17. Adivinanzas.

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•Lucia•

Cada uno arregló sus cosas en su respectiva habitación, supuse que Joaquín se quedaría en su cuarto, pero yo me arreglé y me dispuse a ir a un centro comercial.

Al llegar al vestíbulo del hotel lo vi en la barra, hablando muy bien con una mujer 'x', muy guapa la chica, y al parecer muy coqueta también.

Los vi y se me revolvió el estómago a la vez que se me apretaba el pecho, no reconocí esa sensación.

Miré la puerta de salida, volví a mirar a la parejita y me devolví al ascensor para regresar a mi cuarto, de repente se me quitaron las ganas de salir.

•Joaquín•

A Lu le encanta salir de compras a penas llegamos a cualquier lugar, asique cuando terminé de arreglar mis cosas, rápidamente bajé al vestíbulo a esperarla y darle una sorpresa.

Luego de unos minutos de espera se me acercó una chica, comenzamos a hablar, ella estaba tomando un trago, era bastante amable.

Cuando llegó su pareja tomaron rumbo a su habitación, al dirigir mi mirada al elevador vi a Lucia detrás de las puertas que se iban cerrando, pero con la cara triste o angustiada ¿Se le habrá olvidado algo?

Decidí ir a su siga, llegué a la puerta de su habitación, cuando iba a tocar escuché su respiración pesada e irregular, oí sollozos.

—¿Gachi? Abre, ¿Estás bien?

—Si, tranquilo.— respondió con la voz entrecortada.

—Dejame entrar.— Silencio, no dijo nada— ¡Lu! Abre y decime que te pasa.

Esperé unos eternos segundos y vi como se abría la puerta, pero Lucia enseguida me dio la espalda y se recostó en la cama, también dándome la espalda.

Cerré la puerta detrás de mi. —¿Podes hablar y decirme que te pasa? ¿Por qué lloras, Gachi?— ella siguió sin hablar —A ver... vamos a jugar a las adivinanzas.— me acosté a su lado, mirándo al techo, dejando un espacio prudente entre nosotros. —Claramente algo te hizo daño, ¿no?

No volví a sentir nada de su parte, hasta que me contestó. —No lo sé...— habló casi inaudible.

—Bueno.., pero obviamente te afectó. Ahora dime ¿fué algo que escuchaste?— negó con la cabeza. —¿Algo que viste?— nuevamente no me dió respuesta alguna por unos segundos, pero después pudo asentir. —¿Qué viste Gachi?

—N-nada... es algo... estúpido.

—Dale, cariño. Contame que viste, por algo te afectó tanto.

—A vos.

—¿A mi? ¿Haciendo qué?— por unos segundos no entendí nada de lo que me estaba diciendo, hasta que se me vino a la mente mi conversación con aquella mujer. La giré por los hombros en la cama, quedamos acostados frente a frente, todavía más cerca.—¿Me viste con una chica en el vestíbulo?— Lucia desvió la mirada y apretó sus labios. La tomé del mentón e hice que me volviera a mirar, seguia sin contestarme y sus gestos eran muy obvios —¿Te pusiste celosa?

Entonces abrió sus ojos en sorpresa. Esos grandes y penetrantes ojos se enfocaban en los míos. A pesar de que la portadora de tales bellezas no decía nada, supe enseguida que era exactamente lo que estaba diciendo. —N-no.— se atrevió a hablar finalmente, aunque en su voz no había ni una pizca de convencimiento.

Sonreí y acerqué mi cara un poco más a la suya. —¿Aún no entiendes que no me puedes mentir? Se te nota todo, Gachi. Te conozco mejor que a mi. Y no tienes por qué preocuparte, esa mujer tiene pareja, solo hablamos mientras su esposo tramitaba su habitación.

Ya No Puedo Vivir asíWhere stories live. Discover now