Capítulo 22: Juntos

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- “¿Qué hice?”-.

Kageyama se lo preguntaba una y otra vez, aún así, no podía llegar a una conclusión.

- “¿Qué hice?”-.

Hinata simplemente lo ignoraba como si nada. Había llegado de sorpresa el día de hoy y ni siquiera le pudo dirigir la palabra.

El azabache estaba practicando colocaciones con sus compañeros, pero era como si no estuviera ahí, sino perdido profundamente en sus pensamientos.

- “¿Se habrá enojado conmigo y por eso me ignora? Pero…si no le hice nada. Arreglamos todo la última vez”-.

Frunció su ceño mientras elevaba el balón para que fuera rematado por Asahi. La fuerza que aplicaba era algo indecisa y frustrada, pero conseguía hacerlo de la manera correcta.

- “¿Se enojó porque solo fui a visitarlo esa vez nada mas?” - suspiró - "No podía hacerlo. De solo pensar en confesarme cuando lo volviera a ver, sentía que iba a estallar”-.

De repente, abrió ampliamente sus ojos y elevó una vez más el balón. Ni siquiera parecía estar consciente de lo que hacía, sus movimientos eran automáticos.

- “Y si…fue porque le dije que me gustaba y le dio, ¿asco?”-.

Sintió como un nudo en la garganta apareció, estancando todos los nervios allí.

Pudo darse cuenta de una mirada clavada en él demasiado notoria. Decidió mirar de reojo hacia a su costado y pudo ver al peli naranja juntando la botellas, a la vez que lo miraba fijamente a él.

Al saber quien era, no pudo evitar ruborizarse de manera involuntaria.

Cuando ambas miradas se encontraron, el pequeño volvió a darle la misma respuesta de antes. Una mirada nerviosa y llena de miedo, que fue apartada rápidamente, terminó de juntar las botellas y huyó de ahí nuevamente.

El más alto persiguió los movimientos de este con sus ojos, mostrando preocupación en su rostro.

- “¿Por qué me evita?”-.

- ¡Kageyamaa!, ¡Cuidado!-.

El fuerte grito de Tanaka lo hizo sobresaltarse, haciendo que volviera estar consciente de donde estaba parado. Pero ya era demasiado tarde.

Cuando volvió la vista al frente, pudo ver como un balón venía directamente hacia él, golpeándole el rostro y provocando que tropezara con sus pies para luego terminar en el suelo.

Algunos de sus compañeros se acercaron junto a los profesores para poder ayudar al azabache.

- ¡Kageyama!, ¿¡Estás bien!?- preguntó Tanaka.

- ¿¡K-Kage…yama!?- balbuceaba Asahi nervioso.

El nombrado no dio una respuesta, solo silencio puro.

- Lo mataste - declaró el libero.

- ¡No digas eso!- respondió enojado.

El más alto empezó a entre abrir sus ojos e intentó sentarse lentamente.

- ¡Ah no, resucitó!- habló contento Nishinoya.

Aʏᴜ́ᴅᴀᴍᴇ... | KᴀɢᴇʜɪɴᴀWo Geschichten leben. Entdecke jetzt