Cap.1 - Qué rayos me pasa?

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Tenía sangre en su frente pero eso no era lo que le importaba, Kreese era un peligro para todos y lo que acababa de ver era la prueba de ello, llegó al dojo buscando respuestas del ataque a su casa pero encontró a Robby en el suelo y a Johnny siendo ahorcado por el mayor, provocando que su enojo incrementara aún más.

Lo había golpeado para que dejara al rubio en paz y después abandonó todo lo que él creía del karate dejando a un lado la defensa y atacando a Kreese con todo lo que tenía. Por un momento dudaba si hacer lo que Chozen le había enseñado, hasta que vio a Johnny asentir con la cabeza.

Su hija lo interrumpió cuando iba a acabar con el cobra, no podía creer lo que estaba a punto de hacer "que rayos haría después de matarlo? Tendría que correr y ser fugitivo el resto de mi vida" pensaba alejándose del mayor, todo había pasado tan rápido y no era fácil procesarlo, sentía que apenas había llegado al dojo pero ya tenía rato ahí "Qué rayos me pasa?".

"No lo haremos" escuchaba una voz de fondo responder cuando Kreese preguntaba que era lo que pasaría si perdían en el siguiente torneo, volteó a ver al rubio perdiéndose en observar cada detalle de su cabello dorado, no podía hablar ni moverse con naturalidad, algo en esa noche lo perturbaba y aunque pensara en eso no podía encontrar la razón.

- Estas bien? - decía Johnny mirándolo mientras caminaban atrás de Sam y Miguel - LaRusso?

- Eh? - Daniel seguía perdido en sus propios pensamientos y apenas caminaba por inercia - Yo? Si estoy bien.

- Claro - decía el rubio mientras miraba la sangre en la camisa blanca del pelinegro bajando hasta mirar sus piernas - Te duele, cierto?

Johnny no era tonto y se daba cuenta que Daniel caminaba diferente para no recargar bien su pierna izquierda, después de la pelea era inevitable salir herido o adolorido.

- Un poco - decía Daniel sintiendo como su cara se ponía un poco roja, era raro ver al rubio así de interesado y mucho más raro en él - y tu... estás bien Johnny?

-Si.

El silencio incomodo ahora los rodeaba, se podía escuchar hablar a Sam con Miguel adelante pero no lo suficientemente alto para entenderles, los chicos caminaban más rápido que ellos en dirección al departamento del moreno.

- Ahora que recuerdo, debes devolver la camioneta al concesionario - decía Daniel mirando de forma molesta al rubio.

- Después de repararla - decía el rubio cerrando sus ojos recordando el golpe que le había dado.

- Johnny que le hiciste?

- Le di un pequeño raspón cuando llegue con Kreese.

- Pequeño...claro - decía dudando del rubio - solo llévala y me encargaré de arreglarla ahí.

- Puedes conducir a tu casa? - preguntaba Johnny cambiando de tema y deteniéndose en el inicio del estacionamiento.

- No pero Sam puede conducir, planeabas llevarme a mi casa por salvarte el trasero?

- Si te afectó la pelea LaRusso, mejor ve a descansar - respondía el rubio con esa actitud molesta que lo caracterizaba.

- De nada! - decía Daniel molesto viendo como el rubio se iba alejando hasta entrar a su departamento.

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Los días habían pasado y Daniel se había enfocado más al negocio de autos que al karate, dejaba todo a cargo de Sam y Dimitri, ellos querían hablar con él para ver lo de una posible unión de dojos pero el pelinegro siempre les daba excusas para evitar el tema.

- Papá cuando volverás al dojo? No es que no me guste dirigir a los chicos pero...

- Sam, tu padre tiene algunos pendientes en la concesionaria no creo que se demore mucho - respondía Amanda viendo como Daniel ignoraba a su hija por estar viendo el teléfono - verdad cariño?

- Ah? si, esto se acabara pronto y volveré.

- Papá llevas enojandote con tu teléfono desde hace días, podrías comprar uno nuevo en amazon y de paso comprarme el nuevo videojuego de peleas que te mencioné ayer.

- Anthony! - Amanda regañaba a su hijo por querer siempre comprar cosas y no hacer nada más que jugar.

- Si, esta bien - decía el pelinegro haciendo que todos lo miraran sorprendidos, estaba claro que Daniel tenía toda la atención a su celular y lo único que lo explicaba era un posible nuevo trato con alguna empresa.

Pero no era así, Daniel estaba en Facebook viendo la conversación que tenía con el rubio " Ya arreglaste la camioneta?", "No", " Si la vas a llevar al concesionario?" era lo único que estaba en el chat y aún así lo leía una y otra vez por horas tratando de escribir algo para que Johnny contestara pero las ideas nunca eran buenas.

El día siguió, dejó a sus hijos en la escuela y se fue al trabajo dejando de lado todos los problemas y enfocándose unicamente en las ventas, todo parecía ir bien incluso iba a salir a comer con Amanda en el descanso, había vuelto a ser el Daniel de siempre resignándose a perder esa camioneta y a seguir con su vida normal.

Después de algunas horas en el concesionario fue a cerrar su oficina para poder salir a comer cuando su celular vibró, lo sacó de su bolsillo mirando de reojo todas las notificaciones que se había perdido por el trabajo y una resaltaba entre todas "Hoy la llevo, solo la dejo en el estacionamiento?" Johnny por fin le respondía e iba a devolver la camioneta "No, tengo que hacer papeleo y me ayudaras con eso".

- Surgió algo importante Amanda, tendré que quedarme aquí a hacer papeleo - decía dándole un beso en la mejilla a su esposa.

- Vaya, es  nuevo que el papeleo te haga tan feliz - decía Amanda mirándolo a los ojos tratando de adivinar que era lo que tenía su esposo, últimamente lo veía tan raro y justo cuando empezaba a mejorar quería quedarse a seguir trabajando.

- No estoy feliz, solo que será un pendiente menos y podré volver al dojo.

- Esta bien, quieres que me quede y  te ayude?

- Oh no cariño, puedo yo solo.

Su esposa lo miraba sorprendida por su nueva actitud y se fue a comer a algún lugar, mientras que él daba vueltas por la concesionaria viendo si faltaba algo o tenía más pendientes hasta llegar a la parte de arriba donde se podía ver todo el lugar.

Miraba abajo a las pocas personas que estaban ahí y su estomago empezaba a reclamarle comer algo, quería bajar para poder comer unas palomitas pero sus ojos seguían mirando abajo, y pudo alcanzar a ver el cabello rubio de Johnny entrar por la puerta principal. Su estomago ahora tenía una sensación extraña y sus manos empezaban a sudar.

- Qué rayos me pasa? - decía para si mismo bajando rápidamente la escalera.








Insomnia - LawRussoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora