♦️-Capítulo II- Devuelta al purgatorio.♦️

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Narra Melfry:

–¡Melfry, date prisa!.– Escuché el grito de mi insoportable hermano mayor, Beau.

–¡Que te esperes joder!– Grité de vuelta soltando un bufido. Odio que me presionen. Volví mi atención hacia mi reflejo en el espejo que tenía al frente.– No entiendo porque tanta prisa.– Farfullo entre dientes para mi misma.

–¿Hablando sola? hermanita, acabarás dentro de un loquero.– Di un pequeño brinco al escuchar la voz de Beau tras mío.

–¡Joder, beau!.– Toqué mi pecho sintiendo los latidos de mi corazón taladrandome el pecho.–

El gran idiota simplemente rodó los ojos para luego tomar mi bolso y extenderlo hacía mi.

–Camina, mujer,que Andrea te va a matar, sabes lo intensa que suele ser.– Tomé mi bolso entrecerrando los ojos hacia él.

Ambos salimos de mi habitación, yo cerrando la puerta tras mí para luego tomar rumbo escaleras abajo.

–¡Adiós mamá!.– Nos despedimos al unísono, sabiendo que se encontraba en la cocina.

Salimos de casa para encontrarnos con una Andrea muy concentrada en su teléfono sacándose Selfie's, aún no entiendo su obsesión con las cámaras, pero cada quién con sus cosas.

– Andrea Lagrange al auto... ¡Ahora!.– Mencionó Beau mientras pasaba al lado de ella dirigiéndose hasta el auto. Cuando se trataba de puntualidad, el era el primero.

–¿Por qué tiene que ser tan salvaje? ugh.– arrugó la nariz mientras su mirada se posaba en él.

–No lo sé, aun me lo pregunto.– Cruzo mis brazos sobre mi pecho soltando un suspiro posando igualmente los ojos en él.

Él simplemente de encontraba en la acción de abrir el auto y subirse, ignorandonos. Nosotras por nuestra parte, simplemente nos dirigimos hacia el auto procediendo a subirnos. Yo en el co-piloto y Andrea atrás.

En el transcurso hasta la escuela no paraba de estornudar por el cambio radical que dio el clima, de un día soleado a un día de lluvia, oh querida Sarahsota, cada vez me sorprendes más.

Andrea movía el talón de su pie nerviosa a la par que movía los dedos ágilmente sobre la pantalla de su teléfono y masticaba su goma de mascar cada vez más rápido haciendo un sonido molestoso e irritante. Aquello empezaba a irritarme, pero creo que Beau me ganó ya que noto cuando apretó el volante del auto y respiraba hondo, dando a entender que su paciencia ya había sido colmada.

–¡Andrea, si sigues haciendo eso, juro por el Dios que está en el cielo, que paro el auto ahora mismo y te dejaré varada en el mismo medio de la nada! – El grito de Beau, está vez no me hizo exaltar, pero si noté como la vena del cuello estaba apunto de estallar.

Me giré hacia Andrea, notando como quedó estática y la burbuja de goma de mascar que estaba haciendo, explotó tapándole toda la comisura de los labios. Reí. Realmente es una escena graciosa.

Beau suspiró:

–Los jóvenes de hoy en día, son la perdición.– Dijo mi hermano en un tono de decepción, mientras negaba levemente con la cabeza.

–Hablas como si fueras viejo, y solo nos llevas 3 años.– Comenté con tono burlón ladeando mi cuerpo hacia el lado izquierdo, quedando más cerca del asiento del piloto.

–En mis años de juventud, no veía esto.– Mencionó con un tono de falsa indignación. Farsante.–¡Que decepción!.– Exclamó con disgusto. Repito, farsante.

Escuché las "levemente" carcajadas de Andrea inundar el auto.

– Suenas a mi padre cuando me ve gritando al ver la película Magic Mike. – Musitó con su mirada fija en la pantalla de su celular y suspiró.– Oh Chanin Tatun, si no tuvieras esposa.

Solté una leve risa, es una soñadora en vida.

El auto comenzó a perder movimiento, algo que me aviso de que habíamos llegado al Instituto.

–Llegamos.– Mencionó mi hermano mientras apagaba el auto y prosiguió saliendo de este.

Me quite el cinturón de seguridad y salí del auto con Andrea detrás. Ambas al salir del auto, muchas miradas curiosas se posaron sobre nosotras. Gruñí. Aquello suele ser algo molesto.

–Odio esto.– Bufé por lo bajo rodando los ojos, no me gusta llamar la atención.

–Yo igual, pero es nuestro castigo por ser hermosas.– Mencionó Andrea mientras se encogía de hombros para luego girarse y mirar a todas partes en busca de algo, específicamente a alguien, si no me equivoco.

–¿A quién buscas?.– Me cruce de brazos sobre mi pecho, recargando todo mi peso sobre una de mis piernas.

Posé mi mirada en ella, si que se le daba bien la tarea de buscar al Pottrof del medio, no le veo lo interesante.

–Ashton Pottroff...– Musitó lentamente sin mirarme, con la mirada al frente ocupada en su arduo deber.

–¿En serio? ¿Qué tiene él de interesante? Hay más chicos en el mundo mejor que él, agregando, ya sabes la fama de los chicos Pottroff.

Andrea ni se inmutó por mi comentario, simplemente puso su típica cara de ofendida cada vez que menciono algo sobre el segundo Pottroff.

–Es que tú no entiendes. ¡Él es el chico...– Empieza a decir su típico discurso, el cual lo completo.

–Más sexy que he visto en toda mi rosa vida.– Finalizo por ella imitando su voz aguda.– Lo has repetido más de 100 veces en el semestre anterior, ya puedes hasta sacarle un país, junto a una bandera y su lema.– Ruedo los ojos, mi pensar sobre este tema, es el mismo. Patético.

–Exageras.– Dice en un tono bajo observando sus rojos tacones.

Sabe que no miento.

–Claro.– Coloco mis manos en sus hombros empezando a guiarla dentro del edificio.– Ven, vamos para nuestros casilleros.

Ingresé junto Andrea al edificio, yo absorta en mis cosas, hasta que la escucho soltar un pequeño sollozo, yo inmediatamente alzo la vista dirigiéndola justo donde está la de mi morocha amiga. Como lo supuse, en el ya antes mencionado, Ashton  junto a una pelirroja.

Al estar nuestras atenciones en aquellos dos, siento como nos detenemos abruptamente al sentir como chocamos contra algo, mejor dicho, alguien. Victoria Aniston.

–Lo siento.– Me disculpé mientras levantaba mi bolso que se había caído al suelo. Creo que al estar tanto con Andrea me ha afectado.

Victoria, sacudió su vestido rosa mientras enarcaba su perfecta ceja rubia y sonreía burlonamente mostrando su hermosa (y envidiable) hilera de dientes blancos encima de su delicada capa de labial rosa.

–Ahórratelo.– Dio media vuelta y se fue contoneando sus caderas. Como siempre, pocas palabras de su parte.

–La odio.– Musitó Andrea furiosa, mientras su semblante y su mirada cambió hacia la rubia de vestido rosa.- ¿Adivina dónde paso sus vacaciones?

–¿Dónde?.– Pregunté, volviendo a retomar el camino hacia mi casillero.

–París, Francia.– Mencionó la morocha que tengo de amiga, recostandose en mi casillero.

Abrí los ojos como platos, cada vez es un destino diferente y mejor que él anterior.

–Joder, la ventaja de los ricos.– Suspiré negando levemente para luego empujarla suavemente de mi casillero.

Ella es Victoria Aniston; con una mirada te deja helado como un trineo perdido en algún lugar de Alaska, no necesita ser animadora para llamar la atención, con sólo poner un pie decorado con unos hermosos Louis Vutton en esta escuela, toda la atención es dirigida hacia ella. Hija única del alcalde de Sarahsota y respetada por todos y cada unos de los miembros de esta escuela, conocida por no tener amigos y por su característico sentido...de humor y de la moda.

–Jodida perra.– Musitó Andrea para luego abrir su casillero a mi lado.

Bienvenido nuevo año.

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Hi babies:
capitulo actualizado, espero que les guste.

I'm a bad girl.|EN EDICIÓNWhere stories live. Discover now