Capitulo 38

4.6K 185 5
                                    

Tris

Entramos a la habitación, no hubo gente en el pasillo. En verdad me siento mal, al recordar su nombre. Eso también lo he superado, no puedo llorar a estas alturas.

—¿Que pasa? —pregunta Tobias acariciandome con su pulgar el pómulo.

Yo sacudo la cabeza y lo abrazo.
—Todo esta bien, sólo me sentí mal por el recuerdo de Will.—murmuro.

—Te entiendo. De vez en cuando, aunque no me veas triste o llorar, extraño a Uriha. Todavía siento que es mi culpa.

—No, no lo fue. Y tu no sabías que estaba allí la bomba ni sabias que Uriha también estaba ahí. —explique.

—¿Tu crees que fue bueno cruzar la valla?

—Si —hago una pausa—, si, si no hubiera ido, todavía nos estuvieran vigilando. No hubiera visto la verdad yo misma. Lo de que es ser Divergente y la vida de mis padres.

—Bueno, parte de eso tiene razón. Pero hay una cosa que si me arrepiento. —dice y luego se aclara la garganta y me mira a los ojos; hay muy poquito espació entre nosotros.

—¿El que?

—Tu.
Reprime una sonrisa y me besa la frente y nos quedamos un momento así, callados.

—Nunca quise dejarte, y lo sabes.

—Cuando me lo dijo Caleb, yo no le encontraba sentido. Pero, claro que te sacrificarías, extrañabas a tus padres, querías a Caleb. Lo único que pienso es ... ¿Y yo? Me dijiste que me amas. No sabes que soledad pase sin ti Tris. Sentía que mi vida ya no valía nada sin ti. Estaba apunto de borrar mi memoria. Quería hacer bastantes tonterías. ¿Que iba a ser yo, sin ti? Y es inútil ahora recordarlo. Ya paso el tiempo, te tengo aquí, y creo que es la décima vez que se habla del tema.

Mis ojos automáticamente se cristalizaron, queriendo avisar que saldrían disparadas unas lágrimas. Sus palabras son sinceras, todo lo que me ha dicho desde que nos conocimos son sinceras. Lo abrazo.

—Tu podías seguir adelante sin mi. —mi voz es muy aguda, ahogada con las lágrimas y con el nudo en la garganta; se me esta encogiendo el corazón.

—No. Eso es lo que tu pensabas. Pero... yo, yo pensaba diferente. Te lo dije, antes de que fueras a morir en Erudición. Para mi, tu vales la pena. Para mi, le das sentido a mi vida. Uno de mis peores miedos era verte morir, que tu murieras. Y se cumplió. El día en que fui a ver tu cadáver, pensaba que estabas dormida. Pero te habías ido. Tantas cosas que planeamos después de se acabará todo el problema. Me dolió hasta el corazón, Tris. Yo nunca había llorado por algo, o por alguien. Me cambiaste, me hiciste mejor persona. Hiciste lo mejor de mi. —ya no puedo contener las lágrimas y empiezo a cambiar mi respiración, es más rápida, más agitada—, dos años, Tris. ¡Dos años! No sabes que falta me hiciste.

Trago saliva. Necesito algo para soborme los mocos. Necesito parar de llorar. Lo miro, el tiene los ojos rojos, como si estuviera a punto de llorar. Nunca había visto a Tobias llorar. Ni en los momentos más difíciles.

—Regrese —suspiro ondo—, regrese por ti.
Cierra sus ojos, como si mis palabras fueran refortalezedoras para su alma.

—Porfavor, no sigas. Tobias, estoy aquí.

—Yo lo se. —hace una pausa y me mira con dulzura—. Ven, duerme conmigo.

Asiento y solo nos quitamos los zapatos y nos recostamos bajo las mantas. Él me abraza y siento su respiración profunda en mi frente. Sus dedos temblorosos. Con mi mano derecha la paso por su cabello. Huele a jabón, huele a aire.

—Prométeme algo, ¿Quieres?

—Lo que sea.

—Nunca te vallas.
Tan solo 3 palabras hacen que mis pensamientos cambien. Somos el uno para el otro. Desde qué nos conocimos. Eso nunca va a cambiar; y, aunque tengamos problemas, que supongo que lo tienen los novios, vamos a seguir adelante, porque nuestro amor es real. Y ahí comprendí que lo del ataque en un mes, no tendría que meterme en ese lío. Ya vi lo que paso Tobias sin mi. Y quiero prometerle que nunca me iré. Ya no.

—Te lo prometo. —le doy un tierno beso en sus labios y me quedo dormida.

Tobias

No se que hora de la madrugada es. Acabo de desahogarme todo lo que llevaba dentro de mi a Tris. Menos un peso de encima, por fin.
Respiro el aire cálido de la habitación. Tris esta a mi lado, con sus mechones de cabello en la frente, su brazo enrollandome hacia ella. Nunca me había sentido más confianza con ella. Se que le dolió escuchar aquellas palabras, pero era justo que escuchara y me fuera una explicación de porque se fue. Estoy demasiado cansado y en unas horas tendré que ponerme de pie porque hoy pasan algunos a la segunda prueba. Tengo que descansar.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Me levanto, y Tris se despierta.

—Buenos días, ¿dormiste bien?

—Eso creo

—Tienes que prepararte. Hoy pasas al segundo nivel.

—Que decidido.—sonrie parándose de la cama.

—Yo decido quien pasa o no. —le respondí sarcástico.

—Si jefe.—ríe.

—Hoy va a ver una festejacion en la noche. Como es la primera aquí en este lugar, pues... Habrá cerveza y pastel.

—Tipico de ti. —me dice poniendo los ojos en blanco.

—¿De que me hablas?

—Olvídalo. ¿Y bueno, que haremos esta tarde? —Tris me pregunta rodeandome con sus brazos mi cuello.

—Hoy tendré que ir al cuarto de control. Tengo que checar algunas cosas. Luego, en la noche iré a la fiesta. Tienes que venir. —le advierto.

—Lo haré.

—Bueno, ve a desayunar, tengo que entregar a Amar alguna información.

—Si.
Ella sale de la recámara, cada vez que estoy si ella, siento algo vacío en mi. Suspiro. Y me pongo en marcha a entregarle las posiciones a Amar.

Tris

Me siento con mucha energía. Y todavía no tengo hambre, así que voy a la sala de entrenamientos y me pongo a calentar. Veo que la tabla de marketing sigue ahí. Miro mi posición, orgullosa de lo que hago. Soy más fuerte de lo que pensaba .
Mi primer pelea, deje inconsciente a esa chica; que ahorita nos llevamos bien, me dijo que en la pelea ella pensaba que las dos teníamos la misma fuerza, y luego me estuvo mirando. Yo la ayude con los entrenamientos de cuchillos y ella empezó confiar en mi.
Mi segunda pelea, deje a un chico en la enfermería por un rato. Golpear el saco de box, ya no se me da tan difícil. Correr, sigo siendo rápida, pero hay solo dos chicos que me llegan alcanzar. En tiramiento de cuchillos, soy la mejor en puntería —como en mi iniciación— y en disparar, tengo una buena puntería. Los demás tienen miedo o no usan una técnica. Tobias es el mejor, puso a un chico -por órdenes de Shaunna- a que estuviera parado adelante de la corona, y que Tobias disparara alrededor.
Como en mi iniciación.
Luego nos enseñaron protegernos usando pistolas; este año las iniciados son mucho peor que nosotros, pero enseñan más que mi iniciación.

Entro a la habitación y me doy una ducha. Cuando salgo, me cambio y voy directo al comedor.

Despues de leal. Un comienzo con ella. #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora