CAPITULO SEGUNDO

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CELO:

Ya no sentía frio, ahora era todo lo contrario.


Un calor incesante lo despertó de su, por primera vez en meses, tranquilo sueño. Hacía tanto que no dormía tan bien y a gusto que incluso consideró ponerle una demanda a Morfeo.

Abrió los ojos lentamente, cansado y enojado por tener que despertar tantas veces y sin su consentimiento en pocas semanas; desde que llegó a la isla no hizo más que dormir y despertar sin parar ya sea por hambre, frio y ahora por un inmenso calor que no tiene explicación. O sí...

La habitación era hermosa y olía tan bien que Harry incluso quería fundirse con la cama si era posible, nunca nada había cautivado tanto a su nariz como ese aroma a bosque y tierra húmeda, aunque estaba mezclado con el suyo.

Se levantó débil todavía y con algo de calor, se dirigió a una gran ventana cubierta con cortinas color rojo en detalles marrones, tomó suavemente la delicada tela de éstas y el terciopelo se fundió con su piel áspera por el imperturbable invierno que reside el bosque, se sorprendió al ver que la ventana no tenía barrotes ni nada por el estilo aunque su sorpresa no se compara como cuando sus ojos verdes, con una chispa de alegría enfocaron ese hermoso y gran jardín, lleno de flores y rosas en un tono rojo sangre. Era tan raro ver un lugar así en medio de esta isla en donde no había rosas color rojo sangre sino sangre color rojo como el de una rosa.

La puerta se abrió de repente para darle paso a una bella chica de cabello castaño y ojos inquietos de un color marrón oscuro, no medía más de un metro sesenta pero su presencia era imponente, fuerte y causaba miedo a simple vista, era sin dudar una omega, aunque sin su aroma todo indicaba que era alfa. Estaba vestida con pantalón de vestir negro decorado con un cinto de hebilla dorada y dentro de éste una camisa blanca mangas largas embolsadas con hombreras. Usaba unos zapatos taco aguja de color negro con suela roja acompañando su sofisticado look.

Harry bajo la vista y se preguntó cómo alguien tan pequeño podía causar tanto miedo, cualquiera podría decir que es por esos dos grandes alfas que, Harry supone, son su guardaespaldas, pero no era así. Ella es quien emana esa vibra que grita "peligro".

"salgan, lo están asustando. Díganle a Sally que le traiga frutas y agua" se dio la vuelta echando un vistazo en dirección a Harry para hablarle "¿quieres algo en especifico para comer cielo?"

"n-no"

"bien, vayan, está débil por su celo todavía y lo están perturbando"

"¿celo?"

"o claro que tonta soy, ven siéntate en la cama corazón, te voy a contar todo" dicho esto, la bella omega se sentó en la cama palmeando un lugar a su lado para que Harry se sentara.

De un momento para el otro Harry sentía celos de que esa chica con, ahora, una sonrisa que estaba seguro debía doler esté sentada en la cama y pueda olfatear ese exquisito aroma. Dios... se estaba volviendo loco.

"no muerdo chico. Ok si... pero solo si se la buscan"

Con pasos lentos y temblorosos Harry se dirigió a la cama para por fin acatar la orden de la omega.

"Soy Louisette pero me puedes decir loulou, solo dejo que mi hermano me diga así pero sé que seremos buenos amigos tú y yo"

"¿tu hermano?" preguntó el ojiverde con un deje de confusión.

"si, es quien te encontró en el bosque y te trajo aquí, es raro ya que no es la primera vez que le pasa pero si la primera vez que ayuda a una persona"

SAVE ME... PLEASE [Terminada, en edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora