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12. Novio

Antes de que empecéis os pido que leáis hasta el final, porfa 🙏🏻 Tengo algo que deciros.
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21 de noviembre 2043

Martina

—Mamá, te lo estoy diciendo en serio. — le digo a la mayor de mis madres — Uf, estoy muy nerviosa.

—Martina de verdad, tranquilízate ya hija. — dice metiendo la lasaña que acaba de preparar en el horno — Te juro que me voy a comportar, pero el chiquillo tendrá que conocerme como soy, digo yo.

—Vale, ya me callo. — suspiro — Voy a cambiarme y a secarme el pelo.

Subo las escaleras y entro a mi habitación, donde me encuentro a mi hermana rebuscando en mi armario.

—Ey. — llamo su atención — Sara, ¿Cuántas veces te he dicho que si quieres mi ropa me la pidas? Pero no me revuelvas todo tía, luego me dejas todo desordenado.

—Perdon. — se disculpa ella — ¿Me dejas la falda negra?

—Toma. — la saco del armario y se la doy — ¿Esa camiseta no es de Hugo? — ella asiente — Parece que no tienes ropa, chica. — ambas reímos.

—Bueno, ya sabes que me gusta mucho vuestra ropa. — admite — ¿Qué te vas a poner?

—No lo sé. ¿Me ayudas? — le pregunto.

—Vale, pero — siempre tiene que haber un pero — me ayudas a maquillarme.

—Hecho. — acepto — Pero un poco solo, y primero me tengo que secar el pelo.

Finalmente, opto por pedirle prestado a la pequeña de mis madres uno de sus vestidos, mientras que mi hermana se ha puesto la falda que le he dejado con una camiseta blanca ancha de mi hermano.

Después de vestirme, secarme el pelo y peinar bien mis rizos, maquillo sutilmente a mi hermana.

—Dios mío Sara, estás guapísima. Bueno, es que lo eres. — le digo.

—Anda que tú. — sonríe — A Jorge le va a llegar la mandíbula al suelo cuando te vea.

—Exagerada. — le doy un pequeño toque en el hombro — Le tengo que decir que te presente a su hermano, es guapísimo.

—¿Hermano? — me mira divertida — ¿En serio Martina? Casi quince años aguantandome y todavía no te has enterado.

—Claro, se me olvidaba que tú orientación sexual le agrada mucho más a mamá que la mía. — bajo mi vista a mis manos y recoloco mis anillos.

—Eh, mírame. — me pide y obedezco — Sabes como es mamá, pero también sabes que está tan orgullosa de tí, como de mí y con que seas feliz le basta.

—Bueno, tampoco me gustó decepcionarla de algún modo. — digo notando como algunas lágrimas se acumulan en mis ojos.

—Deja de decir tonterías anda. — dice con un semblante serio —  Y no llores, que se te va a estropear el eyeliner. — ríe.

—Dame un abrazo. — la acojo entre mis brazos — ¿En qué momento has crecido tanto? — la abrazo mientras intento retener las lágrimas al recordar la conversación que tuve con mi madre hace algunas semanas.

Llevo unos días dándole vueltas y finalmente he decidido que hablaré primero con mami para que ella me ayude a contárselo a mamá tranquilamente.

—Mami. — lamo a la puerta de su habitación — ¿Puedo pasar?

—Sí, pasa. — abro la puerta y la veo dejando su guitarra sobre la cama.