Capítulo 1. Conocerte

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No soy una chica misteriosa, mi historia es interesante y es lo único que me convierte en alguien interesante pero, no es algo que me guste presumir con cualquiera.
Cuando pequeña mi papá solía sentarse junto a mí en mi cama para poder desearme las buenas noches y contarme la historia de la estrella perdida, donde su sol la buscaba por todo el campo azul. Hace 13 años mi sol se fue, me dejó perdida en el campo azul y no lo volví a ver.
Mi padre era policía en Nueva York, vivíamos como una familia normal y feliz, mi madre no trabajaba fuera de casa ya que con el sueldo de mi padre nos era suficiente para vivir bien, solo éramos nosotros tres. Para mí era necesario que fuéramos más en la familia, pero mi madre ya no podía tener otro bebé así que mi padre tenía la idea de darme una mascota, yo le pedía un dinosaurio, pero sabemos que eso era imposible. Un día llegó algo temprano de trabajar, eran casi las ocho de la noche, mi padre conducía por la calle mojada de la ciudad, yo lo miraba con alegría; mi madre se había quedado en casa a preparar la cena para poder recibirnos. Llegamos a una pequeña veterinaria para adoptar una mascota y entre todas esas jaulas pude ver unos pequeños ojos azules chocando con la mirada de mis ojos marrones, desde ese momento supe que es bolita de pelos gris seria mi compañero de vida y aventuras no dude ni un segundo y lo escogí. Salimos de la veterinaria e íbamos discutiendo el nombre de mi nuevo gatito, pero un auto chocó con nosotros en la parte trasera, rápidamente mi padre freno y me pidió que me quedara en el asiento, pude ver por la ventana como mi padre discutía con un hombre joven, alto y con un pequeño tatuaje en el antebrazo, estaba furioso, yo no podía escuchar nada de su conversación, pero no pasó tanto tiempo, solo parpadee y el hombre tenía un arma apuntando el pecho de mi padre, él rápidamente sacó su placa y levantó sus manos y en otro parpadeo mi padre estaba en el suelo, el hombre se fue de ahí y jamás lo volví a ver; no reaccione, no sabía que hacer hasta que una mujer miró el cuerpo de mi padre en el asfalto, llamó a emergencias y se acercó a mi, a su lado había un niño un poco mas grande que yo; pasaron las horas, los días, meses y años, aun sigo sin llorar la muerte de mi padre. Mi madre es una mujer muy fuerte y se mantuvo de pie por las dos, años después el mantenernos fue muy duro para ella así que se enlisto como Marín cuando yo tenía 11 años, me dejó a cargo de una mujer mayor, era buena amiga de mis padres y se comportó muy bien conmigo no podía pedirle más y siempre estaré agradecida con ella.
Casi no veo a mi madre, la última visita que me hizo fue hace unos meses y sé que no la veré por lo menos en dos años.
Emma, la mujer que me cuido me mando a estudiar lejos de ella y sé que no es porque no me quiera o algo así, pero ella desea que viva al máximo y experimente lo maravilloso de la vida, nunca he tenido novio así que es una de las cosas que ella espera que consiga.
Entré a la universidad de Londres para estudiar medicina por medio de un intercambio, así que aquí es donde vivo, hace tres días que llegué y aún me cuesta un poco aprenderme la calle por donde vivo, es un bonito departamento y decidí vivir sola porque no creí buena idea compartir casa con alguien aún, me gusta la soledad, bueno no estoy tan sola porque me traje a Ruffus, mi gato.

En este momento me encuentro camino a la panadería cerca de mi casa, después pasaré al super a comprar cosas que me faltan en la alacena; debo admitir que me agrada este lugar, es tranquilo y puedo andar muy despreocupada.
—Buenas tardes—le dije a la mujer de la caja
—Buenas tardes, querida, ¿Qué llevaras hoy?— me contestó amablemente
—Llevaré una caja de pastelitos con chocolate blanco, por favor—buscaba el dinero en mi cartera
—Aquí tienes. Creo que ya debería de tener siempre una lista para ti, veo que te gustaron mucho—dijo entre risas
—La verdad es que están deliciosos, no puedo esperar a probarlos en mi casa con una taza de leche caliente— le dije sonriendo ampliamente
—Espero que los disfrutes niña—me apretó amablemente la mano cuando tomó el dinero.
—Nos vemos luego, que tenga un lindo día—me despedí
—igualmente, te cuidas—respondió
El primer día que llegué a Londres mire esta hermosa panadería, tiene una decoración muy linda y los postres son deliciosos, aquí he venido desde entonces.
Me dirigía a la salida con la caja en mis manos y la brusquedad de alguien al abrir la puerta hizo que cayera fuertemente al piso, pero eso no era lo peor, mis pastelitos estaban arruinados, tirados por todo el suelo.
—¡Hey! ¡Ten más cuidado! – estaba muy enojada e intentaba limpiar el chocolate que había en mi ropa.
—Lo siento mucho, no te mire y abrí muy rápido la puerta— me estiró la mano para ayudarme a levantar
—Yo puedo sola, déjalo así— me levante rápidamente y deje al chico con la mano estirada, ni siquiera lo mire a los ojos
—Hermano pero que torpe eres, pobre chica, arruinaste su ropa y su postre— dijo una chica que venía detrás de él
—Hola, disculpa a mi hermano él siempre es así de torpe, pero déjame ayudarte, te podemos comprar otra caja—se acercó la chica de pelo negro y rasgos asiáticos.
—Descuida, fue un accidente, no tienen por qué preocuparse, ya me tengo que ir— dije para acercarme a la salida
—Espera, podemos comprarte otra caja— me dijo el chico alto, asiático, cabello negro.
—No, de verdad no tienen por qué hacerlo, además llevo prisa. Que tengan un lindo día—me despedí amablemente y salí rápido de la tienda
Me sentía muy triste porque me había quedado sin postre y no quería seguir más en ese lugar porque me dio mucha pena lo que había pasado, pero la ventaja de estar en un lugar tan grande es que es casi imposible que te encuentres con la misma persona por casualidad, así que no me preocupaba mucho.
Me dirigí a otra tienda para comprar lo que faltaba y poder regresar a casa para descansar ya que mañana iniciaban las clases y quería ir bien a mi primer día.

Si les gusta mi historia háganlo saber, se los agradecería para poder motivarme!

Mil historias Where stories live. Discover now