i n t r o d u c c i ó n

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- ¡Eren vas a llegar tarde!

- ¡Ya salgo!

La puntualidad no es mi fuerte, aunque nada es mi fuerte ahora que lo pienso.

Me puse el uniforme tan pronto como me fue posible y salí de mi cuarto. Oh no, ahí se avecina la tormenta. Mamá estaba en el pie de la escalera, esperando con mi bento en la mano t para felicitar a su hijo por haber llegado a preparatoria de milagro.

Bajé las escaleras y mi madre suspiró, dejó el bento en la mesa de la entrada y volvió a acercarse a mí. Comenzando a abotonar mi chaqueta. - ¿Por qué siempre vas con estas pintas? Eres un desastre.

Simplemente le sonreí, mi madre hablaba enfadada pero en su rostro solo se reflejaba el orgullo de una madre y la nostalgia de ver a su hijo siendo casi un adulto.

- Mamá, deja de preocuparte. - Apoyé mi mano en su hombro para después mirar el reloj de reojo. - ¡Diez minutos! ¡Me voy!

Salí corriendo, cogí mi bento, las llaves y obviamente mi skate. No era el mejor de todos pues llevo patinando medio año pero me gusta y me ayuda a no llegar tan tarde.

Corrí durante dos minutos aproximadamente y subí al skate. Un profesional diría que mi velocidad es temeraria para un principiante y para alguien que vive en medio de la ciudad. Debo esquivar a la gente y a los coches después de todo, aunque no es la primera vez que me agarro a uno para darme impulso y tampoco sería la primera vez que alguien me grita por "temerario".

- ¡Jaeger me cago en todos tus muertos!

- ¡Nos vemos en clase Jean! - Dije dedicándole un corazón con mis manos. Podemos insultarnos pero no deja de ser uno de mis mejores amigos.

Estoy acostumbrado a los gritos diciéndome loco y a las bocinas de los coches pero la velocidad es increíble, no es lo mismo que un vehículo. Te sientes libre.

Miré la hora en mi teléfono agrietado, daños colaterales de practicar con el skate, y suspiré aliviado. Faltaban 5 minutos y yo ya estaba frente al portón del instituto. Bajé del skate y rápidamente fui a las taquillas a guardarlo, creo que ningún chivato me ha visto.

- ¿Sigues trayendo eso aquí? - Me sobresaltaría pero no es más que Armin, así que suspiré aliviado. - Sabes que está prohibido traer skates al instituto.

- También está prohibido robar y nuestros presidentes lo hacen con orgullo.

- ¿Ahora eres republicano?

- Solo creo en la libertad de traer un skate a clase, no creo que una tabla con ruedas explote o algo así. - Dije cerrando la puerta de la taquilla. - ¿Dónde está Mikasa?

- Guardando las katanas en el aula. - Dijo cogiendo los libros de historia, estupendo a estudiar a personas muertas a primera hora.

- ¿Y por qué no la multan por tener katanas en un instituto y a mí me castigan por traer un skate?

- ¿Porque las katanas son de madera y son del club de artes marciales? - Dijo con obviedad. Yo solo me resigné a bostezar, la madera duele igual no me jodas. - Vamos a clase, hay un chico nuevo.

- ¿Un nuevo? Pobre, no sabe en qué lugar de locos se ha metido.

- Dilo por ti. - Dijo con una sonrisa. Amigos, tu mayor consuelo.

Estirando mis brazos caminaba con Armin hasta el aula. De vez en cuando lo movía, iba tan concentrado en sus apuntes que no vigilaba si chocaba con alguien.

Entramos, parece que el profesor Smith todavía no había llegado y faltaban alumnos por llegar. Había pocas personas allí, entre ellas Mikasa y Jean.

- Me las pagarás, casi me atropellas con tu cacharro. - Dijo Jean señalándome sentado desde su pupitre.

- Mira Jean te explico, no es un cacharro. Es una tabla de madera con ruedas y se llama skate.

- Cacharro de madera con ruedas. - Sé que lo hace por rabiar.

Mikasa observaba desde su pupitre, con su rostro sereno de siempre. Habla poco incluso con nosotros.

Poco a poco el aula se iba llenando de gente hasta que estábamos todos. Erwin Smith es nuestro profesor de historia, nos cae bien pero su asignatura es un coñazo o al menos para mi. Aunque todas las miradas estaban puestas del chico que estaba de brazos cruzados frente a la clase.

Pelo negro, rostro serio. Realmente parecía un muñeco en el sentido de que casi no se movía y mantenía la misma expresión todo el rato, apenas pestañea. A juzgar a primera vista diría que es un perfeccionista, nadie trae el uniforme tan estrictamente bien colocado aunque fuera nuevo.

- Chicos, a partir de hoy se incorpora a vuestra clase un alumno nuevo. Preséntate por favor. - Habló Erwin, como siempre con una sonrisa. Suele ser un hombre sonriente y algunas veces nos sigue las bromas, pero si lo enfadas no escapas de un resumen de todo el tema para al día siguiente y de palabras duras.

El chico lo miró por un segundo de reojo, creo que solo yo me di cuenta de eso. - Soy Levi Ackerman.

¿Ackerman? ¿Será algún pariente de Mikasa? Tienen el mismo apellido.

La voz de Levi es algo peculiar, llamó la atención de absolutamente todas las chicas menos Mikasa. Parece que Jean tiene competencia, no era un tipo feo.

- ¿Eso es todo? - Preguntó Erwin con una sonrisa algo incomoda al notar lo poco hablador que era Levi.

Levi volvió a mirarlo de reojo, sin cambiar su postura y mucho menos su expresión. - Odio la suciedad.

Ya decía yo, ese traje un poco más y brillaba. Ningún traje se veía tan bien ni siquiera siendo nuevo, daba la impresión de que Levi se pasó todo un día lavandolo y quitándole cualquier pelusa o hilo que sobrara.

Erwin al ver que Levi no iba a hablar más le indicó dónde debía sentarse. Era un chico algo bajo así que por comodidad intercambió sitio con Jean.

Jean estaba detrás del todo, delante Mikasa, delante de Mikasa Levi, al lado de Levi yo y detrás de mi Armin. Erwin lo has mandado con el grupo más loco de la clase sin contar al dúo de Sasha y Connie.

Observé un par de segundos a Levi, atendía a clase sin importar cualquier distracción. Él al notar mi mirada encima suya me miró de reojo, ahora entiendo la incomodidad de Erwin pues la mirada de Levi era fría sin ninguna gota de simpatía aparentemente.

Decidí escribirle una nota para que al menos se integrase, algo simple:

<< Hola, me llamo Eren. ¿Eres Levi verdad?>>

Con cuidado de no ser visto la doblé y se la dejé a Levi encima de la mesa, miró la nota con aparente desinterés. La desdobló y la leyó, no tardó en escribir una respuesta y antes de que me diera cuenta ya tenía la nota encima de mi mesa. Es un chico rápido.

Al igual que él la desdoblé y la leí. He de admitir que me deprimí al ver tan solo la diferencia en la caligrafía: mi letra es algo desordenada y algunas palabras tenían más tinta que otras y otras eran de otros tamaños. En cambio la de Levi era limpia y clara, todas las letras del mismo tamaño y sin sobrante de tinta.

Leí la respuesta y me di cuenta de que sería difícil integrarlo:

<< Sí, al mismo que escuchaste decir su nombre hace menos de 5 minutos. No creía posible que alguien se olvidara tan rápido de un nombre. >>

Say you won't let go《Ereri》Where stories live. Discover now