Capítulo 51: Leucemia.

1.2K 37 2
                                    

Punto de Vista de Paige:

—¿Qué?—pregunté intentando encontrarme con los vidriosos ojos de mi padre.

—No se si sea cierto, Paige.

Harry no puede estar enfermo, ese tipo de cosas no puede pasarle a alguien tan joven y "sano" como él, si, se que al año en el mundo mueren millones de niños, pero se suponía que nacer en una familia acaudalada nos protegía de ciertas cosas, cosas como ciertas enfermedades, o por lo menos eso creía hasta ahora.

—En estos momentos lo están trayendo de filipinas—informó.—Irá inmediatamente al hospital.

—¿Puedo ir contigo?

—Ya sabes que sí.

Salimos de la casa con rumbo al hospital, quizá era muy apresurado de mi parte ir a esperar por él, no sabía cuando ni a que hora llegaría su vuelo o si estaba de humor para visitas. Al llegar al hospital todavía no tenían registrada la entrada de Harry, me aburriria infinitamente o quizá la preocupación haría que el tiempo se fuera más rápido de lo normal.

—¿Qué pasa si...—dudé.

—No pasará, no dejaré que esto avance, sé que puedo arreglarlo.

—¿...Y si no puedes?—pregunté. Me miró consternado.—No puedes exigirte más de lo que puedes hacer. No puedes jugar a ser Dios.

—Si puedo hacerlo, lo haré. Paige, amó tanto a ese chico, sabes bien que lo considero un hijo, y no voy a dejar que Anne sufra la perdida de su hijo, no si puedo evitarlo.

Sabía muy bien que mi padre haría todo lo que pudiera y hasta más, no le importaría pedir algunos muchos favores con tal de solucionar los problemas de Harry, traería a Londres a los mejores médicos del mundo, todo con tal de salvarle la vida.

***
Punto de Vista de Harry:

—¿Te dijeron Leucemia?—cuestionó Thomas viendo el expediente. Mi madre asintió.—Anne, Harry no tiene leucemia.

—¿No?

—No—dijo mientras respiraba aliviado.

—¿Entonces que tiene?

—Sí, hay una gran cantidad de glóbulos blancos en su sistema. Puede que si no se trata en un futuro desarrolle leucemia mielogena crónica, pero todavía hay manera de arreglarlo.

—¿Arreglarlo?—pregunté. El asintió.

—Debido a que todavía estamos a tiempo, todavía podemos controlar la situación.

—Pero el doctor...—intentó decir. Él negó. —Lo siento tanto hijo...—masculló mientras las lágrimas salían de sus ojos.

¿No tengo leucemia? ¡No tengo leucemia! Jamás había estado tan feliz en mi vida, por fin pude respirar tranquilo, en paz, me sentí aliviado, tan, tan aliviado.

***

—Hola—me saludó desde la puerta, la verdad no era a ella a quien yo quería ver, pero me alegraba que estaba ahí para mi.—Mi padre me comentó lo que pasó. ¿Te sientes mejor?

—Me siento tranquilo al saber que no tengo leucemia, aún.

—Y no la vas a tener nunca. Sabes muy bien que mi padre no dejará que te pase nada.

—Si—respondí con una sonrisa, me sentía tan contento de saber que alguien aparte de mis padres, se preocupaba por mi de esa manera, que alguien me apreciaba tanto a pesar de todo lo que le hice a su hija.—Sé que tu papá es muy perseverante.—dudé.—¿Mi padre ha venido?

—Anoche estuvo aquí un rato.

¿Anoche?

—¿Estuviste aquí toda la noche?—asintió débilmente.—¿Por qué?

—A pesar de todo lo que ha pasado todavía me importas.—sonrió.—Además, alguien  debía cubrir a Anne para que fuera a dormir.

—Gracias por estar aquí.

No sabía si debía preguntar por ella, una parte de mi me decía que preguntará, tenía que saber si Amanda se había enterado, o si había recibido mis mensajes.

—Me tomé la libertad de llamar a Amanda por ti.—confesó como si me hubiera leído la mente.

—¿Qué...—aclaré mi garganta.—¿Qué te dijo?

—Me mando a la mierda, por supuesto.

—¿Le dijiste?

—Le dije sólo lo necesario, pero aparentemente no le importó, porqué colgó el teléfono antes de que le dijera que la necesitabas.

¿La necesito? ¿Realmente necesito de Amanda para estar bien? ¿Para ser feliz?¿Para sentirme vivo?

La Chica Mala  |H.S|Where stories live. Discover now