Aʏᴜ́ᴅᴀᴍᴇ... | Kᴀɢᴇʜɪɴᴀ

Capítulo 19: Encuentro

No podía creer lo que sus oídos estaban oyendo. La vida se puso de su lado por un segundo.

- ¿¡Qué!?-.

- ¡El despertó, Kageyama!, te dije que lo haría - dijo felíz Suga.

Se quedaron unos segundos sin decir nada, hasta que el peli gris volvió a hablar.

- ¿Kageyama?-.

No le respondió.

- ¿Kageya - fue interrumpido por el tono de su teléfono, indicándole que la llamada había terminado.

Alejó el dispositivo de su oreja y se quedó mirando la pantalla.

- Me…colgó - dijo mientras parpadeaba varias veces confundido.

Las calles comenzaban a llenarse con unas pocas personas. Algunas dirigiéndose a su trabajo y alumnos a sus escuelas, a la vez que deseaban estar en sus cómodas y cálidas camas. Pero el azabache esta vez hacía su rutina un poco más apresurado de lo normal.

Se encontraba corriendo como nunca, a toda la velocidad posible, esquivando a las pocas personas que se interponían en su camino. Su único objetivo era ir al hospital y nadie se lo impediría.

Al llegar a las grandes puertas, se adentró al edificio, buscando esa familiar cabellera plateada desesperadamente. Miró en todas direcciones, hasta que lo pudo ver parado a lo lejos y empezó a correr hacia él.

- ¡Suga-san!- respondió con la respiración agitada de tanto correr y apoyando las manos en sus rodillas por el cansancio.

- Kageyama, llegaste rápido - habló sorprendido.

- ¿D-dónde….Cómo está Hinata?- levantó su mirada.

- Él despertó hace un rato, acabo de hablar con él y recién llamé a Ukai-sensei, ya está por venir -.

- ¿Puedo verlo?- se acercó rápidamente a su amigo.

- Sí, está en la misma habita -.

- Cuide esto por favor, gracias - lo interrumpió y fue a la habitación del pequeño.

- Ahh…de acuerdo - respondió con una linda sonrisa, a pesar de la lejanía y que no podía escucharlo.

Kageyama ahora se encontraba parado al frente de la puerta de la habitación. Quería entrar pero a la vez estaba asustado. No sabia como sería la reacción de su amigo, tal vez seguía molesto y no quería hablar con él, pero sus ganas de verlo le ganaron al miedo y dió dos pequeños golpes a la puerta.

- Podés pasar - dijo una voz del otro lado.

El cuerpo del azabache se estremeció, al volver a escuchar la voz del peli naranja después de varios días. Cuanto extrañaba oírlo.

Tragó saliva y giró el picaporte para entrar.

- ¿Pasó algo Suga-san?- habló suavemente Hinata esperando ver a la persona nombrada.

Este se quedó congelado al ver a alguien que no se esperaba. Cruzó su mirada con la del azabache, viéndose el uno al otro detenidamente. Sintieron un escalofrío correr por su espaldas. Se quedaron en silencio por unos instantes.

- Kageya -.

El más alto corrió hacia la camilla y sin causarle dolor al cuerpo del pequeño, lo envolvió en un desesperado abrazo. Cálido y seguro, era como se sentía al abrazarlo. Eso que estaba necesitando desde hace un buen tiempo.

Como si estuvieran solos en el mundo, Kageyama y Hinata se encerraron en una burbuja, olvidando todo lo que pasaba a su alrededor.

El peli naranja se quedó inmóvil por la sorpresa de aquel acción de parte de su compañero, realmente era lo último que esperaba. Salió de sus pensamientos al escuchar un ruido.