Desnuda tu corazón

Capítulo 8. Let her go

Let her go

[...]

Staring at the bottom of your glass

Hoping one day you'll make a dream last

But dreams come slow, and they go so fast

You see her when you close your eyes

Maybe one day, you'll understand why

Everything you touch surely dies

But you only need the light when it's burning low

Only miss the sun when it starts to snow

Only know you love her when you let her go

Only know you've been high when you're feeling low

Only hate the road when you're missing home

Only know you love her when you let her go

[...]

*(Passenger. Let it go)

**Trigger warning

ooOOoo

Un hijo.

Juliana tenía un hijo.

Valentina no podía respirar. Sentía que los recuerdos, el dolor, la ira, la desesperación y el vacío la ahogaban por dentro, oprimían su pecho cortando el aire necesario para respirar.

Un hijo.

Los brazos de Lucía la rodearon con fuerza tratando de tranquilizar los temblores que salían de su cuerpo producto del llanto y la desesperación. Valentina murmuraba entre el cuello de la rubia, "tiene un hijo, tiene un hijo" cada repetición parecía romper cada vez más a Valentina. ¿Qué podía decir para consolarla? solo quedaba escuchar y sostenerla entre sus brazos. Cuando le informaron quien era la persona que se encontraba en el hospital, lo primero que pensó fue en encontrar a la castaña. Valentina aún estaba enamorada de Juliana aunque lo negara tratando de esconder sus sentimientos ante una fachada de odio. Su amiga, no soportaría conocer que la persona que dependía de la mujer que aún amaba era un pequeño niño.

-Vale... -

-Tiene un hijo Lucía - pudo escuchar a pesar del sollozo que venía con cada palabra - nosotras lo intentamos y yo no... - Más lágrimas, más dolor. - Intentamos tanto y ella lo logró con alguien más. Perdí el mío y ella tiene un hijo con alguien más -

Los ojos de Lucía se llenaron de lágrimas, aquello era algo que la rubia desconocía, probablemente muy pocas personas sabían de esa perdida o de esos intentos. Por encima del hombro de Valentina observó como una mujer morena, delgada y de ojos verdes las observaba con preocupación y tristeza. Su atención se centró de nuevo en Valentina tan rápido como un suspiro cuando la mujer se alejó por el pasillo.

Acarició el largo cabello de Valentina, no tenía palabras para consolarla. Le preocupaba la reacción de la castaña después de este encuentro. Si pensó que la conversación de la mañana había golpeado emocionalmente a su amiga, esto acabaría por lanzarla al vacío del dolor y depresión.

-No pude dárselo- murmuró Valentina en el cuello de Lucia, la pequeña rubia parecía sostener el peso de la castaña con el suyo.

Valentina solo veía dolor y desesperación. No sabía cuanto más podría soportar. El engaño, las palabras de amor hacia otra persona, a quien creía su mejor amigo, destrozaron su corazón, lo que sentía en estos momentos era mil veces peor.