Waist. { TODOBAKU }

8.

Y aunque ambos planeaban decir muchísimas cosas, al final parecía que ninguno sabía por dónde empezar.

El rubio tomó la iniciativa.

—Por tu culpa me enfermé, ¿eres idiota? activaste tu quirk cuando tenía la temperatura alta y eso lo empeoró —le dió un ligero empujón y metió las manos en sus bolsillos— pero ya da igual, me siento mejor.

—Lo siento, estaba nervioso y no supe qué hacer en el momento, creí que era lo mejor... debí pensarlo bien. Después de todo me alegra que estés bien ahora, porque necesito decirte muchas cosas.

El más bajo sintió un gran escalofrío recorrerle por la columna, sus manos estaban realmente sudadas, así que tenía dos opciones.
1. Mandarlo a volar con una prominente explosión porque faltan menos de dos minutos para estar en el salón.
2. Escucharlo.
Haría lo primero, pero sus sentimientos ya no le permitían hacerle algún tipo de daño al bicolor.

—Habla de una vez, pero no quiero oír cosas raras.

—No sé qué es lo que consideras raro.

—Que te guste tocarme es raro, estos tres días mi cintura la ha pasado bastante tranquila.

—Pero tendré que tocar el tema para decirte lo que quiero decirte.

—¡Pues no sé! Dilo sin decirme lo que quieres decirme.

—Tengo que decírtelo para decirte lo que no quieres que te diga.

— ¡¿Y qué se supone que es lo que no quiero que me digas?!

Exclamó el rubio algo irritado, parecía un idiota, ambos parecían unos idiotas que compartían neurona, lo cierto es que estaban bastante nerviosos y al parecer llegaban a cualquier cosa, menos al punto.

— ¡Que me gustas, me gustas mucho y no sé cómo pasó, desde que empecé a estar contigo, a tocarte, a verte de cerca, empecé a desarrollar sentimientos por ti!

Por primera vez, Shoto había elevado el tono de voz en una situación para la que no era necesario elevarla, Katsuki podría jurar que incluso aquello había resonado, junto a la campana de entrada a las aulas.

El rubio se sentía mareado, su rostro y orejas estaban rojas, otra vez esa sensación de vomitar estaba totalmente presente.

— maldición, que eres ruidoso —limpió sus manos en sus propios pantalones y se cubrió la cara un momento con ambas, era una situación algo impensable— y también eres un idiota, un acosador y para nada inteligente.

Realmente era una situación inesperada, el más ruidoso se encontraba tan avergonzado que no podía gritar y el más serio había gritado totalmente alto que gustaba de él.

Qué situación.

La cara de Todoroki ante las palabras de Bakugou era un total poema, ¿qué se supone que era lo que el rubio quería decirle entre tanto insulto sin siquiera mirarlo? ¿alguna táctica de confesión? ¿iba a ser rechazado?

—No tienes que aceptarme si no quieres... —el bicolor continuó hablando—. Mi hermana me dijo que todo dependía de si te gustaba también, pero si no te gusta que te toque, creo que menos yo, ¿no es así?

—Deja de poner palabras en mi boca, idiota, si te quisiera rechazar, ya lo habría hecho desde que te paraste frente a mí.

Elevó su rostro nuevamente y miró a los ojos ajenos, enfrentando la vergüenza que sentía lo podía comer vivo.

—Lo que quiero decir es que, correspondo la mierda que sientes por mí, eso es lo que tienes qué saber.

Sin más palabras, Shoto no tardó en acercarse y tomar las manos ajenas, para después atraerlo a un abrazo en el cual rodeó a Katsuki por la cintura.

Estaba presenciando cómo Todoroki se sentía seguro y confiado acerca de él y sus sentimientos.

—Por favor, sal conmigo.

Murmuró el bicolor, sin soltar al rubio el cual hasta su mochila se le había caído por la impresión. No hizo más que posar sus manos sobre el pecho de Shoto, sin apartarlo, sólo recargando estas en él.

—Eres realmente un idiota.

—He perdido la cantidad de veces que me has llamado así.

—Es mejor que dejes de contarlas, no porque seas la persona con la que salga, voy a dejar de hacerlo.

—¿Eso quiere decir que estás aceptando?

—Eso quiere decir que estoy aceptando, idiota.