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Hacía frío pero su emoción era aún más grande que cualquier golpe que pudiera darle el clima, esperaba con ambas manos en los bolsillos del abrigo color beige que le llegaba un poco más abajo de las rodillas y sonreía con ilusión solo imaginando los posibles escenarios que podrían darse en los siguientes minutos. Suspiro y volvió a sentir como sus mejillas se tornaban de un particular tono carmín y es que definitivamente el pensar en Emma lo ponía nervioso.

Miraba la pequeña plaza desolada que apenas era iluminada por las luces altas de los postes, miró al cielo muy oscuro, su piel se erizo al recordar el cabello de la chica que esperaba. Su corazón palpitaba acelerado cuando el sonido de los zapatos altos se escuchó al acercarse. Volvió el rostro hasta donde provenía el sonido y la encontró, corría con el bolso entre las manos, un paraguas cerrado y el suéter que se resbalaba por su hombro derecho.

Cuando finalmente se encontró frente a él solo pudo sonreírle, se detuvo para poder calmar su respiración y al mismo tiempo su corazón que parecía escaparía de su cuerpo.

—Lo siento —enunció Emma, — no era mi intención llegar tarde, es solo que el taxi se retraso pero ya estoy aquí que necesitas decirme.

NamJoon la miraba tratando de relajar su respiración entre sus características sonrisas, estaba ligeramente despeinada y parecía que había retocado su maquillaje a penas, le gustó pensar en que quizás lo hacía para él, para lucir linda para él, aunque eso no le importaba demasiado RM la encontraba hermosa aún así.

—En serio no quieres ir a tu casa, parece que estas realmente agotada, debiste tener un día bastante pesado y debes descansar.

—Estoy bien Nam, algo hambrienta es cierto pero comeré en cuanto llegue a casa, ahora quiero estar contigo...

Sus ojos brillaron con la tenue luz de la lámpara que los alcanzaba a iluminar, NamJoon pasó la lengua por su labio inferior sin darse cuenta y se acerco despacio, Emma aguardo hasta tenerlo a unos centímetros de ella, era tan alto que necesitaba elevar el rostro para poder enfocar el de él. El líder de la banda notó en seguida como se colocaba sobre sus puntillas y decidió bajar su rostro un poco más, le gustaban las chicas altas, pero no le importaba que Emma fuera un poco más bajita de lo que él prefería después de todo no era algo que tuviera relevancia.

—Te llevaré a comer algo que dices.

—¿Pero, no tendrás problemas?

Nam torció ligeramente la boca, miró al costado donde lo esperaba un auto con su guardaespaldas, luego dio un vistazo al rededor como si buscara una posible salida sin ser visto, sabía que tenía pocos minutos antes de que lo comenzarán a buscar y para ese momento ya estarían llegando al pequeño restaurante que no quedaba lejos de ahí.

—¡Vamos! —dijo seguro y tomó a Emma de la mano, ambos caminaban aprisa y sin volver el rostro atrás.

Emma parecía que corría pues los pasos del chico eran más largos pero no dejaba de sostenerle la mano, apenas podía creer lo que sentía y solo pedía que no comenzará a sudar o se avergonzaría el resto de su vida. NamJoon seguía sin prestar atención a nada que no fuera su objetivo, atravesaron una avenida y finalmente lo vio, un discreto restaurante mantenía sus luces encendidas, abrió la puerta y cerró aprisa asegurándose que nadie los siguiera.

La mujer lo miró sorprendida, no esperaba que lo reconociera.

—¡Bienvenidos! Les daré una mesa. —dijo la mujer con delantal en su lengua natal.

—Por favor necesito que cierre ahora, le daré la paga del resto de la noche, solo por favor mantenga la puerta cerrada. —profirió NamJoon en el mismo lenguaje.

Un amor para NamJoon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora