❝𝐸𝑙 𝑎𝑟𝑡𝑒 𝑒𝑠 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑐𝑜𝑛𝑠𝑜𝑙𝑎𝑟 𝑎 𝑙𝑜𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑎́𝑛 𝑞𝑢𝑒𝑏𝑟𝑎𝑛𝑡𝑎𝑑𝑜𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝑙𝑎 𝑣𝑖𝑑𝑎❞
-𝑉𝑖𝑛𝑐𝑒𝑛𝑡 𝑣𝑎𝑛 𝐺𝑜𝑔𝒉
Ships: EreMika, AruAnnie y otros.
Los personajes le pertenecen a Hajime Isayama, yo sólo los us...
Aquí les dejo unos intentos de dibujos que hice para este capítulo hace unos meses :p
Perdón, me salieron mal. Prometo arreglarlos en un futuro :(
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Sé que no es lo que esperaban :(
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La luz descendente de la luna y las estrellas invadían la escena de aquellos dos amantes perdidos. El viento hacía presencia y la gélida noche estaba en su apogeo. Intentar buscar la culpa en el ambiente no sería una buena estrategia para Mikasa, no podría justificar sus impulsos tan simplemente. Se encontraba paralizada después de su respuesta, sentía como si sus cuerdas vocales se hubiesen enredado y la única manera de expresar todo lo que sentía por dentro, eran sus ojos. Las lágrimas surgían y no podía controlarlas, emanaba una cascada de emociones.
Poco a poco empezó a sentir un dolor de cabeza con tan sólo pensar en quién era él. La intriga se intensificaba y sentía una inquietud en sus entrañas. No sabía cómo intentar hallar una explicación a todas esas emociones repentinas.
¿Dónde lo había visto? Su aura se le hacía tan familiar y cálida que sentía que era el hogar que ella había perdido.
Las lágrimas aumentaban cada segundo en el que la artista se perdía en su mirada apenada. Parecían estar conectados, intentando recordar. Pero no era una tarea fácil, no podía forzarse a buscar un indicio sin siquiera saber qué pasaba, lo único que le quedaba era averiguar quién era el hombre en frente suyo. Probablemente no había nada que recordar, tal vez ni una mínima pista.
¿Acaso estaban perdidos y volvieron juntos finalmente? Sólo era una fuerte sensación que ejercía presión en su pecho.
Eren quedó atónito frente a la respuesta de la azabache con lágrimas apenadas. Había algo que lo inquietaba, algo que clamaba a toda costa en salir. Tenía ganas de gritarle que la había buscado tanto, sentía que ella era su hogar, que por fin había vuelto. Su corazón petrificado la anhelaba sin darse cuenta. Todo lo que estaba a punto de explotar dentro suyo fue apagado al darse cuenta que no le encontraba lógica a lo que sentía, no había ni un ligero precedente en su frágil memoria acerca de un delirio de esa magnitud; ella sólo era una extraña llorándole a la luna.
