ocho.

5.6K 577 120
                                    

Aquel día Bang Chan había terminado sus clases más temprano de lo habitual debido a que uno de sus profesores enfermó.

Aquello le venía muy bien, dado que el día de hoy había sido agotador. Demasiados exámenes.

Mientras se dirigía a su casa, sonrió enamorado al pensar en Felix. Aquellas últimas semanas estaba más contento de lo habitual, y todo era debido a su lindo amigo.

Bang Chan se sentía más relajado ahora que Felix estaba enterado de sus verdaderos sentimientos que tanto había ocultado.

Felix le había dado una oportunidad.

Y eso provocaba que Bang Chan se esforzara cada día más en enamorarlo, en hacerle entender lo hermoso y único que era ante sus ojos.

Las cosas iban bien entre ellos. Según Bang Chan, los sonrojos por parte del pelinegro y el hecho de que se dejara abrazar y mimar por Bang Chan eran una buena señal. Aunque claro, nunca se sobrepasaba.

Bang Chan haría hasta lo imposible para que su amigo se enamoré de él, y luego intentará que aquella sonrisa tan característica de su amado resplandezca cada día.

―C-Channie~

Cuando Bang Chan llegó al departamento que compartía con Felix, se encontró con un par de gemidos provenientes de la habitación de su amigo.

Se trataba de Felix, el cual estaba gimiendo su nombre.

Bang Chan no supo en qué momento había avanzado hasta quedar frente a la puerta cerrada del dormitorio de su amigo, de lo que sí estaba consciente era que estaba abriendo aquella puerta sigilosamente. Lo que vió lo dejó embelesado, provocando que dejara de pensar coherentemente.

Felix estaba totalmente desnudo, acostado sobre la cama. El sudor cubría su magnífico cuerpo mientras una se sus manos masturbaba su miembro y la otra se ocupaba de penetrarse a sí mismo con un juguete sexual. Sus ojos estaban cerrados, soltando gemidos de placer y excitación.

La sangre de Bang Chan viajó hasta su entrepierna. Aquella era la bendita imagen más hermosa y caliente que alguna vez haya visto.

―Bang Chan, más, más ―los gemidos de Felix eran música para sus oídos.

Y ahí fue donde el pelinegro perdió la poca cordura que le quedaba, acercándose hasta la cama para remplazar la mano de Felix que bombeaba su pene con la suya.

La cara del rubio era un poema en aquel momento, sus ojos abiertos como platos al ser descubierto en aquella situación. Pero la vergüenza duró poco, por que al poco tiempo se encontraba gimiendo nuevamente el nombre de Bang Chan cuando éste cubrió su cuerpo con el suyo, dando leves mordiscos sobre su cuello mientras aumentaba el ritmo de su mano sobre su erección.

Al poco tiempo Felix dejó escapar un fuerte gemido cuando se corrió, soltando chorros calientes entre sus cuerpos, manchando su pecho y la mano de Bang Chan con su corrida.

Bang Chan sonrió mientras se llevaba uno de sus dedos a la boca, degustando la esencia de su amigo, provocando que esté soltara otro necesitado gemido, sintiéndose nuevamente excitado ante aquella imagen.

Sin poder evitarlo, agarró el cuello de Bang Chan con ambas manos para juntar sus labios en un necesitado beso, soltando pequeños gemidos contra la boca de Bang Chan cuando éste adentró su lengua en su cavidad.

―Bebé, si querías esto hubiera bastado con pedírmelo ―murmuró Bang Chan contra sus labios mientras tomaba el dildo que permanecía enterrado en el culo de su amigo, sacándolo lentamente de aquel apretado calor antes de adentrarlo nuevamente, provocando que Felix soltara un placentero gemido al haber alcanzado su próstata―. Sabes que haría lo que fuera por ti.

Los ojos de Felix brillaron ante la excitación que le provocaba Bang Chan.

―No volviste a acercarte a mí de aquella manera desde aquella noche... ―murmuró.

―No quería presionarte, amor ―le respondió Bang Chan mientras pasaba su pulgar sobre la boca de Felix, delineando sus labios en una suave caricia―. Quería que estuvieras seguro de tus sentimientos.

―No paro de pensar en ti ―murmuró el rubio mientras besaba el pulgar de Bang Chan―. Lo único que quiero es estar contigo... en todos los sentidos. Eso significa algo, ¿verdad?

El corazón de Bang Chan empezó a latir violentamente ante la confesión del mayor. Sin poder evitarlo, esbozó una radiante sonrisa antes de volver a juntar sus labios en un casto beso, intentando transmitirle todo su amor a través de sus caricias.

―Te amo tanto ―murmuró Bang Chan contra sus labios mientras sacaba lentamente el dildo del interior de Felix, provocándole a éste un ligero gemido.

Dejándose caer sobre la cama, agarró a Felix por la cintura para colocarlo sobre su regazo mientras seguía besándolo, siendo correspondido inmediatamente por el pelinegro, el cual parecía derretirse entre sus brazos.

―Lix ―jadeó Bang Chan al separarse de sus labios, intentando regular su agitada respiración―. Antes de llegar más lejos, yo... quiero que dejemos las cosas en claro. Si aún no estás completamente seguro sobre tus sentimientos...

En aquel momento ambos olvidaron la situación en la que se encontraban, con un Felix completamente desnudo sobre el regazo de Bang Chan. Ambos corazones empezaron a latir de forma rápida, con un mar de emociones revoloteando en sus pechos.

―Lo estoy ―murmuró el rubio contra sus labios mientras acariciaba sus mejillas con ambas manos―. Tenía miedo de admitirlo, por que nunca antes te había visto como algo más que mi mejor amigo. Pero... durante estas últimas semanas descubrí una nueva faceta tuya ―hizo una pequeña pausa mientras observaba la expresión enamorada que adornaba el rostro del pelinegro―. No estaba seguro de que lo que sentía por ti era amor... pero nunca antes había sentido algo parecido a lo que siento cuando me dices que me amas. Nada se compara con la sensación de estar entre tus brazos, Channie. Siento que mi corazón va a estallar cuando siento tu mirada sobre mí, cuando me besas... y aunque éste sentimiento sea nuevo para mi, siento que te amo. Y no como a un mejor amigo.

Cuando Felix terminó su discurso, sus mejillas estaban coloreadas de un intenso color carmesí. Era la primera vez que abría su corazón de tal manera y se sentía todo muy nuevo y extraño, pero la sensación de las manos de Bang Chan acariciando sus mejillas lo hacían darse cuenta de que esto era lo que quería.

Quería a Bang Chan, quería estar con él.

―Lix... ―murmuró Bang Chan mientras acercaba nuevamente sus rostros, tomando a Felix por la nunca mientras acariciaba sus labios juntos―. Sé mi novio. Sé mío.

Y entonces Felix sonrió contra sus labios, sintiéndose cálido ante aquel agradable sentimiento que le provocaba Bang Chan.

―De nadie más ―murmuró antes de unir nuevamente sus labios en un beso lleno de anhelo y amor―. Eres el hombre de mis sueños.

꒰ 🎞 ꒱

¡gracias por leer!

mayores › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora