SOY TU ALPHA

Capítulo 20

La puerta de la celda se abre y me empujan para que entre pero me encadenan las piernas a una cadena medianamente larga contra la pared y la cadena de mi cuello se engancha a una de la celda, me sueltan las manos y salen para luego cerrar la celda.

El cazador se apoya contra los barrotes de brazos cruzados y me mira sonriendo.

-Aún no puedo creerlo... la Alpha más fuerte y de la manada más poderosa... en una celda siendo miserable... -

Gruñí mostrando mis colmillos aún en mi forma humana.

-A veces pienso que el que tengan Mates es una desventaja para ustedes pero un beneficio para nosotros... -

Me senté en el suelo y apoyé mi espalda contra la pared.

-Pero bueno... - Se aleja un poco -Te dejaremos acostumbrarte a tu celda por ahora, pero mañana te espera algo más-

Ya no dije nada.

Ellos se fueron dejándome sola.

Saqué mis garras e intenté cortar las cadenas pero, como lo imaginé, me lastimé únicamente yo, más las cadenas estaban intactas.

Estas cadenas estaban hechas con plata claramente pero, eran especiales para que solo nos debiliten y que no las podamos sacar o romper.

Apreté los dientes y junté mis rodillas contra mi pecho.

~¿Joel... ?~

Silencio.

~Joel por favor... quiero saber que estés bien... ~

Más silencio.

Golpeé la pared frustrada y furiosa, me agarré del cabello y comencé a llorar nuevamente por la impotencia e ira que sentía.

-¡Agh, mierda!- Murmuré y suspiré profundamente.

Me quedé despierta toda la noche hasta que mi cuerpo no dio más y cerré los ojos para luego dormir, aunque traté bastante de luchar contra el sueño pero me fue imposible.

***

***

Desperté al sentir calor por todo mi cuerpo, también comenzaba a sentir una leve molestia en mi entrepierna.

Esta sensación...

Abrí los ojos de par en par.

No... no, no, no ¡No!

-¡Mierda!- Me levanté y me abracé a mi misma.

Mañana empezaba el celo y lo había olvidado.

"Quiero ir con Joel... "

"¡¿Y cómo iremos si estamos aquí?!"

"Quiero ir... "

Nada. Yuka ya está comenzando a sucumbir a sus instintos.

Maldecí nuevamente.

Pero luego olí el aroma de los cazadores acercándose.

Por ser hoy, puedo aguantar... solo espero aguantar también la semana...

-¿Hm? ¿Ya despierta?- El cazador me mira sonriendo -Bien, entonces vamos-

Entran a la celda y me agarran aunque yo gruñía y con cada roce mi piel ardía así que trataba de alejarme lo más posible.

Me sacaron de la celda y comenzamos a caminar.

-Primero evaluaremos tu fuerza... -

Me meten a una sala empujándome mientras me quitaban las cadenas y cuando intenté escapar, cierran la puerta en mi rostro.

Golpeé la puerta mientras rugía.

Hasta que escuché movimiento atrás mío y maldecí.

Apoyé mi frente contra la puerta y suspiré.

Me di vuelta viendo a diez rogues.

Todos en forma lobuna y por sus expresiones supe que se dieron cuenta que estoy entrando en celo...

Resoplé.

Abrí los ojos de par en par al no haber notado como uno de me había acercado y me empujó quedando tirada en el centro de ellos quienes comenzaron a rodearme.

Gruñí.

-¿Por qué a mi... ?- Murmuré y me transformé.

Miré a todos mientras les gruñía.

~Más les vale alejarse... tengo Mate~

~Pero él no está aquí... ~

Uno de ellos me roza pero yo ladré/rugí e instantáneamente lo asusté con morderle el cuello.

~No van a tocarme y si lo intentan, los mato~

Ellos aún así no se alejan.

~Vamos... nosotros podremos sustituirlo y... ayudarte... ~

Otro se me acerca pero a él si le mordí el cuello y lo tumbe para luego pisar su cuello y gruñir en su rostro.

~Sigan soñando... ~

Ellos saltan de una vez hacia mí pero yo me defendí.

Agarré a uno por el cuello y lo lancé contra uno de ellos mientras los otros lo esquivan.

Sentí a uno de ellos tratando de subirse sobre mi pero me quité y lo mordí también en el cuello.

Uno de ellos me tumba y otro se sube sobre mi pero lo pateé con mis patas traseras y lo tumbe para luego desgarrar su cuello.

Rápidamente fueron quedando menos y mi pelaje se llenaba de sangre.

Sentía que habían pasado horas aquí hasta que solo quedó uno al cual acabé fácil y rápido.

Escuché la puerta abrirse y antes de siquiera gigarme, sentí algo clavarse en mi costado.

Chillé y caí al suelo cansada.

Sentí al cazador acercarse y quedar arrodillado frente a mi.

-Así que... tu celo... -

¡Mierda! Malditos rogues...

-Interesante... pero... da asco como ustedes se dejan llevar por sus instintos y lo hacen con cualquiera... -

Tuve pocas fuerzas para gruñir muy corto y despacio.

-Llévenla de regreso a la celda-

-Si, señor-

Sentí que me encadenaban de nuevo y me arrastraban por todos lados.

Las fuerzas comenzaban a abandonarme y cada vez mi mente se nublada más.

Pero luego lo escuché...

~¡Izaro! ¡Izaro ¿Dónde estás?! ¡¿A dónde te llevaron?!~

Joel...

Quisiera haber podido responder pero mi mente se oscureció y ya no supe nada después de eso.