capítulo 10

3.5K 419 25
                                    

Eran las tres de la madrugada cuando salimos del departamento.

Salimos de Seúl hacia las afueras como a las cuatro, aproximadamente. La fábrica estaba tal como dijeron, en un sitio eriazo donde no había más edificaciones.

Detuve el auto y me bajé con Jungkook,  todo estaba a oscuras.  Nos guiamos con una linterna hacia el interior.

—Jimin,  sólo te pido que pongas a salvo a Jikook.

—Lo sé —dije con la voz apretada y lo abracé sin poder contener mis lágrimas.

Jungkook buscó mi rostro y me besó.

—Te amo, Jimin. Recuerda eso — me apretó la mano y continuó caminando.

¡Diablos! Mi cabeza estaba confundida  tras esas palabras.

De repente vimos una luz que salía de un cuarto.

—¡Por aquí! —.Nos guío una voz  y ambos entramos.

Ahí estaba Rose afirmando al niño  por delante de ella.

—¡Papi! —Gritó Jikook desesperado, tratando de soltarse de Rose.

—¡Jikook! —Jungkook corrió hacia el, pero ella lo detuvo.

—¡Quédate ahí! —Le gritó descontrolada.

Jungkook se detuvo.

—¿Porqué? —le preguntó.

Rose se puso a reír al borde de la histeria.

—¿Porqué?¿ Te parece poco lo que nos hiciste a mi padre y a mí?

—¡Por favor entrega el niño a Jimin! Es lo único que te pido.

Ella me miró con un profundo odio.

—¿Jimin? Lo odio tanto como a ti. Él también es culpable,  pero ya llegará su hora.

Rose apretó más fuerte al niño que había empezado  a llorar.

—¡Tú! —Me indicó con su dedo —. Amarra a Jungkook,  sin trampas te lo advierto.

Obedecí. No tenía alternativa.

Luego de atar a Jungkook, Rose se acercó a él y lo apuntó con su arma en la cabeza.

—¡Papi! —Lo llamo llorando su hijo.

Jungkook lo miró y le sonrió.

—Tranquilo, hijo. Ve con tío Jimin,  yo iré después ¿Confías en papá?

Jikook  asintió hipando todavía.

—Papi, te dejo a muñeco para que te cuide ¿Ok?

—Gracias,  ahora ve con  Jimin.

El niño corrió a mis brazos y escondió su carita en mi cuello abrazándome fuerte.

—¡Váyanse! —me gritó ella.

Yo miré a Jungkook quien con sus ojos me suplicaba que me fuera.

Me di la vuelta y salí del lugar con Jikook en mis brazos.

Cuando estuvimos dentro del automóvil,  RM partió.  A escasos metros yo lo hice detenerse.

—RM, para.

—¿Jimin? ¡Por favor!

—No puedo dejarlo, tengo que volver. Llama a la policía, no podemos manejar esta situación nosotros solos.

RM asintió, podía ver su angustia.

—Jikook, bebé,  iré por papá, por favor no llores.  Estos dos amigos te llevarán a casa, puedes confiar en ellos.

Jikook se secó la carita con sus manos.

—Me portaré bien, te lo prometo.

—¡Ése es mi chico! —Lo abracé y me bajé del auto. RM partió hasta que lo perdí de vista.

Caminé sigilosamente hasta llegar a la fábrica,  los minutos me parecían horas. Ya en el interior  escuché los gritos histéricos de Rose. Había llevado a Jungkook a la azotea.

Me escondí sin hacer ruido  y miré hacia donde se encontraban. Jungkook estaba tirado en el suelo, pero Rose ahora no se encontraba sola. Un hombre que no conocía estaba al lado de Jungkook.

—No sabes cuánto te odio,  por tu culpa mi padre murió en la cárcel ¿Lo sabías? Los prestamistas lo mandaron a asesinar al interior de la prisión.

El hombre, a una señal de ella, golpeó fuertemente a Jungkook en las costillas.

—¿Piensas que sufres? Esto no es nada para lo que te espera.— le dijo con odio.

Jungkook se retorcía de dolor en el suelo.

—Yo corrí con más suerte y en una revuelta dentro de la cárcel,  fingí mí muerte. Nadie se dio cuenta ¿Ves a éste hombre? Fue el único que me brindó ayuda y se compadeció de mi. ¿Quieres saber más? Es policía.  Él me ayudó a investigarte  y ¡Bingo!, te habías casado y tenías un hijo.
Los padres de tú esposa eran unos imbéciles así que fue fácil engañarlos. Ahora están muertos, y tú lo estarás también dentro de poco.

Jungkook apenas respiraba tirado en el suelo.

—¿Porqué mataste a YangYang,  si me querías a mí? —le preguntó Jungkook con dificultad.

Rose soltó una carcajada.

—Esa perra se quedó con lo que debió ser mío. Me despreciaste y luego te casaste con esa zorra. Claro que después de haberla matado me enteré de algo muy interesante...¡El niño no es tú hijo! Pero también sé supe cuanto lo quieres...por eso lo utilicé de señuelo y así poder llegar a tí.

—¡Maldita! Aunque no lleve mi sangre es mi hijo,  tú no tendrás ni un peso de mi herencia.

Una nueva risotada.

—Eso está por verse. Cuando compruebe que no es tú hijo y que la única familiar sanguínea que te queda soy yo, veremos.

—No  puedes, tu figuras como muerta ¿O te delataras tu misma?

—Todo puede arreglarse con dinero, querido.

Ví a Jungkook mirarla con un odio y asco profundo.

Yo había escuchado todo, pero no era el momento de analizar nada,  sólo quería ponerlo a salvo.

—¡Hazlo ahora!¡Mátalo! —le ordeno Rose a su secuaz.

El hombre apuntó con el arma a Jungkook a punto de jalar el gatillo.

—¡Alto! —Grité apuntando a Rose con mi arma —si Jungkook muere, ella también.

El hombre dejó de apuntar a Jungkook.

Debía ganar tiempo para que la policía llegara. Yo sólo tenía en mente que Jungkook debía salir con vida para que volviera al lado de su hijo.

Mi única oportunidad era matarla,  pero aún quedaría ese hombre y lo más seguro era que al morir Rose lo matará al instante. No estaba tratando con personas normales, los dos estaban locos.

¡Dios que llegue pronto la policía, porque yo solo no podía salvarlo!

¡Dios que llegue pronto la policía, porque yo solo no podía salvarlo!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El guardaespaldas 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora