Estrella lejana.

57 10 2
                                    

Acostada contemplo la obscuridad, he perdido la noción del tiempo, pero conservo el sabor amargo, todo ha colapsado delante de mis ojos. Aun sabiendo que la última estrella ha caído, me da por pensar que la esperanza sigue viva, somos más que este mundo.

Camino, camino y camino...

Por una extraña razón no puedo parar, aunque mis piernas tiemblan y solo veo una obscura sombra frente a mí que cada vez se hace más sólida. Mi corazón puntea en mi pecho como un reloj los segundos, puedo escuchar mi garganta que intenta una y otra vez tragar para no vomitar. Tengo miedo y es lo único en lo que puedo pensar por el momento.

Respiro acariciando mi nuca, intento consolarme ¡Es un sueño! Vuelvo a tragar, e intento abrir más mis ojos, sostengo la mirada, pero sigo sin ver. De repente caigo, mi cuerpo desciende, mi nasofaríngeas se tranca en una inhalación infinita ¿Qué está pasando? Siento el tiempo desvanecerse, mientras choca con mis huesos ¡No puedo respirar! Muevo las manos con facilidad y no siento mi peso, rebotó y caigo en cuenta, estoy en el agua.

Trato de buscar cómo salir, pero no distingo la orilla, ni nada a mi alrededor. Una vez estabilizada, flotando, asustada, rebuscó con la mirada en la nada absoluta que me sigue acompañando. Quisiera hablar, gritar, pedir ayuda, sin embargo, no emito ruido. Me vuelvo a sumergir, con los ojos abiertos y me percató de algo brillante, lejano, en la distancia profunda. Siento la necesidad de ir hacia allá, no sé por qué, no sé cómo, pero necesito verlo. Cuando más me acerco, mayor es la luz, y mayor la presión que siente mi cuerpo. Esa luz brillante sin voz me llama, me invitaba a su lugar, me atrae como un imán, es tan enigmático que no he tenido tiempo de pensar en el inicial miedo que sentía. Todas mis fuerzas están puestas en descubrir que es, sin embargo, mis pulmones no resisten, mis aires de valentía me hicieron olvidar las limitaciones, un golpe de realidad. No me queda oxígeno, me debilito, no puedo más.

Dance, la corriente del agua me dio ritmo y me entregue al ángel de la muerte. Una revolución de pensamientos acompañaba mis últimos segundos. Moría con la incertidumbre ¿Qué era lo que me había deslumbrado? ¿Era mi estrella? La imagino, tan majestuosa me observa y la observó, con sus grandes tentáculos, con su penetrante ojo azul y sus brillantes destellos anaranjados. Sonrío, mi cuerpo queda inmóvil, desciende lentamente y mi alma sale disparada al infinito, evoluciono ¡Allá nos vemos!

Sueños de ciguapaOn viuen les histories. Descobreix ara