Capitulo 26

3.5K 246 47
                                    

Y ahí seguíamos, sin decir nada, sin mirarnos, mierda, llevaba ahí sentada como una puta estatua, pero es que, ¿Qué se supone que tengo que hacer?, ¿Cómo se supone que me tengo que sentir?

Mierda, con todo lo que tengo encima, ¿y ahora esto? Preocupada, nerviosa, asustada, creo que así me tendría que sentir. No, no me siento así.

Furiosa. Así es como me siento, sentada junto mi "alma gemela", junto a alguien que me ha mentido sobre el principio. Sobre el mismo, sobre su pasado, y ahora, también me miente sobre mi vida. En una casa con mi "familia". Gente que me miente, que me traten como una puta niña, cuando he dejado mas que claro que no lo soy.

Furiosa. Furiosa porque me mienten para "protegerme", pero no se dan cuenta que me hacen mas daño. Furiosa al darme cuenta de que mi destino ya estaba escrito por un poder místico o no sé qué mierda, sin yo poder escoger. Joder, ya de por si odio que me digan que hacer, ¿pero que elijan con quien se supone que tengo que pasar el resto de mi vida?, joder, me hierve la sangre.  Se que eso no es culpa de Liam, ni de mi padre, o hermano. Pero no puedo evitar sentirme así.

Estoy furiosa con la vida, por joderme una y otra vez.

—¿Astrid?, ¿Cómo te sientes?.

Sali de mi trance, y por fin me atreví a mirarle a los ojos. Ahí es cuando pude ver que Liam estaba igual de asustado que yo, aunque ninguno de los dos lo fuera admitir.

—¿Cómo quieres que sienta?, estoy enfadada. Que digo enfadada, estoy que me pongo a soltar ostias como palos.

—Lo entie-

—No. No lo entiendes. No lo entiendes porque a ti no te han mentido. Tu no lo entiendes, porque no te ocultan las cosas para "protegerte", no tienes que escarbar por información sobre tu vida, porque a ti no te mienten. No te tratan como si fueras un débil, inútil, incapaz de manejar cosas así. Soy mujer, si soy emocional, pero esto se trata de mi vida, ¡De mi jodida vida! Y ni tú, ni ningún otro hombre tiene el derecho de quitarme el derecho a saber la verdad.

Me pare de rebote para poder alejarme lo mas posible de él.

—Escucha—pase por su lado, para poder entrar, pero me agarro del brazo, impidiendo que siguiera caminado—, no, tu no te vas. As dicho que quieres que te dejen de tratar como una niña, bien, hecho. Pues deja de actuar como una, y escucha lo que tengo que decir.

Me jode que tenga razón después de toda esta mierda. De mala gana me devolví a donde estaba, aunque no me volví a sentar, que sepa que todavía estoy enfadada.

—Lo supe en el instante que te vi por primare vez, en aparcamiento de la univerdad. Cuando te bajaste del coche, sentí como si una corriente de viento me volara, se me electrizo todo el cuerpo, como cuando te da un escalofrío. Al verte no pensé, "las cosas que le haría", como normalmente, pensé en que no quería que nadie mas te tocara, que nadie mas te viera. Mierda, me entraron unas ganas de meterte otra vez en el coche, y follarte de mil maneras hasta que gritaras mi nombre, para que los demás supieran que solo eras mía.

Trague. Este no es el momento de ponerte cachonda Astrid.

—Después de ese momento, mi plan fue intentar odiarte, y hacer que tu me odiaras, de esa manera me podrá asegurar que nada evolucionara. Créeme, cuando descubrí que tu eras mi cognata, me cague en todo dios posible, te odie por haberme jodido la vida, te echaba la culpa, pero el tiempo fue pasando, y te fui conociendo aun más, te fuiste metiendo bajo mi piel mas y más, hasta que deje de culparte. Tu padre se dio cuenta el día de la cena en el restaurante. No sé cómo, eso tendrás que preguntarle a el, pero se dio cuenta y me confronto. Quería decírtelo, pero mierda, sabes como eres. Eres como un pájaro, libre y sin rumbo, y soltarte esta bomba si de la nada, no te quería joder la vida, ni yo ni tu padre. Si Alek y los demás lo saben es porque no sabia que hacer, y les pedí ayuda—se pasó las manos por el pelo estresado—, mira, quiero que te quede claro que si no te lo contamos es porque no había necesidad que lo supieras, de todas maneras, ni siquiera habías empezado a cambiar. No te queríamos arruinar la poca libertad que te quedaba.

IVÁNOV Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora