Capítulo 15.

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Capítulo 15.

En la oscuridad impenetrable, donde la vista no distingue entre párpados abiertos o cerrados, incluso dudando de la existencia de los propios ojos, Flug despierta. Las voces son lo primero que alcanza a percibir, débiles susurros que se intensifican gradualmente.

Al recuperar la visión observa que se encuentra rodeado de figuras demoníacas que lo saludan con alegría, como si se tratara de un viejo amigo, pero es cuestión de segundos para que las sonrisas amigables se vuelvan grotescas. Los demonios se abalanzan sobre Flug, desgarrando su cuerpo en busca de un festín de carne, estas criaturas tienen hambre.

La agonía parece extenderse en una eternidad, superando con creces cualquier dolor que Flug haya experimentado antes. Con el paso del tiempo, uno aprende a apreciar el dolor, a aceptarlo como parte de la existencia. Pero este sufrimiento es demasiado intenso, incluso para Flug, un hombre acostumbrado a sufrir de la mano del ser a quien más admira.

Cuando el dolor finalmente cesa y la oscuridad lo envuelve de nuevo, Flug recupera la capacidad de pensar. La comprensión lo golpea como un rayo: está atrapado en una especie de purgatorio, un ciclo interminable de dolor y sufrimiento, primero piensa que es un castigo de Black Hat, aunque no recuerda haber hecho nada mal, ¿Acaso su jefe se encuentra tan aburrido que recurre a esto para entretenerse? pero extrañamente es capaz de sentir el suelo bajo sus pies y una ligera frescura en su frente, solo sus ojos y oídos parecen estar comprometidos, como si de una ilusión se tratase.

El invento con el que experimentó, para desafiar las leyes del tiempo, tiene algo que ver con lo que le está pasando, de eso está seguro, justo estaba probándolo antes de caer en la oscuridad que le envuelve. Su invento puede ser la clave para salir del trance de dolor en el que está. Ahora, las consecuencias lo azotan con crueldad, atrapándolo en un bucle infernal. Su ingenio podría concederle unos minutos de descanso, un refugio fugaz en la vorágine del tiempo, una oportunidad para planear su escape de este tormento.

La oscuridad se convierte en su única compañía, un manto impenetrable que oculta las horrendas figuras que lo acechan. La agonía se intensifica, amenazando con quebrar su espíritu. Pero Flug, con una determinación que sorprende incluso a sí mismo, se aferra a la esperanza. Su invento, esa máquina que lo condenó, podría ser su salvación.

Con manos temblorosas, Flug se arrodilla y busca entre los restos del laboratorio, palpando el suelo, buscando desesperadamente el dispositivo. La oscuridad lo obstaculiza, pero su voluntad es poderosa. Finalmente, sus dedos rozan el metal frío del aparato, activa el dispositivo, una oleada de energía recorre su cuerpo. El tiempo se distorsiona, las imágenes se vuelven borrosas y el mundo a su alrededor se transforma en un torbellino caótico. La agonía se intensifica, pero Flug la soporta con estoicismo. Sabe que esta es su única oportunidad.

De repente, la oscuridad se disipa.

Flug se encuentra en el suelo de su laboratorio, temblando mientras trata de mantener el llanto a raya, abre la boca para dejar escapar unos sollozos y el aire fresco llena sus pulmones. El dolor ha cesado. La máquina, todavía caliente, yace a sus pies. Flug la mira con una mezcla de alivio y miedo.

Necesita respuestas y las necesita ya, ahora que se encuentra en todos sus sentidos es capaz de notar la familiaridad del dolor que vivío, se sintió como una extremidad fantasma o una especie de deja vu corporal, un tacto que quedó marcado en su piel y alma.

Este invento está basado en los poderes de Black Hat, incluso tiene un poco de su ADN dentro para que funcione, necesita saber qué pasó y sobre todo necesita saber por qué por un breve instante, fue capaz de observarse a sí mismo cientos de veces duplicado sufriendo el mismo tormento.

Nací para vivir, ese era mi propósito, mi única razón de ser. Pero hace mucho tiempo que la vida se ha convertido en una mera supervivencia, una existencia vacía de sentido.

He luchado por mantener la paz con el tiempo, pero este parece empeñado en atormentarme. Tal vez no soy de su agrado, tal vez no le gusta que juegue con sus reglas.

Es hora de marcharme, de empacar mis maletas y emprender un viaje en busca de la paz que tanto anhelo. Un viaje que me alejará de las garras del tiempo y me permitirá redescubrir el verdadero significado de la vida.

Estoy en casa, esperando que el tiempo deje de avanzar, tal vez pueda usar mi invento y detener un poco su movimiento. Solo para descansar, aunque sea unos minutos, unos instantes en la eternidad.

"Bello rostro"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora