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Todo había cambiado. Pero tal vez no de la mejor manera que hubiesen querido.

Esa tarde donde correspondieron sus sentimientos había sido como un sueño hecho realidad. Se sentían muy felices, aunque algo los inquietaba.

¿Ahora estaban saliendo?

Kageyama se sentía un idiota. Por culpa de toda la emoción y los nervios de ese día, se olvidó completamente de hacerle esa pregunta tan importante. Cuando había vuelto a su casa y se había dado cuenta de esta situación, se maldijo a si mismo de todas las maneras posibles, a la vez que se deba golpes mentales.

Hinata al darse cuenta, se sintió decepcionado. Al fin había pasado lo que tanto anhelaba, pero, algo le faltaba. Tampoco podía echarle la culpa al azabache ya que no era su obligación. Él se lo podría haber propuesto, pero el miedo no se lo permitía.

Ahora se encontraban en las prácticas. No estaban distanciados como cuando estaban peleados, pero al tener que practicar sus ataques, se podía sentir esa tensión en el ambiente al estar juntos.

Se regalaban miradas perdidas y sonrojos que no podían evitar.

Su situación estaba rara.

No estaban en un punto ni en el otro, sino en ese línea intermedia, en la que no sabían qué hacer.

- ¡Bien, terminamos por hoy, buen trabajo!- anunció Ukai.

Todos ordenaron sus pertenencias y emprendieron camino hacia sus hogares. El más alto caminaba con las manos en los bolsillos y la cabeza gacha, hasta que decidió levantar la vista para poder ver al peli naranja hablando con el libero. Tan enérgicos como siempre.

Al escuchar esa hermosa risa, que ahora se había vuelto en su música favorita, el sonrojo no tardó en llegar.

- ¡Kageyama!- lo llamó Suga mientras se acercaba a este, pero no recibió respuesta.

- ¿Kageyama?- movió un poco sus manos, pero no le prestaba atención.

Decidió ver hacia donde dirigía la mirada al azabache y al notar que estaba observando al pequeño, automáticamente apareció picardía en su expresión.

- Ya veo…- susurró en tono burlón.

En un abrir y cerrar de ojos, el peli gris le dio a su amigo un golpe en el estómago, no muy fuerte, pero sí lo suficiente para que le prestara atención. Y lo consiguió.

- ¿¡Suga-sempai!?- dijo sorprendido a la vez que cubría su estómago con ambos brazos.

- Al fin despertaste. Te estoy hablando y es como si estuviera conversando con una pared -.

- Ah, perdón - volvió a su posición anterior y siguieron caminando.

- Estabas perdido es tus pensamientos -.

Se acercó un poco al rostro del más alto para poder observarlo mejor.

- Dejame adivinar…- habló para luego volver a su expresión con picardía - Estabas pensando en alguien que empieza con Hinata y termina en Shoyo -.

Kageyama se sorprendió, volviendo a sonrojarse y desvió la mirada rápidamente.

- ¿S-soy…tan obvio?- susurró avergonzado.

Aʏᴜ́ᴅᴀᴍᴇ... | KᴀɢᴇʜɪɴᴀWhere stories live. Discover now