🐈Uno🍑

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Jimin se encontraba sentado en el gran sillón negro de cuero que él y su esposo habían comprado cuando se habían mudado juntos, frente a un gran televisor donde se transmitía un dorama que le gustaba mucho a JiMin, pero que en ese momento, no le ponía nada de atención. Su atención estaba únicamente concentrada en la pantalla de su celular, donde platicaba con su mejor amigo, Kim TaeHyung, sobre lo que había planeado esa noche para él y YoonGi, su esposo, por su octavo aniversario; también esperaba un mensaje de su esposo y la hora de su llegada para poder celebrar como es debido.

Carraspeo y se removió un poco incómodo en el sillón. Puesto que TaeHyung le preguntó sobre su situación actual con su matrimonio. Hace aproximadamente un mes, empezó a notar como el pálido llegaba más tarde de lo normal, su actitud con él ya no era la misma, lo miraba con indiferencia y ya no con amor, lo pasa de largo y en ocasiones, lo ignoraba en su totalidad. Los almuerzos juntos quedaron en el olvido, y al timpo, también las cenas. De hecho, ya no hacían nada juntos; los apodos cariñosos ya no existían por parte de él, y JiMin poco a poco también fue dejándolos de lado; las caricias eran muy pocas y se sentían carentes de amor; y las palabras amorosas ya no sabían de la boca de ninguno de los dos.

Su matrimonio se había enfriado en tan solo un mes.

Miro la hora en la parte superior de su celular y suspiro de manera sonora y extendida, sobando su cuello con una de sus mano, torcio un poco la boca en gesto de incomodidad y envio el último mensaje del día a su amigo.

"Luego hablamos Taetae, Yoonie ya llegó y quiero pasar una buena noche con mi esposo".

Bloqueo su celular y lo tiró a su lado, apoyo ambos codos en sus rodillas y paso sus manitas con un anillo de matrimonio, por la cara.

Se levantó con aires de decepción y caminó a la cocina, resignado con que su esposo no iba a llegar esa noche, igual que las noches anteriores.

Guardo toda la comida que había preparado con tanto esmero y amor, en platos y los puso en el refrigerador. Dejando las velas, ya un poco derretidas, en la mesa, pues no tenía ganas ni fuerzas para limpiar todo.

Se encaminó al cuarto que compartían ambos y abrió su closet, sacando una de sus pijamas, iba a caminar al baño a darse nuevamente un pequeña ducha, para poder despejar su mente y que sus músculos se relajaron un poco; pero el gran espejo de cuerpo completo lo detuvo.

Respiro hondo y se miro, se había vestido con un saco rojo, una camisa de botones, dejando los primeros dos sueltos para que se viera escotada de color negro, un pantalón que se ceñía muy bien a su figura y por último, una cadena de oro, la cual fue el primer obsequio que le dio YoonGi en su primer año de casados. Se sonrió un poco a sí mismo, pues sabía que él es bonito.

Volvio a emprender su camino al baño y de manera lenta se empezó a despojar de sus prendas, y se metió a la ducha. No pasaron más de 10 minutos y ya estaba saliendo del baño con su pijama puesta.

Camino a la sala nuevamente, cambio de canal al televisor y encontró una película. Se sentó y agarró un cojín para poderme en su regazo y se hizo bolita en una esquina del sillón para poner total atención a la película; pero no fue inevitable para JiMin, un hombre sensible de los sentimientos más puros, llorar porque el hombre del cual está enamorado, y el cual se auto-proclamo como el amor de su vida, había olvidado una fecha muy importante.

La película ya estaba en sus últimos minutos, y JiMin sentía que ya se había desahogado lo suficiente. Suerte tuvo que la película que pasaba era solo una chica que nunca pudo estar con el hombre que verdaderamente amo, pero que sus sentimientos permanecieron siempre.

Su tristeza y melancolía por la película se vio interrumpida cuando por la puerta principal entró el hombre de sus primeras lágrimas de ese día.

– Ya llegué...– Escucho decir a aquel hombre de piel pálida, altura que apenas lo pasaban por 5 centímetros a lo mucho, de gran belleza, Min YoonGi. Su tan querido, olvidadizo y frío esposo.

– Bienvenido, ¿quieres que te sirva la cena?– Preguntó el menor como pudo, pues el nudo en su garganta permanecía como hace una hora atrás, levantándose del sillón y arreglando un poco su pijama.

YoonGi no hizo sonido alguno, viendo fijamente al pequeño hombre frente al sillón. Paso saliva de manera brusca y soltó la pregunta que merodio y estalló en su cabeza apenas entro a su hogar.

– ¿Por qué lloras?– Preguntó con el ceño fruncido, no le gustaba ver a JiMin con lágrimas y rastros de estas en sus hermosas y pomposas mejillas sonrosadas.

El pequeño solo sorbio su naricita de botón y su mirada se dirigió a la televisión, donde ya pasaban el último momento de la película. YoonGi imitó su acción y supo el porqué del llanto del menor.

Suspiro sonoro rascando su cuello.

– No te preocupes JiMin, no tengo hambre.

JiMin apretó sus labios formando una línea recta y asintió levemente. Se despidió de YoonGi deseandole una buena noche y se fue otra vez a la habitación donde dormían ambos. YoonGi ni siquiera alcanzo a también desearle una buena noche cuando el rubio ya no estaba en la sala.

Nuevamente suspiro y sobo su cuello, se sentó en el sillon y puso cualquier programa aleatorio. Sabia que estaba mal descuidar a su esposo, pero realmente quería que él y JiMin tuvieran un buen futuro, trabajaba horas extras para ganar más dinero y poder pronto dejar ese departamento para mudarse a una casa que hace no mucho había visto y quedo totalmente embelesado por lo espaciosa y hermosa que era.

Sabía que estaba mal dejar a su esposo de lado, a parte que también se sentía mal el no poder, desayunar, almorzar ni cenar junto a su pequeño, pero desde hace un mes las juntas con otros socios, los nuevos proyectos, y entrevistar a más personas para el trabajo lo estaban agotando. Más ya que su secretaria, Rose, también su cuñada, hermana de JiMin, la mayoría del tiempo no le avisaba que tenía que ir a juntas, y cuando estaba apunto de ir a casa para convivir un ratito con su esposo, ella siempre le interrumpía a medio camina para decirle que tenía que atender una junta. Odiaba eso.

Tenia que admitir que ya varias veces había pensado en despedirla, pero también recuerda que es la hermanita de JiMin, quien la amaba mucho, y pues no quería que su esposo se pusiera mal por su culpa.

Se sentía muy estresado y tenso, queria una taza de café para despejarse solo un momento.

Caminando a la cocina, sentía una pequeña presión en su pecho, sabía que había olvidado algo, algo muy importante, pero no se acuerda de que es.

Llegando por fin a la cocina, se da cuenta. En la mesa del comer, están dos platos puestos, junto con adorno que sostenía dos velas blancas, con la cera ya un poco derretida.

Trago pesado y saco su celular del bolsillo de su pantalón de vestir y miro la hora.

11:38 pm
2 de noviembre.

En ese momento, parece que le cayó un balde de agua fría, era el día de su aniversario. Y lo había olvidado.

Ahora no solo creía que la película fue el motivo del llanto del pequeño rubio, si no que fue por su estupidez y que haya olvidado esa fecha.

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Okey, este es el primer capítulo, ya con una historia cambiada y con más palabras.

Lamento muchi que no tenga portada, pues la que tenía se perdió y no tengo una aplicación para crear otra😔👊.

Les prometo que actualizaré, pero no seguido, puesto que estoy en clases y muchas veces las tareas son algo extensas y eso por obvias razones me consume el tiempo.

Solo espero no abandonarlos esta vez jsjsjs.

Se despide, la que siempre hace promesas a sus seguidores y no las cumple 🤡🔫.

¿Me engañas? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora