Beloved Nene ❀ 『 AmaNene 』

▒⃟҉♡ˎˊ- ━━ 07: War of Hearts

Amada Nene:

Se que estás intentando darnos espacio entre los dos debido a los problemas que han pasado estos tres meses, pero por más distancia que intentes poner, sabes que quien se hace más daño eres tú por estarme evadiendo cada mirada, cada gesto y cada sonrisa que intento regalarte.

Comprendo que ahora tengas miedo de mi propio hermano debido a todo esos comentarios de mal gusto que está diciendo de los dos, pero mientras estemos juntos, nada malo nos va a suceder.

Tu y yo somos invencibles, ¿recuerdas?.

Estaré para ti cuando no haya nadie más; seré tu luz cuando estés en la oscuridad. Seré la guía que necesitas cuando estés por caer. Además, se que eres para mí, como yo soy para ti.

Así que, mi vida. Mi estrella, mi sol. Mi amada rosa, mi amada camelia. Deja de poner barreras.

Saldremos de esta, con heridas, con fisuras, con las manos hechas polvo o molidos hasta los huesos, pero saldremos adelante sea como sea.

Ten fe, ¿si?. Tu y yo podemos hacerlo.

Con amor y mucha esperanza,
Yugi Amane.

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Después de lo sucedido ese día en la escuela, el resto de la misma fue un martirio para nuestro protagonista, ya que al llegar a casa, lo primero que hizo fue casi tirarse a golpes con su progenitora, quien se le veía muy sonriente mientras hablaba con su ex esposo. Y de no ser por este último, aquella señora habría sufrido lo mismo que el peli azabache cuando era más pequeño.

Porque, por más que intentara ocultarlo, odiaba tenerla allí. La detestaba.

Porque por ella, tanto él como Tsubaki tuvieron que pasar por situaciones muy problemáticas y delicadas, ya que está nunca detenía los abusos del hijo del medio entre los trillizos por ser el favorito de la misma.

Pero aún si su odio fuera exorbitante, trato de entender el porqué de que ella y su estúpido hijo habían llegado allí a colmar la paz que se había creado con el tiempo. Aunque no encontró ninguna razón para cambiar de complexión facial. Un gruñido se le escapó de los labios cuando vio como Tsukasa salía del auto que esa mañana había decidido ignorar y se acercaba a su progenitora, dejando en claro que viviría cercas de la zona junto a él y que este asistiría a la misma escuela que sus hermanos para que así tratará de recuperar los lazos perdidos que se fueron perdiendo con el tiempo.

Hanako se rió sin gracia y perdió los estribos debido a la forma cínica y silenciosa de su madre de decir que quería regresar a casa sólo porque necesitaba algo de ellos y del apellido que ya no tenía debido al divorcio hacía años, por lo que prácticamente le gritó a esta que se fuera al infierno por lo puta y asquerosa persona que era y que tomara sus malditas maletas para irse por donde vino junto con su estúpido engendro del diablo.

Hubo un par de intercambio de palabras, pero eso detuvo al adolescente. Y al cabo de minutos, Amane solo tomo su bicicleta del suelo y se fue del lugar pedaleando lo más rápido que podía para perder de vista al abusador de su hermano, ignorando los llamados de su padre o los de su progenitora estúpida para que se disculpara ante el comportamiento hecho.

Debido a todo lo ocurrido, esa misma noche se alojó en casa de Akane, quien prefirió no preguntar por su estado al verlo tan demacrado de ira y solo lo dejo desahogarse con un saco de boxeo que tenía tiempo sin usar.

Tenía claro que al día siguiente faltaría a clase y esperaba que su único amigo cercano le ayudará a no difundir su mal estado.

Tres meses han pasado ya desde aquel, y así como Amane lo odio, lo seguiría odiando por todo lo que le restaba de vida.

Debido a la instalación de su madre y su hermano no muy lejos de su vivienda, las cosas fueron para mal cuando esté empezó a asistir a la misma escuela que él, pues apenas en el primer día ya había ido a esparcir los rumores sobre sus otros dos hermanos, atrayendo la atención de muchos. Al principio no le había tomado importancia, después de todo, no era la forma cosa todo lo relacionado con él. Pero ya que ellos rumores empezaron a tomar una forma de ataque hacia los amigos de Hanako y Tsubaki, fue cuando estos empezaron a también rumorear cosas privadas de aquel sádico.

El problema de esto, es que Yashiro decidió no intervenir en todo lo relacionado a eso, porque, como los rumores decían, eso solo causaba que Amane se comportara como un niño mimado, y ella no quería causar esas impresiones. Por lo que decidió alejarse. Decidió dar un tiempo a lo que tenían ella y su amado Hanako.

Debido a esto, el Yugi se sintió raro al no ver su insistencia en que parara con lo que hacía. Pensó al principio que su querida daikon ya estaba algo cansada de intervenir unas pocas veces para que se calmara, pero al verla alejarse, al verla como lo evitaba, fue donde entendió que algo cambio en su relación. Se sentía incompleto de alguna manera, pero no la forzaria. Solo esperaba que no fuera a abandonarlo. Por lo que, ese día por la tarde, antes de que ella se retirará por esa puerta y se fuera en dirección contraria a la suya, sin previo aviso le tomo la mano, deteniendo su andar.

La oji rubí no menciono nada al principio, pues no necesitaba palabras para hablar con él casi tod el tiempo. Se entendían sin requerir mover la boca.

— Vamos, te llevaré a casa.— le dijo mientras tiraba de ella, esperando que entendiera el mensaje que se subiera a la bicicleta.

— ¿Estás seguro?, puedo ir sola.— se mordió el labio esperando no sonar nerviosa o con algo de miedo.

— Quiero llevarte, anda.

Sin decir más, Yashiro solo volteó hacia él, encontrando en su mirada un brillo de súplica.

Quería que compartieran un momento a solas para hablar de lo sucedido en esos meses.