Los mellizos Potter

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Era una tarde bastante calurosa en la mansión Potter, hacia un mes había empezado el verano y unos mellizos, que habían recibido su carta para poder asistir a Hogwarts estaban practicando Quiddich mientras su madre, Euphemia Potter, y su padre, Fleamont Potter, preparaban la merienda para sus hijos.

Mañana sería el día de ir al Callejón Diagon para comprar los utiles que necesitarían, James, un joven de cabello azabache, ojos marrones, lentes redondos sobre su cara, con una sonrisa que podría encantar a cualquier niña y sobre todo una actitud muy bromista , y Lakira, una joven de cabello pelirrojo, ojos verdes como dos grandes aceitunas, con pecas bastante definidas que adornaban su cara y partes de su cuerpo y sobre todo una actitud igual de bromista como la de su hermano, Estaban muy emocionados por empezar su nueva aventura. James, el mellizo mayor, estaba durmiendo cuando sintió el cuerpo de su hermana parándose en su cama y comenzaba a saltar y a gritar

- Lakira: ¡Ya despierta pedazo de animal!- y como vio que este no se levantaba así que recurrió a su don.
Si Lakira tenía un don, a parte de ser metamorfomaga podía levitar objetos, manejar los elementos de la naturaleza (Aunque recién empezaba a practicar) y sobre todo podía meterse en la mente de las personas. Así que sin más que decir se metió en la mente de James para lograr que este se levanté de una vez por todas.

- Lakira en la mente de James: Si no te levantas en este instantánte no podrás comprar tus útiles, por lo tanto no asistirás a Hogwarts y allí se me podría acercar un chico bastante guapo a intentar socializar con mi...- de un momento a otro James interrumpió a su hermana levantándose de su cama de un salto y agarró su ropa para empezar a cambiarse
- James: Eso sí que no mi querida kira, ningún niño se te acercará y tu tampoco le hablaras a ninguno sin mi permiso- finalizó este luego de cambiarse
Lakira sentada en su cama rodó los ojos y se paró para luego salir con su mellizo a desayunar junto a sus padres
- Euphemia: buenos días mis niños ¿Cómo durmieron?- pregunto con tono maternal.
- James: Te contestaría que bien si ALGUIEN (Señaló a su hermana con la mirada), no me hubiera despertado gritando y metiéndose en mi mente- dijo este fingiendo enojo
- Fleamont: ¡¿Qué hiciste qué Lakira Octavia Potter?¡- preguntó su padre exaltado
- Lakira: lo siento si?, es que no quería llegar tarde al Callejón- dijo está bajando la cabeza como símbolo de arrepentimiento.
- Fleamont: querida hemos hablado sobre tus poderes "No podemos usarlos...- espero a que su hija lo siguiera
- Lakira: cuando se nos de la gana y menos con familiares para conseguir que hagan lo que yo quiero"- dijo ella con cansancio en su voz al repetir lo que le dijeron desde que se enteraron de sus poderes a los 7 años.
El desayuno continuo con una charla sobre a que casa querían pertenecer, a lo cual los mellizos respondieron al mismo tiempo -Gryffindor obviamente-. Luego de su charla la familia Potter viajó al Callejón Diagon por polvos Flu, al llegar la matriarca le dió a cada uno de sus hijos un saco con algunos galeones para que comparar sus varita, sus túnica y alguna que otra golosina mientras sus padres comprarían los libros y todos los otros materiales.
- Fleamont: nos encontraremos en la librería por si sucede algo, James cuida a tu hermana y Kira porfavor no utilices tus poderes si no es verdaderamente necesario ¿Si?- pregunto en tono severo pero como advertencia dijo - Si me entero de que hicieron una broma o algo se quedarán sin Quiddich-
Ambos niños se miraron entre ellos y asistieron varias veces hasta que sus padres se alejaron de ellos.
- Lakira: ¿A dónde te gustaría ir primero Jamie?- pregunto ella con tono dulce
- James: primero déja de llamarme "Jamie" que pareces mi novia y no me acercará ninguna niña guapa y segundo primero por nuestras túnicas - finalizó este.
Su hermana sin esperar más se encaminó hacia la tienda de túnicas, luego de varios minutos salieron y comenzaron a caminar hacia la tienda de varitas Oliivander. Al entrar vieron a un extraño hombre mayor con pelo blanco y con varias arrugas en su cara, este al verlos habló:
- El señor Oliivander: Buenas tardes señor y señorita Potter, he estado esperándolos-
Y sin más que decir estiró hacia james una caja que contenía una bella varita color marrón claro, James la agarró y al agitarla una brisa entró por las ventanas y el sintió una corriente dead sus pies hasta su cabeza
- James: Estoy completamente seguro de que es esta- exclamó con una sonrisa en su rostro
- Oliivander: Definitivamente señor potter, madera de Caoba, 28.5 cm de largo, nucleo de Fibra de corazon de Dragón, flexible y una varita excelente para la transformación- Luego de aquellas palabras el hombre si giró hacia la joven. El le tomó medidas y trajo con sigo unas cuantas cajas de varitas.
- Oliivander: muy bien señorita ahora agitará estas varitas y alguna le corresponderá-
Sin esperar más Lakira tomó la que estaba mas cerca y al agitarla unas estanterías cayeron al piso
- Lakira: lo siento señor Oliivander no era mi intención- dijo ella apenada
- Oliivander: no se preocupe señorita Potter, esa varita no es así que deberá probar con las otras-
Lakira probó y pobró varias varitas pero ninguna le correspondía hasta que logró ver en una estantería una caja color violeta que le llamaba altamente la atención
- Lakira: Disculpe señor Oliivander, pero ¿Podría probar con la que está en esa caja violeta?, algo me dice que lo haga- dijo ella sin despegar la vista de aquella caja. El señor Oliivander agarró la caja y la depositó sobre la mesa, al momento de abrir la tapa la varita salió volando hacia los pies de la joven, esta la tomo entre sus dedos y las cosas rotas y desordenadas se acomodaron
- Oliivander: curioso, muy curioso señorita- dijo este admirando a la niña- Núcleo de Pluma de cola del ave del trueno, poderosa pero difícil de ganar confianza y buena para el arte de la transformación, madera de Abeto, increíblemente flexible y 29.5cm de largo. Sin duda le servirá para muchas transformaciones en un futuro- y sin más que hacer allí los mellizos pagaron sus varitas y cada uno se fue por lados distintos, mientras James se iba a la casa de deportes la pequeña Kira iba directo a la tienda de mascotas a escoger una.
Al entrar a la tienda vió a un pequeño camaleón en una pecera y sin pensarlo dos veces lo agarró con su mano, lo llevó al mostrador y pagó por el. Lo subió a su hombro y este se quedó ahí, al salir de la tienda chocó con un chico un poco mas alto que ella, ella levanto la vista pero sólo pudo ver una gran cicatriz en su cara y unos bellos ojos color miel, a su rostro no pudo verlo bien ya que el chico salió corriendo ante la mirada de la pelirroja.

*Bueno esta es mi primera historia asi que porfa tenganme paciencia por que soy nueva escribiendo, espero que les guste y si tiene alguna duda o sugerencia sobre la historia pueden dejarla en los comentarios Y si ven alguna falta de ortografía me disculpo y lo arreglaré en cuanto la vea*

Gracias por leer









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