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Aizawa como tu salvación en plena vida universitaria.

- ¿Sí? - contestó una voz ronca del otro lado de la linea.

-Sho. ¿Estás ocupado?
Al escuchar tu voz tenue y apenas entendible de inmediato dejó lo que estaba haciendo en su escritorio y se acomodó en la silla, ganándose la mirada curiosa de sus compañeros.

-Estoy terminando el papeleo de la semana, bueno, lo que puedo. - acotó mirando por encima los montones de papeles acumulados. Mic negó con la cabeza pasando de largo con una taza de café.

-Oh, está haciendo frío - ella se abrazó a si misma - ten cuidado al salir.

- Sí, hay mucho viento afuera, probablemente se avecina una tormenta.

-¿Tienes paraguas?

-No te preocupes por mi, ¿estás en tu casa? ¿Necesitas algo? 

-Sí... verás, solo si puedes, ¿podrías venir hasta acá? - no quería ser una molestia para su novio, pero no podía soportar tantas semanas sin tener noticias de él, pues era época de certámenes, asimismo el pelinegro estaba más ocupado que nunca con labores de la academia tanto como combatiendo el crimen en las noches, pasando de largo en más de una ocasión. Shouta masajeo sus ojos analizando la situación, mientras dos de sus colegas que se encontraban junto a él le miraban con tristeza, pues eran de los pocos que conocían la doble vida del héroe, además del poco mérito que recibe por sus hazañas a petición suya, cosa que no comprenden algunos.
-Está bien si no puedes, -murmuró ella- no quiero presionarte, sé que es algo que conversamos antes de comenzar a salir, Sho, pero esto está tornándose difícil.

-De acuerdo, dame dos horas y estaré por allá. - ______ sonrió con algo de lástima desde donde se encontraba. No tenía palabras para su novio, que a pesar de su ocupada vida, estaba haciendo el intento por ir a verla. Aún así reconoció que lo justo sería que no se conforme con tan poco, así que estuvo bien con ello por ese momento.

Una vez colgaron la llamada, algo confusa y llena de dudas, Aizawa volvió a recargarse sobre la silla dejando escapar un suspiro. Sus ojos permanecían ligeramente enrojecidos por la sobre exposición a la pantalla del computador, añadiendo el uso de su quirk para las prácticas de sus alumnos.
-Sho, si quieres puedes marcharte - sugirió su explosivo mejor amigo, que está vez sonaba más comprensivo y serio, algo raro para ser él. - Nosotros nos encargaremos del resto, en serio amigo, you know, has trabajado muy duro últimamente, pero también eres humano. También tienes vida. - El héroe profesional conocido por eliminar quirks, le miraba de reojo, poniendo atención a cada palabra, no era la primera vez que tenían una conversación sobre el tema, pues desde que eran alumnos de la UA, el rubio solía recordarle que tenía que vivir la vida, en otras palabras. Tal vez debería dejarse ayudar después de todo, no es primera vez que sus amigos se ofrecen a darle una mano, y por la mirada complice del rubio, Shouta apostaba a que lo decía también por tu relación con él, pues sabía que él te amaba, y que le viene bien tener a alguien que cuide y guste de su amigo también. El que Mic quisiera proteger su relación le parecía enternecedor.

El café estaba listo, te encaminabas a prepararte un ramen instantáneo cuando de pronto la puerta se abrió y cerró en un soplido, dejando ver  una silueta familiar y empapada por la lluvia que había comenzado a bañar la ciudad. - no puede ser. - atinaste a decir.

-¿Otra vez comiendo basura? - tu chico ladeó una sonrisa mientras caminaba hacia ti.

-¡n-no espera! No te muevas Shouta ¡estás mojando todo! - le protestaste caminando hacia el cuarto para buscar una toalla, él se quedó inmóvil en el lugar y parpadeó un par de veces. Cuando llegaste hasta donde él, rodeaste sus hombros con la toalla, acomodando sus mechones de pelo hacia atrás. Él solo cerraba sus ojos ante tu tacto mientras tú, con la misma toalla, secabas su cabello y dabas toquecitos en su rostro para quitar la humedad. - ¿Qué es esto? ¿No has estado durmiendo bien Sho? - mencionaste después de apreciar sus ojeras en un estado más notorio que de costumbre.

-No es como si tuvieras mucho que decir en tu defensa. - agregó el señalando el ramen instantáneo en la encimera. 

-Eso lo como muy de vez en cuando para que sepas, los otros días almuerzo el menú de mi universidad.

-Como sea. - ambos se sumieron en un silencio después de ese breve intercambio de palabras, no sabías cómo tocar el tema, como decirle cuánto lo has echado de menos, lo mucho que valorabas su presencia. Tus ojos se humedecieron de solo pensar las cosas, momento en que el pelinegro te observó detenidamente sin decir una sola palabra. Sollozaste y dejaste de lado la actividad de secar a tu mojado novio que se había aparecido de pronto en tu casa cual gato negro que llegaba de la calle entumecido.

Shouta no sabía cómo decirlo, pero en ese instante se sentía tan deseoso de tenerte, el más puro hecho de verte frente a él, tan vulnerable, le producían ganas de abrazarte y protegerte de todo mal, incluso si significaba protegerte de él mismo.
Dio unos pasos hacía ti, guiándote hasta la pared más cercana donde te sostuvo contra su tibio cuerpo, acariciando una de tus mejillas y rozando tu nariz con la suya, dejabas escapar pequeños suspiros producto del llanto. Pusiste tus manos en su pecho, y le miraste fijamente en cuanto sentiste su temperatura ir en aumento, pensaste que estaría muriendo de frío con su ropa mojada, pero estaba muy caliente, pasando su mano por tu cintura bajo tu blusa. Se inclinó hacia ti, recargando la frente sobre tu hombro, dejándose embriagar por tu olor, algo que había echado de menos y no se había dado cuenta hasta ahora. Apretó su cuerpo contra el tuyo y dejaste salir un pequeño gemido al instante. -______, mi chica.. - susurró. Casi sentías como te derretías entre sus brazos, tu única reacción fue cerrar los ojos y pasar tus manos por su ancha espalda, refugiándote en sus brazos y caricias.

-¿Quieres que te prepare un baño caliente? - seguías dejando caricias por su espalda. El negó con la cabeza. - podemos tomarlo juntos. - él seguía resistiéndose. - no quiero que te resfríes... - jadeaste. - puedo... puedo preparar una sopa, o tal vez...

-Joder no, - suspiró con desesperación- no quiero un baño o una sopa, estoy lo suficientemente caliente como para..

Entendiste al instante, y le regalaste una sonrisa mientras bajabas tus manos hacia la hebilla de su pantalón, desabrochándolo sin quitar tus ojos de los suyos. Pero él fue más rápido y quitó tus manos del lugar, tomándote por sorpresa. Te sujetó por la nuca, moldeándote a su gusto para besarte, sintiendo toda su pasión y ferocidad en el acto, él ladeó su cabeza e introdujo la lengua cuando vio la oportunidad y abriste más tu boca para su acceso.

Sus besos se regaron por tu cuello y clavícula, su mano pasaba por debajo de tu blusa y acariciaba tu suave y cálida piel mientras tú te deshacías en jadeos y suspiros.

Solo bastaron cinco minutos para tenerte sentada sobre el mueble de la cocina mientras su boca se sumergía en los recónditos lugares de tu sexo, acariciando tu muslo con precisión. 
-Sh-Shouta... - escuchar tu nombre salir de tus labios con esa voz aguda le hizo soltar un gruñido, sintiendo como cada vez su pantalón apretaba más y más. Tomó una de tus piernas y la pasó sobre su hombro. Arqueabas la espalda mientras buscabas de dónde sujetarte, llevando una de tus manos en un impulso desesperado hacia la cabellera negra y húmeda que se encontraba entre tus piernas.
Ascendió una de sus heladas manos por tu panza, pasándola bajo tu camisa hasta sujetar uno de tus senos, removiendo y pellizcando el pezon endurecido entre sus dos dedos. En cualquier momento perderías la razón, perderías el control, intentando reprimir los sonidos que dejabas salir, quejumbrosos y agudos.
-Estás tan húmeda, me recibes tan bien siempre, gatita. - gimió con voz ronca.

-P-para... Sho...

-No parece que quieras parar. - te observó desde abajo, con una mirada cubierta de deseo.

-joder. Espera.. ah! - había introducido dos de sus dedos en tu estrecha y esponjosa cavidad, húmeda y perceptiva. Comenzando a dar repetidas embestidas en tu botón, te erguiste con brusquedad y soltaste un grito. Por un momento tuviste la idea de ver entre tus piernas, encontrándote con una vista prometedora de tu novio devorándote el coño con la mitad de su rostro mojado por la esencia que derramaban tus pliegues, pero la otra mano libre afirmaba su pronunciada erección que sobresalía de su ropa interior, con los pantalones desabrochados.  Una imagen que te habría llevado al orgasmo de tan solo contemplarla.

Le obligaste entre jadeos y tirones que se apartara, para cuando lo tuviste de frente una vez más le pediste que te llevara al cuarto.

Aizawa Type Of Boyfriend & One ShotsWhere stories live. Discover now