— Remus, estoy segura que sabes que soy.
Remus no quería creerlo, pero la realidad lo golpeo.
