𝗣𝗘𝗥𝗙𝗨𝗠𝗘 » 𝘉𝘕𝘏𝘈
Cuando Kaori dio un paso al frente, la brillante fragancia mantuvo la forma de su cuerpo, como una sombra de sí misma. Las mariposas que revoloteban a su alrededor se acercaron al perfume, atraídas por el dulce aroma que em...
"Me encanta el olor de la gasolina, enciendo la cerilla para probar el calor. Siempre me ha gustado jugar con fuego."
00.- ADICTOS.
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La espesa humedad que habían dejado las recientes lluvias solo había conseguido levantar más calor y dejar un pesado ambiente aquella soleada tarde, obligando a Kaori a sacar todo su armario de verano. Incluso con el ligero conjunto que había elegido ese día y estando a la sombra de la terraza de una heladería, disfrutando un gélido granizado de café, sentía un agobiante calor que la desesperaba.
Kaori odiaba con todas sus fuerzas ese tipo de días, sobretodo si tenía trabajo que hacer. Solo de pensar que ahora mismo podría estar en el sofá de su apartamento con el aire acondicionado al máximo viendo alguna película en Netflix le hacía querer jubilarse. Desgraciadamente eso no era posible, menos aún teniendo en cuenta lo importante que era para su cartera el cliente que debía atender hoy.
— Puntual como siempre por lo que veo —la amable voz del chico era inconfundible para Kaori, quien inmediatamente sonrió al escucharlo girando sobre si misma como la niña del exorcista.
— Sí, no como otros al parecer —insinuó ella sin ningún tipo de miedo hacia el miembro de la Yakuza.
— Podríamos evitarnos este tipo de inconvenientes si vinieras directamente a la guarida y no tuviera que pasar a buscarte —se quejó el hombre de cabellos blancos devolviéndole la sonrisa a la chica.
— ¿Y perderme tus increíbles habilidades para la conducción? Claro que no.
— ¿Debería tomarme eso como un cumplido? —evidentemente no, Kaori se estaba burlando de la extrema prudencia con la que solía circular. La mujer no respondió, simplemente le dedicó una de sus características sonrisas mientras recogía su bolso y su bebida helada.
— No finjas que no disfrutas de mi presencia, Hari —habló ella con cierta altanería, esperando a que el hombre de cabellos platinados le abriera la puerta del Jeep negro en el que había venido.
— ¿A caso yo he dicho que no lo haga? —respondió de igual manera, abriendo la puerta del copiloto para seguir con el juego que habían desarrollado sin querer.
Una vez la chica estuvo dentro del coche Kurono se permitió el lujo de examinarla por completo. Kaori era una mujer joven y atractiva que llamaba la atención sin intentarlo, y la traslucida camisa de estampado floreado que llevaba dejando a la vista, de manera intencional seguramente, su sujetador negro no ayudaba a pasar desapercibida.
