|Capítulo 13|

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Es agitado suavemente, despierta recuperando la conciencia lentamente, parpadeando en la penumbra y luego encuentra la cara de Harry quien se encuentra sentado en el borde de la cama, el chaleco blanco que lleva expuesto expone sus músculos a la vista de Louis, también el tatuaje en su bíceps.

Es demaciado temprano para encontrarse con esa imagen, Louis arruga la cara y se se frota los ojos con los dedos.

–Vamos–dice Harry en voz baja.

Louis bosteza.

–¿Qué...qué hora es?

Su cerebro está luchando para enfocar correctamente, ya que está enfocado en la forma en que se siente al despertar con Harry a su lado, mirándole a la cara.

–Casi las nueve. Tienes que levantarte ya.

–Dios–dice resoplando–¿Dónde está Liam?

–Salió temprano. Toma.

Y de repente hay una taza de café frente a él. Se sienta, sin darse cuenta la manta cae hacia abajo para mostrar su pecho desnudo, atrapa a Harry mirándolo.

–Gracias.–Toma el café.

–Tienes diez minutos–dice Harry, levantándose–y luego voy a entrar aquí con una cubeta de agua.

Frunciendo el ceño, Louis dice

–Ni siquiera tenemos una cubeta.

–¡Voy a encontrar una!–Harry responde mientras se dirige a la sala.

Louis se une a él en la cocina unos diez minutos más tarde, y Harry, ahora está completamente vestido para salir, viste una camiseta negra debajo de su chaleco blanco, pantalones vaqueros rasgados ingeniosamente cuelgan bajo en sus caderas.

Louis pasa junto a él, que está apoyado en la barra de desayuno haciendo algo en su celular.

–No estás usando traje hoy.

–Que habilidades de observación tan estelares tienes.

Viéndolo de frente ahora, la V en su escote deja al descubierto su piel y hecha un pequeño vistazo a sus pectorales. Louis mira fijamente mientras toma un par de uvas del racimo.

–¿Qué?–preguta Harry de repente.

Louis se sobresalta y lo mira a los ojos.

–Nada.

–Ajá–dice Harry, claramente divertido. Guarda su teléfono en su bolsillo y alcanza su chaqueta de uno de los taburetes–. Bueno, cuando hayas terminado de admirar mi belleza, tal vez podamos irnos.

–No estaba...Uhg, vete a la mierda–dice Louis, rojo era poco para como estaba realmente, Harry solo río.

Se suben al coche y salen de la pequeña ciudad, Harry enciende la calefacción para contrarrestar el aire frío de diciembre. No es hasta que van cruzando la autopista que Louis tiene una idea repentina.

–Deberías darme tu número de teléfono.

Harry lo mira con el rabillo del ojo.

–¿Crees que es necesario?

–Bueno, ¿Y si nos separamos en Londres?

–¿Por qué nos separaríamos?

–No sé. Nunca se sabe. Tal vez te distraigas con algún sexy jovencito y vayan a un baño cercano.

–Estoy bastante seguro de que seré capaz de controlarme el tiempo suficiente para decirte a dónde voy–dice Harry si sonriendo– a pesar de saber qué–añade arrastrando las palabras–seguro vas a estar allí mirando.

El Padrino || Larry Stylinson •Adaptación•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora