𝟾. 𝑆𝐸𝐷𝐸𝐶𝐼𝑀: ¿𝐴𝑙𝑔𝑢𝑖𝑒𝑛 𝘩𝑎 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑛𝑡𝑎𝑑𝑜 𝑏𝑢𝑠𝑐𝑎𝑟𝑚𝑒 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑦𝑜 𝑎 𝑡𝑖?

1.3K 137 88
                                    

Jeno juega con sus gafas inquieto en medio de su habitación. Hay muchas cosas alrededor de sus pensamientos que lo atosigan y le revuelven el estómago.

¿Por qué Jaemin tomaría sus piezas en un juego tan peligroso? Y peor aun, lo invitaría a formar parte de él. Es como lanzarse a sí mismo al abismo sin un paracaídas y esperar a que alguien lo atrape en el fondo. Como si tuviera a alguien dispuesto a hacerlo.

Admite que el cosquilleo en sus manos cuando él susurró lo inclinaron de ese lado de la balanza. Se ha vuelto adicto a la voz de Jaemin y no se siente fascinado por ese nuevo descubrimiento, el que ser débil y estar atrapado entre un par de garras menos que santas suena tentador.

Se coloca los lentes y avanza hacia su escritorio dispuesto a perder todas sus ideas insanas en libros académicos antes de que la impotencia lo obligue a vomitar sobre su cama.

—¿Hyuck, puedes prestarme tus apuntes de Historia? Estaba quedándome dormido durante la clase. —Explica una vez que recuerda que no tuvo la oportunidad de corregir su escrito por la interrupción de Jaemin.

—Puedo hacerlo —responde con una sonrisa y rebusca en su mochila una vez que deja el suelo. —Con una condición. ¿De qué hablabas con Jaemin hoy?

—Le pedí disculpas.

No es mentira, así que extiende una mano para recibir el cuaderno. Haechan lo retira.

—¿Y?

—Las aceptó. Es todo lo que tengo que decir, acordamos olvidar lo sucedido. —Se rasca la cabeza incómodo y toma con agilidad lo que necesita antes de que Haechan se cruce de brazos.

Sí, para él puede que no sea un avance, pero dentro de las posibilidades mentales y psicológicas de Jeno, el comunicarse de forma adecuada respecto a sus sentimientos e intenciones es todo un logro. Necesita a Jaemin lejos de su vida y lamenta los problemas que le causó, reconoce las causas, mas no pretende alargarlas. No mientras su hogar lo asfixie en una terapia intensiva.

Se sacude del solo pensamiento, tal vez su padre no sea tan benevolente, porque a él le es indiferente perder un hijo si no cumple con sus estándares; sin embargo, aún recuerda a su madre rogando de rodillas porque Junno pidiera perdón y prometiera no volver a encontrarse en una situación como esa, así que con el afán de no perder a otro de sus hijos y vistas las condiciones en las que se encuentra, está casi seguro de que Mina Lee no dudaría en inducirlo a terapia de conversión. Y Jeno tampoco se negaría.

—¿Eso cómo te hace sentir?

Suspira con esa interrogante.

—Si te soy sincero, no es lo que esperaba. Hubiera preferido que me gritara o golpeara, no el que fuera tan amable.

Ignora de forma olímpica el hecho de que le pidió continuar con lo que tienen, algo a lo que Jeno ni siquiera puede ponerle nombre y, de repente, se siente culpable por siquiera pretender nombrar eso.

—Es más fácil asumir la culpa, tiene más sentido, no sé si lo entiendes. Me refiero a que si alguien a quien apenas conozco me causara ese tipo de problemas una disculpa no me bastaría, simplemente hubiera dejado que el torrente de emociones se apoderara de mí y lo hundiera entre la culpa y reproches. Desde su punto es más sencillo recordar algo con rencor que fingir que no lo sientes y, desde el mío, el soportarlo es bueno para no repetirlo de nuevo. ¿Qué aprendes si no?

Ivory Cherry: Church of burned romances [JAENO - JAEMJEN] (Re-publicación)Where stories live. Discover now