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-Beomgyu, ¿has vuelto a tener pesadillas?
El niño en el sofá frente a él se removía un poco nervioso.
-Sí, no son constantes, pero ocurre de vez en cuando.
-¿Le has dicho a algún cuidador acerca de ellas?
-Siempre lo hago. Pero insisten en enviarme contigo porque saben que puedes ayudarme como es debido.
-De acuerdo. ¿Qué es lo que ves en esos sueños?
-El bosque lleno de sangre y cuerpos sin vida. Trato de correr de algo, pero no sé qué es. Puedo ver luz a lo lejos y al dirigirme a ella, despierto. Sé que logré escapar ese día porque me ayudaron, pero no deja de hacerme sentir asustado.
Yoongi asintió con comprensión.
-Ese día fue horrible para todos, y con razón te genera pesadillas, si eras un niño en el medio de todo ese desastre. Apenas han pasado tres años de ello, y hay cosas que no podemos olvidar nunca. Pero lo que no debes olvidar, es que lo que te persiga, jamás va a alcanzarte. Cuando vayas a llegar a la luz, piensa en que llegarás con nosotros y todo estará bien; estarás a salvo.
-Me alivia pensar que eso es la realidad, y hace que deje de dar un poco de miedo.
-No hay nada que vaya a dañarte ahora, tranquilo. Ahora que hemos hablado de ello, espero puedas dejar atrás esos sueños de a poco. Y si no lo hacen, sabes que siempre puedes venir.
-Muchas gracias.- Sonrió con tímidez. -¿Ya es tu hora de irte?
-Sí, eras la última cita del día. Así que recogeré mis cosas y me iré.
-¿Namjoon-hyung te espera en casa?
-Así es. Hoy no ha venido al trabajo, así que rezo porque la casa no esté echa pedazos.
-Envíele saludos de mi parte, y gracias por los consejos, hyung. Nos vemos.
-Hasta pronto, Beomgyu.
La puerta es cerrada, indicando que el despacho ahora está solo.
Tomo mis cosas y salgo en camino a casa, conduciendo algo lento porque aún no me acostumbro del todo a ello.
Al llegar a casa y abrir la puerta, me cercioro que todo esté completo, y en efecto, lo está.
Entro y buscó con la mirada a Namjoon, que aparentemente, no está aquí. Avanzo por la cocina y me dirijo a nuestra habitación, encontrándolo dormido.
Hace unos días, hubo un poco de movimiento en el bosque, aunque este se había reducido mucho en estos tres años. A pesar de eso, Namjoon había vuelto bastante herido y había estado dormido por una semana entera.
Me pregunto cuánto más irá a dormir.
Me quito mi ropa de trabajo y me pongo la pijama para más comodidad. Me meto a la cama, quedando frente a él y observando las cicatrices sobre su piel. Tiene demasiadas, lo que me lleva a pensar todo lo que ha tenido que soportar él solo.
