Desperate (+16)

6| new years tears

Mis hermanos y yo estamos de vuelta en Hogwarts, con Harry y Hermione. Era el 31 de diciembre, lo que significa que el año casi había terminado. No podía imaginarme qué pasó casi un año en la escuela. ¡Es increíble y tan increíble! El año estuvo lleno de bromas, mucha diversión y muchos riesgos que asumimos. Eran las siete de la mañana y Her y Ginny hablaron sobre sus novios. Ginny habló sobre Harry y Hermione sobre mi hermano Ron, lo cual fue bastante divertido.

-¿Qué piensas hacer con ... ya sabes ...Adrian? -Preguntó Ginny y me miró.

-No lo sé, últimamente está actuando muy raro -agarré mi libro favorito.

-¿Qué quieres decir con raro? -Preguntó Hermione.

-Me está ignorando y cuando paso junto a él, simplemente me llama sangre sucia o algo así -jugué con mi anillo.

-Oh, entonces olvídalo. ¡No se merece una reina como tú! -Dijo mi hermana menor.

-Sí, probablemente tengas razón -sonreí débilmente.

El tiempo pasó y me senté junto a George en el Gran Salón. George y Ron tocaron algo, Fred estaba hablando con Angelina y solo miré la mesa de Slytherin. Él hablaba con Draco y ambos se rieron. Mis ojos se posaron en sus labios suaves, los lamió y estalló en una carcajada. Haría de todo, por volver a besarlo, sentirlo... estaba desesperada por él.

Adrian me miró y su sonrisa se desvaneció. Nos perdimos en los ojos del otro y hubo un momento en el que todo se ralentizó por un segundo y vi un escalofrío en sus ojos. Algo sucedió entre nosotros y se sintió increíblemente intenso. No puedo ignorarlo para siempre, pero quiero que sea él quien regrese arrastrándose. No volvería, para que me trataran como un juguete de placer. No esta vez, no otra vez.

Miré a George, que estaba comiendo su pastel de calabaza y hablé con Hermione. Mi cabeza fue hacia Fred, que estaba hablando con Ron, Hermione, Harry y Ginny. Decidí levantarme y salir del Gran Comedor. La biblioteca fue mi próxima parada y me senté en un rincón tranquilo, donde normalmente nadie se sienta y comencé a leer mi libro.

-¿Este lugar está ocupado? -Una voz ronca, me hizo mirar .

-Sí -dije simplemente y levanté mis pies en la silla, que estaba enfrente.

Sentí sus ojos sobre mí y fue muy difícil no mirarlo- Cass, por favor, vamos a... -lo interrumpí.

-¡Es Cassiopeia para ti! -Siseé enojada.

Me levanté y empaqué mis cosas, cuando sentí unos fuertes brazos alrededor de mis muñecas.

-¡Hablaremos, ahora! -Exigió y me empujó contra la pared.

-¡Vete a la mierda, Adrian! -Gruñí y lo empujé.

-¿Qué diablos te pasa? -Se rió con sarcasmo.

-¿Qué me pasa? ¿No te diste cuenta? ¡Oh, cómo pudiste! ¡Eres un idiota egoísta y solo te preocupas por ti mismo y tu maldito placer! -Grité y gracias a Dios, estábamos solos en la Biblioteca.

-No lo entiendo, ¿por qué estás tan enojada? ¡No hice nada! -Espetó.

-¡Ahí lo tienes! ¡No hiciste nada! -Respondí bruscamente y agarré mi bolso.

-¡No huyas, estamos hablando! -Gruñó y me empujó contra la pared.

Lo único que realmente quería era sentir sus labios perfectos en los míos. Pero no pude hacer eso. Pensé en nuestras pequeñas relaciones, él no estaba valía mi tiempo y claramente yo no valía su tiempo.

-No me vuelvas a hablar nunca más -dije y tiré de mi mano.

-¿Cuál es tu maldito problema? -Gruñó y su mano vagó por mi garganta, dándome un suave apretón.

-¡No quiero ser una de tus putas que te dan placer! ¿Sabes siquiera lo difícil que es ignorarte? -Le grité a la cara y lo empujé- ¿Sabes lo difícil que es actuar como si fuéramos extraños? -Lloré de nuevo.

-¿Qué quieres que haga? ¿Que te folle más? -Se rió y me miró.

-Yo-, dejalo. Está bien, actuaré como si no te conociera -murmuré y lo aparté de mí.

Miré hacia abajo y me escondí para salir de la biblioteca- ¡Cassiopeia, no huyas! -Adrian corrió detrás de mí y me empujó contra su cuerpo.

-¡Aléjate de mí! -Saqué mi varita y lo miré.

Levantó las manos y me miró con calma. Me di la vuelta y se me escapó una lágrima. Adrian la limpió suavemente.

Actuando como si fuera una pieza rota.

-Te odio -Susurré, pero nunca mentí tan fuerte.

Sus cambios de humor me volvieron loca y su actitud con los chicos me debilitó. Pero frente a mí, es otra persona.

-¡Te odio! -Sollocé y golpeé su pecho un par de veces- ¡Te odio! -Grité y me apoyé en su pecho.

No pude evitarlo, simplemente salió de mí. Me recompuse, me di la vuelta sin mirarlo y me fui.

En mi habitación me caí en pedazos y lloré fuerte. Afortunadamente no había nadie aquí. Ojalá nunca hubiera tenido nada con él. Ser vulnerable por un chico es lo peor. Pero nunca volverá a tener el poder sobre mí, como lo tuvo. Él nunca lo hará.

Pasaron las horas y era casi Año Nuevo. Estuve en mi habitación todo el tiempo y lloré, cuando un fuerte golpe me sacó de mis pensamientos.

Me levanté y abrí la puerta, frente a Fred y George. Un fuerte sollozo se escapó y George me dio un gran abrazo.

-El año casi termina y estás llorando. ¿Por qué? -Dijo Fred con calma. Lo miré, él ya lo sabía- No pienses en él, no se merece ninguna lágrima tuya -dijo Fred y las secó.

No funcionó, había más en mí. Salieron como una cascada y no quise detenerlo- Pero me siento tan usada y sucia -Sollocé y lloré en el pecho de George.

Los Chicos no dijeron nada.

-Tres ... -escuchamos a los demás en la Sala Común contar.

-No llores, Princesa. Por favor -George trató de animarme.

-Dos ... -fue Seamus, quien fue el más ruidoso.

-Por favor, Cass -Ambos me dieron un gran abrazo y lo siguiente que escuchamos, fueron grandes fuegos artificiales sobre Hogwarts.