Capítulo 3

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Hitch estaba cruzada de brazos mientras tenía que oír a Annie hablar por su celular.

Había encontrado una forma para arrastrarla hacia un centro comercial, ansiando poder hacer algo que la fastidie un poco porque ese era el tipo de amistad que tenían.

Entonces, ahí estaba ella, hablando en ruso de forma tan extraña que no podría decir ni con qué emoción decía cada oración, si estaba enojada, emocionada o alterada no lo sabría, todo sonaba igual, en el mismo tono absolutamente incomprensible. 

O chem ty govorish'? —Annie habla—. To yest', ya ne khochu. —se queja abiertamente, antes de que su padre le responda—. Papa, ya v poryadke. U menya ochen' khoroshiy sredniy pokazatel', mne nravitsya strana, u menya zdes' ne bylo problem, s yazykom, s lyud'mi, vse khorosho —explica, esperando que este dejara el tema, por supuesto no lo hizo—. Uroki ochen' trudnyye, no ya khotel ispytat' vyzov, ya mnogomu uchus', i v etom sut' —es interrumpida por la respuesta de este

»Net, u menya net vremeni zanimat'sya drugimi delami, derzhu v forme, no... —incluso Hitch podía comenzar a intuir el tono fastidiado de Annie al oírla así ahora, sumado a la expresión en su rostro no era difícil de notar—. YA ne mogu zdes' zanimat'sya boyevymi iskusstvami! YA ne mogu i ne khochu, ya dumala, my s etim pokonchili! —oh, ahí estaba, enojada. Sería divertido si siquiera pudiese entender algo de lo que decía

»Ne ochen' khorosho... —baja el tono y frota su sien, casi rendida—. YA znayu, chto vy eto govorite ne dlya etogo, izvinite... YA ne zlyus', mne prosto nuzhno idti, ya pozvonyu tebe noch'yu. —y una última pausa, donde la otra chica asume la persona se despide por lo que la rubia hace a continuación—. Do svidaniya, ya lyublyu tebya —pronuncia, antes de dejar su celular al fin.

Hitch se acerca, frunciendo los labios.

—¿Ya? —se inclina hacia ella.

—Disculpa, era mi papá.

—Ajá, entiendo —pone los ojos en blanco—. Me quitas mucho tiempo.

—Tú quisiste venir —dice, seriamente.

Je bent zo vervelend en saai, niets is genoeg om terug te deinzen. Wees een beetje vermakelijker, alstublieft —dice, para sí misma, aunque con un poco de intención de molestar a Annie hablando una lengua que esta no entendía desde que ella se lo hacía siempre.

—No hablo tu idioma, holandesa —obvía.

—Yo soy neerlandesa —se cruza de brazos, ofendida—. Uff, ya vamos, no sé ni para qué salgo contigo.

Comienza a caminar y Annie la sigue, ni siquiera sabía qué clase de cosas quería hacer la Dreyse pero tampoco le importaba tanto.

Le llegó un mensaje de Pieck mientras caminaban así que se ocupó de responderlo, algo sobre su tarea, siendo que ambas estudiaban medicina aunque tomarían diferentes especialidades.

Cuando la rubia alza su vista, ya habían entrado en un local, siendo que la había estado siguiendo por su vista periférica sin estar prestando atención realmente.

—¿Qué hacemos en un sex shop? —pregunta, incrédula.

—¿Pues qué crees? —dice, obvia—. ¿Nunca has estado en uno? No me sorprende. ¿Tú y Armin no tienen algo de diversión? No, espera, ya me vienen los recuerdos de cuando estabas borracha hablando de él y...

—Cállate —pone su mano frente a ella.

—Bueno, uno pensaría que eres dominante, incluso aunque tomes la iniciativa a veces y lo montes, pero eres tan suave y sumisa con él, es tu debilidad, ¿no es así?, te gusta tenerlo sobre ti. Es bueno saber tus gustos para todo esto.

Cinco Secretos | Aruani - JeanmarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora