Cap 2: Amo más escuchar musica.

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—¿Porqué no me avisaron? —pregunté un poco molesta.

—Supuse que el señor le avisaría — respondió apenada.

—Dame la dirección.

La anotó en un papelito, lo tomé y salí de prisa.

Maldije mentalmente muchas veces, no llegaría a tiempo. Yoongi siempre hace lo posible para amargarme los días, es lo único en lo que es bueno. Salí del elevador, corrí por el pasillo hasta la salida. Tomé un taxi y le indiqué a dónde me llevaría. Había mucho tráfico, los carros iban muy lento. Le marqué a Yoongi el cual respondió después de tres llamadas perdidas.

—No puedo hablar, estoy en una junta —dijo para después colgar.

—¡Yoongi!

Juro que voy a tirar su guitarra a la basura.

—¿Podría ir más rápido? —le pregunté al taxista el cual me vió feo por el retrovisor.

Después de unos minutos llegué al restaurante, le pagué al taxista y entré corriendo. Pregunté por la mesa del "Señor Min", caminé por el restaurante rogando que todavía lograra llegar. Pude ver la mesa donde todos se encontraban sentados, sentí alivio, aún podría dar mi discurso, así que caminé con calma.

Cuando estaba por llegar todos se levantaron y empezaron a hacer reverencias, y no eran por mi presencia, significaba que la junta había terminado. Sentí vergüenza, ahora pensarían que soy impuntual. había planeado mi discurso durante Semanas, hasta traía gráficas con colores bonitos.

Se despidieron de Yoongi y los vi pasar a mi lado. Los ojos de Yoongi conectaron con los míos, lo vi con odio, él solo me sonrió como si nada.
Caminé hasta la mesa.

—¿Porqué no me avisaste que cambiaste la junta? —cuestioné mientras le daba un zape en la cabeza.

—A parte de que llegas tarde me agredes —dijo con falsa molestia

—Llegué tarde por tu culpa, ¿Porqué cambiaste la junta a un restaurante?

—Por una simple razón, tenía hambre—dijo llevándose una fresa a la boca—. Y llegaste tarde por andar haciéndote la fitness con esa cochina bicicleta, deberías usar el auto que te compré.

Tomé asiento a un lado de él para poder reclamarle a gusto.

—Solo a ti se te ocurre comprarle un auto a alguien que no sabe conducir —comenté molesta.

—Ahí está, es problema tuyo, no mío —Siguió comiendo las fresas de su postre.

—No sé cómo logras ponerme de tan mal humor.

—Ten mi postre, ya no quiero —dijo después de unos segundos en silencio

Me dió su postre medio comido, suspiré profundo para después comenzar a comer, un postre no se le niega a nadie.

—¿Que tanto traes ahí? —preguntó apuntando a los papeles que tenía en mi regazo.

—Ah, esto, ni lo había notado —dije con sarcasmo—. Son las gráficas en las que trabajé toda la semana para presentar hoy.

—Déjame ver —pidió.

Rodé los ojos y le pasé las hojas. Comenzó a hojear mientras negaba levemente, parecía muy concentrado.

—Parece tarea de kinder, solo te faltó ponerle brillantina —dijo mientras se rascaba la barbilla.

—Ay, no sé ni porqué te enseño mis cosas.

Tomé las hojas, me levanté de la mesa y comencé a caminar.
Nota mental: Nunca pedirle opinión a Yoongi.
Escuché unos pasos detrás de mí, supe que era él, llegó a mi lado mientras miraba su teléfono.

—Mi mamá nos invita a comer a su casa —dijo sin despegar la vista del móvil.

—No puedo, tengo cosas importantes que hacer en la oficina —respondí.

—Juntarte para hablar mal de mí con la secretaria no es algo importante.

—¿Y como sabes que hablo de ti con ella? —Pregunté algo confundida.

Ciertamente sí me juntaba con la secretaria para hablar de nuestros esposos, pero ¿él como lo sabía?

—Eso no importa, cualquier cosa que tengas que hacer la haces después, mi madre quiere decirnos algo.

—Está bien, solo porque es tu mamá.

Yoongi pagó la cuenta, y salimos del restaurante. Aún era de mañana pero las calles ya estaban llenas de autos, y las aceras de personas yendo de un lugar a otro. Vi el auto de Yoongi estacionado a un lado del restaurante, junto a un parquímetro, las luces delanteras prendieron y apagaron indicando que Yoongi le había quitado el seguro.

—Nos vemos allá — dijo para comenzar a alejarse de mí

—¿Cual "nos vemos allá"?—dije imitando su voz— Me voy a ir contigo —indiqué.

—¿Y tu bicicleta? —cuestionó levantado una ceja.

—No la traje, la dejé en la oficina —expliqué.

—Pues llama un taxi o vete caminando.

—¿Por qué no te vas tú caminando? — comencé a caminar hacia el auto.

—Porque yo sí sé manejar y el auto es mío naca.

Lo miré con fastidio mientras abría la puerta del auto. Preferí ignorarlo, ya que siempre terminábamos en una pelea infinita donde él me decía naca y yo le decía naco. Me subí al auto y me puse el cinturón, Yoongi hizo lo mismo ya que no le quedaba de otra, encendió el auto y lo puso en marcha.

Comencé a buscar una estación en la radio, chillé con emoción al escuchar una de mis canciones favoritas, empecé a cantar y a bailar en mi asiento, después de unos segundos me dí cuenta de que yoongi me observaba con una mirada extraña, como con asco.

—¿Qué? —Pregunté.

—Es que no sé si estás cantando o estás sufriendo.

—Cállate, déjame disfrutar de la música. — respondí con hastío.

—Cantas horrible, pareces perro con tos —dijo solemnemente. Se estiró para bajar el volumen.

—No hagas eso, a mí me gusta esa canción —Volví a subir el volumen.

—Pero a mí no, cualquier cosa es mejor que eso —comentó volviendo a bajar el volumen.

—Prefiero eso a tener que estar escuchando todo lo que cacareas —confesé con pesadez.

No volví a subir el volumen, solo me dediqué a ver por la ventana, tampoco ninguno de los dos volvió a decir palabra alguna por lo que restaba del camino, el ambiente se volvió tenso, realmente estaba molesta, en los últimos días prefería evitar pasar tiempo con Yoongi, debido a todas las peleas, no me soportaba ni yo a él.

Nada estaba bien.

Save Me | YoongiWhere stories live. Discover now