Salieron mis tios y los vi, y ellos me vieron pero no parecian ellos, y cuando me vieron aun menos. Les salieron unas alas y se transformaron en unas:
-FURIASS!!!!!
Dijo David yo no supe reaccionar pero Paula si, saco su pequeña daga y empezo a repartir tajos a diestro y siniestro, yo seguia paralizado y tampoco pensaba matar o destruir a mis tios, pero no se como parecio que Paula me había leido el pensamiento
-Mike no son tus tios, ellos nunca lo han sido.
Entonces reaccione y cogi mi pequeña espada del campamento y me cargue a mis tios que en realidad eran furias.
-Ofu moreno porque poco- Dijo David
-Lo mismo digo- dije yo.
Seguimos caminando hacia el Olimpo pero esta vez más alerta, por suerte no vinieron más monstruos cosa que a David le inquietaba.
Estabamos a una manzana del Olimpo cuando un toro-humano se cruzo en nuestro camino. (Más monstruos, que felicidad para mi body) pensé, por suerte apareció una chica joven con ropa plateada, llevaba un arco de plata y tenia unos lobos blancos a su lado le seguian varias chicas con la misma vestimenta. Acabaron con el monstruo en abrir y cerrar de ojos al acabar la primera chica que había descrito se acerco a mi.
- Con que tú eres el hijo de mi hermano Apolo-
Entonces Paula y David se arrodillaron al momento pero yo me quede en mi sitio.
-Asi es,¿y usted es?
-Los jovenes de hoy en día que poca cultura, soy Artemisa diosa de las estrellas y gemela de Apolo, osea tú padre.
-Vale. Gracias por salvarnos la vida mi señora pero tenemos que apresurarnos, es que llegamos tarde al Olimpo.
-Muy bien, pues os acompaño.
-Me parece correcto.
Respondí, y nos encaminamos hasta el Olimpo.
Después de un buen rato caminando llegamos al Empire State.
El portero del edificio nos miro con esa típica cara de profesor amargado, pero cuando se fijo en Artemisa se le cambio la cara y nos llevó al ascensor, yo estaba al lado del panel de botones pero el problema era que no sabía cual pulsar, Paula se dio cuenta y me ayudo a encontrar el piso 600.
Pasaron unos cuantos minutos y al fin llegamos.
La estancia era preciosa, todo era de mármol blanco y oro, había pequeños santuarios donde las ninfas, musas y dioses menores jugaban o tocaban música. Era perfecto y cuando llegamos a los tronos era aún más. Estabamos a unos pocos metros de los dioses asi que decidimos arrodillarnos ahí mismo hasta que Zeus dijo:
-Levantaos semidioses, ¿que haceis aquí?
-Mi señor venimos a entregar un paquete a su esposa Hera.
Dije y acto seguido le entregue el paquete.
-Muy bien mis pequeños héroes ahora os entrego una misión. Tendréis que ir a España, ahi os encontraréis con un guerrero que os guiara hacía vuestra misión así que mucha suerte.
Los tres nos miramos perplejos hasta que mi padre dijo:
- Tranquilos allí encontraréis todo lo necesario para el viaje.
Asentimos y después todo se volvió blanco.
Bueno chicos/as espero que os haya gustado el capitulo los favoritos y comentarios se agradecen y gracias por esas más de doscientas leídas : )
