08. Denki

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Hitoshi se removió incómodo en la cama. Su espalda ardía.

Se dio la vuelta para quedar de cara al colchón y abrazó una de las almohadas para remplazar el cuerpo de su novio que en algún momento de la mañana había desaparecido de la cama.

Era sábado y no estaba en sus planes levantarse de ese nido de sábanas.

Claro, nadie se molesto en avisarle a Denki.

- ¡HI-TO-SHI! -gritó el menor, dando un salto en la cama con cada sílaba- ¡DES-PIER-TA! ¡YAAAA!

- Estoy despierto -murmuró, escondiendo su cara entre la almohada

- No lo estás, despierta ya

- Estoy muy, muy, muy despierto

- Claro que no -volvió a saltar para esta vez quedar más cerca de su novio y removerlo por el brazo derecho- vamos Toshi, arriba

- Den, es sábado -se quejó sin intenciones de levantarse

- Hitoshi Shinso, si no te levantas en este momento no dejare que me toques por todo un mes

Okay, eso sí que lo hizo temblar.

Pero igual a su parte suicida no le importo mucho.

- El que sufriría con eso serías tú -se atrevió a decir, arrepintiéndose casi al instante

- ¿Eso crees? ¿Quieres comprobarlo?

Bueno, después de todo ¿que tenía de malo levantarse temprano un sábado por la mañana? eso hacían las personas productivas.

- Okay, tú ganas -contestó. Dejando a un lado la almohada e incorporándose en la cama. Su novio lo recibió con una sonrisa orgullosa- ¿que es eso tan importante que requiere de mi atención tan temprano?

- ¿Ah? Oh, si, la cocina se esta quemando.

- ¿¡Que!?

Dos baldes de agua y un sin fin de gritos y maldiciones después el fuego estaba apagado, él tostados carbonizados y las ventanas abiertas con el humo negro escapando por ellas.

Shinso tomó una camisa y se la colocó mientras su novio veía con un puchero las migajas quemadas de su pan tostado.

Hitoshi contó los segundos que tardaría el rubio para empezar a lamentar su "pérdida"

7 segundos exactamente

- Mi pan

- Nuestras vidas

- Estás eran la últimas rebanadas que quedaban

- Oh, lo siento, casi olvido que los humanos venimos con vidas de repuesto

Shinso rodó los ojos y Denki volvió hacer un puchero ante la caja vacía de pan

- Debería ir al súper mercado por más

- Deberías ir al baño a arreglarte. La recepcionista llamó a mis padres para informarles que hubo un mini incendio, ellos vendrán en cualquier momento

- Tus padres me han visto en peores situaciones- se encogió de hombros- ¿recuerdas esa vez que deambule sonámbulo por tu casa con mi pijama de Hello Kitty? Aizawa aún sigue conservando las fotos

- Se que mis padres te conocen en peores condiciones, pero lo que no conocen es esto -pasó sus dedos por el marcado cuello del menor y este se estremeció- tendrán muchas preguntas si las ven

- Tienes razón. Iré al baño

Shinso sonrió y besó su cabecita rubia antes de hacerse a un lado para que el menor pasara.

Se quedó recogiendo el desastre y ordenando un poco el desorden que habían hecho la noche anterior y que no recogieron por... bueno, entretenerse en otras cosas; en algún momento Denki salió solamente para golpearlo porque uno de los chupones era muy difícil de cubrir y el solo rio por el adorable berrinche de su novio.

- ¡Tu pagarás todo el maquillaje que uso para taparlos! -le grito, dirigiéndose nuevamente al baño después de soltarle un puñetazo en el hombro.

- ¡Yo siempre lo pago! -le recordó y su novio cerró la puerta con fuerza al recordar que era cierto

Volvió a reír y siguió barriendo la sala.

Una punzada de picazón en su espalda lo hizo detenerse justo cuando terminó con el aseo. Recordó que la noche anterior Denki había estado muy efusivo y se imaginó que seguro su espalda debería de parecer una escena de un crimen con esos arañazos recorriéndole de punta a punta.

Pero no podía quejarse; no si era Kaminari quien los hacía.

- Pero...- murmuró, cuando una pregunta cruzó su mente

Era consciente de su lista de placeres y fetiches secretos, esos que le causaban una oleada de calor en el cuerpo y que hacían de la intimidad más placentera; sin embargo también era consiente de que su novio tenía sus propia lista y aún cuando conocía algunos de sus puntos débiles estaba seguro de que había mucho que aún no conocía.

Después de todo, Denki era considerado un ángel, un ser inocente que no se atrevería a romper un solo plato.

Bueno, él tampoco podía decir mucho, a él lo consideraba un chico tranquilo; todos lo veían como alguien aburrido y reservado que se sentaba en una de las esquinas del salón a tomar notas en silencio. Claro que nadie se imaginaba que su espalda estaba constantemente cubierta de arañazos, ni que la caja de esposas en su habitación estaba vacía o que si su novio sabía ocultar chupones era gracias a él.

¿Que bueno se había vuelto fingiendo, no?

QUIET -SHINKAMI-Where stories live. Discover now