IX

430 45 0
                                    

–No puedo más, mis piernas están doliendo– el chico de lindos ojos se quejaba en susurros. Ese día, o más bien ahora noche había mucho trabajo por ser el aniversario del restaurante. Había mucha gente y el horario se extendió varias horas, era de esperarse que, aunque no lo demostrarán ante los clientes. Los meseros y trabajadores en general estaban cansados.

–Descansa un poco, yo te cubro está vez.– el chico de cabello oscuro miro a su menor quien de inmediato salió para tomarse un momento, igual podía hacerlo el solo.

–Disculpe.– el castaño miró al cliente que lo llamaba con la mano alzada y se acercó de inmediato a su mesa para atenderlo. –Podrías decirme en qué consiste el ossobuco?.

–Por supuesto señor. El ossobuco es un platillo originario de Milán. Consiste en un estofado de carne ternera sin deshuesar, acompañado por zanahoria y cebolla, además es sazonado con vino blanco y salsa de tomate.– después de aquella demostración del platillo el cliente decidió escoger aquel platillo que sonaba delicioso, además de un poco de Vino Tinto. El joven fue a la cocina para pasar el pedido y espero hasta que esté fue preparado. Tomo el platillo, la botella de vino y fue hasta el cliente para servir con mucho cuidado el platillo y el vino en la copa que había sobre la mesa blanca.

Mientras las horas pasaban el chico junto a su amigo a su lado de nuevo se dedicaban a escuchar el suave sonido del violín en el restaurante que a menudo era silenciado por el piano. Pero a pensar de ser un ambiente exageradamente tranquilo entre paredes blancas, olor a carne, vino, pasta y la musica clásica acompañándolo, su cabeza ya comenzaba a doler un poco. Por suerte el trabajo habia terminado ya.

Minho salió del restaurante con su bolso negro y se despidió de su amigo caminando al lado contrario de este hasta la parada del camión. Una vez ahí miró en aquella parada a la chica del bar riendo y jugando animadamente con un chico que habia visto en el bar anteriormente. Camino a la parada y se quedo parado en una esquina algo lejos de las risas de aquella chica y el chico de grandes mejillas hasta que un camión llegó y el chico subió luego de despedirse. El joven solo pensaba en el sueño que tenia.

–¿Minho? ¿Qué haces aquí tan tarde?– su mirada viajo de su bolso a la chica que estaba ahora a su lado. –Te vez cansado, ¿Mucho trabajo?– el chico asintió simplemente mirándola –¿Trabajaste hasta la madrugada?.

–Hoy es el aniversario del lugar. Había mucho trabajo– el autobús que debía tomar llegó a la parada y al parecer también era el que la chica tomaba. Subieron juntos y se sentaron en la parte trasera.

–Trabajar hasta la madrugada es agotador.– el camino siguió en silencio, y no por que no quisieran hablar, si no por que el de cabellos oscuros había terminado dormido en el camino. Despertó un momento despues por unos segundos aunque no abrio los ojos al sentir como acomodaban su cabeza en la silla para que su cuello no le doliera pero no reaccionó y se volvió a dormir a los segundos.

Despertó después de un largo rato. Miró que un quedaba un poco para llegar a su parada, pero tambien noto que la chica ya no estaba a su lado, pero a su vez había una barra de chocolate amargo y una barra energetica de frutos rojos sobre sus piernas acompañadas de un pequeño post-it que tenia escrito algo.

"Come bien y descansa, el chocolate es bueno para tener energia. Estas barras me ayudan mucho cuando hay mucho trabajo. ¡Tu puedes Minho! :)"

T-TALY || Lee KnowWhere stories live. Discover now