Capítulo 7.

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—Sí, es que.. —no podía mentirle a él, suspiró bajando la mirada y agachando sus orejitas—. Silver, tengo que decirte algo importante..

—¿Qué sucede? ¿Te pasó algo? —preguntó el de púas extravagantes al ver la actitud de su hermanito. 

—Y-yo.. —murmuró sin mirar al mayor, temía su reacción. Dió una gran inhalación y decidió soltarlo—. He estado viendo a alguien del pueblo..

La expresión preocupada de Silver cambió a una de sorpresa y después una ligeramente molesta.

—Es por eso que sales todos los días, ¿No? —preguntó el albino y el menor asintió— Sonic, ¿Qué es lo que te he dicho de ir al pueblo, eh?

—No he entrado al pueblo, sólo conocí a alguien.. —musitó el cían.

—¿Cuándo?

—Hace algunos meses.. 

—Quiero que.. 

—Por favor Silver.. —interrumpió al mayor atreviéndose a alzar la mirada para verlo— Sé que desde hace tiempo no te agrada el pueblo, pero.. Él es lo más cercano a un amigo que he tenido en años, no me hagas tener que alejarme.

El oji-miel suspiró mirando las súplicas del menor. De cierta manera, tenía razón.

Había sido poco más de un siglo en que sólo eran ellos dos y los vástagos que los habían seguido.

—Bien pero, no te confíes tanto de él Sonic. Sabes de lo que son capaces esas gentes.

 El oji-esmeralda sonrió y abrazó a su hermano, no pudiendo impedir menear su colita.

—Una última cosa.. —habló mientras el mayor lo estrujaba en sus brazos.

—¿Qué?

—Él, ahm.. Supongamos que le conté sobre lo de la casa y él me dijo que conocía a alguien y ahora está aquí afuera, supongamos, ¿Qué harías en esa situación?

—Sonic —el albino lo miró serio, provocando una risilla nerviosa del cobalto— ¿Qué voy a hacer contigo?

—Nada, ni modo que me vendas. 

Silver negó. 

—Anda, que tengo que conocer a mi cuñado —soltó divertido el oji-miel, haciendo sonrojar hasta las orejas al menor.

—¡S-Silver! 

Sonic negó tratando de eliminar el ardor en sus mejillas y abriendo nuevamente la puerta, encontrándose con el de pelaje ónix.

—Ya puedes pasar —musitó el azulado mientras se hacía a un lado para dejarlo entrar.

El bicolor obedeció y entró a la habitación de la que el contrario había salido.

Se topó con la mirada miel de un erizo albino, el cual lo miró con algo de curiosidad.

El cerúleo no tardó en colocarse a un lado de ambos después de cerrar la puerta.

—Ehm, bueno, Silver, él es Shadow, Shadow él es Silver, yo soy tu hermano y tú ya me conoces —habló algo rápido dirigiéndose primero al albino y después al vetado. 

 —Sonic —reprendió ligeramente el plateado por la forma de hablar del menor.

"Así que Sonic, ¿Eh?" pensó el azabache.

—Es un gusto conocer al hermano de Sonic —mencionó el oji-rubí, remarcando ligeramente el nombre del cían para molestarle. 

El menor infló las mejillas con un sonrojo visible en ellas y miró a otro lado que no fuera el azabache.

—El gusto es mío. Shadow, ¿Cierto? —preguntó el albino mientras estrechaba la mano que el ónix le tendía.

 —Es correcto. Así que necesitan reparaciones, ¿No? —inició con la plática el ónix después de soltar al albino, recibiendo un asentimiento por parte de éste— Tengo un conocido que podría ayudarle con eso, se le da bastante bien.

—Oh, ¿Enserio? ¿Crees que le molestaría venir?

—No, no, para nada. De hecho le encantaría, siempre ha querido ver y arreglar una casa antigua. No quedan muchas en el pueblo.

—Claro, las construcciones avanzan con el tiempo..

El bicolor asintió lentamente con la cabeza.

—Sé que no es de mi incumbencia, pero si arreglan la casa, ¿No necesitarían dónde quedarse? —preguntó el vetado.

Silver estuvo a punto de negar, pero fue interrumpido rápidamente por el oji-esmeralda.

—¡Sí! Quiero decir.. Sí que necesitaríamos un lugar para quedarnos —sonrió algo nervioso ante la mirada del albino.

—Podrían quedarse con mi grupo y conmigo, tenemos espacio de sobra —aseguró el oji-rubí.

Sonic dirigió su mirada esmeralda al de púas extravagantes y suplicó con la mirada. El albino suspiró.

—Supongo que está bien.. —accedió ante la petición del menor.

—Bueno, ahora que ya platicaron y se conocieron y eso, creo que ya es hora de que nos vayamos.. —habló el cobalto tomando de la muñeca al azabache para darse la vuelta y salir de ahí antes de que su hermano dijera algo de más.

—Hasta luego Shadow, gracias por la ayuda —sonrió el oji-miel ante la apurada actitud de su hermano.

—Claro, cuando necesiten algo sólo avisenme, nos vemos —se despidió el azabache siendo ligeramente jalado por el azulado.

Una vez salieron de la oficina y la casa, notó como el menor daba un gran suspiro aliviado.

—Así que.. Tu nombre es Sonic —sonrió con algo de burla el ónix mientras lo miraba y el menor se sonrojaba.

—Tsk.. Ya lo sabes, ¿Ahora qué harás?

—Tal vez molestarte un poco, pero oye, noté que en tu casa alumbran todo con velas, ¿Por qué? —preguntó el bicolor.

—Ahm, es que, ya sabes la casa es vieja y no tenemos focos —respondió cerúleo al ya haberse familiarizado un poco con los términos "modernos" que el mayor usaba.

—Ya veo, ¿Algo más que deba saber? 

Sonic sintió aquello como una pequeña indirecta, pero no podía asegurar nada.

Mordió ligeramente su labio, pensando.

Y finalmente, se decidió.

—No, nada.

Sin pensarlo, el vetado tomó la mano del menor para comenzar a caminar con él.

Durante esos meses que habían pasado juntos, seis para ser exactos, entre ambos había surgido una extraña confianza que les permitía tener ese tipo de acciones.

Claro que, aunque los dos lo negarán, había un pequeño cosquilleo cada que estaban con el otro, y en específico, con ese tipo de movimientos además de un ardor en sus mejillas.

Tal vez, uno se negaba más que el otro. Se negaba a aceptar que, tal vez y solo tal vez, sentía algo por ese erizo.

Se torturaba de más pensando en mil y un posibilidades de que podría pasar cuando el azabache se enterara de la verdad.

Reforzó el agarre que el mayor tenía en su mano, sintiendo cierta confortabilidad ante sus tacto.

Tal vez se atreviera a decirle..

˜"*°• 𝓢ó𝓵𝓸 𝓾𝓷𝓪 𝓶𝓸𝓻𝓭𝓲𝓭𝓪.. 𝓐𝓤 •°*"˜ //Shadonic\\Donde viven las historias. Descúbrelo ahora