𝟘𝟙

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Seokjin no consideraba su vida problemática, pero si aburrida y desganada

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Seokjin no consideraba su vida problemática, pero si aburrida y desganada. Ya había obtenido todo lo que alguna vez se propuso: se graduó de una profesión, tenía dinero, auto, casa y amigos; no era la gran cosa pero si lo suficientemente aceptable para él.

Sin embargo, habiendo obtenido todo aquello su «ejemplar vida» según las escépticas personas, se tornó aburrida y significativamente nefasta, dándole paso a la increíble necesidad de experimentar nuevos cambios.

Era mundialmente común adoptar un «pequeño» y hacerte responsable de ellos sin un determinado tiempo, tan común cómo traer al mundo a niños, pero con la diferencia de que los «pequeños» eran generalmente más queridos y planeados.

Irónico pero verdadero.

Seokjin quería probar si su desgracia de vida podía tornarse tal vez... ¿Diferente? O quien sabe qué, él solo quería salir de su no tan agotadora vida de joven millonario y casi siempre solitario. Tenía amigos, claro que lo tenía.

Dos.

Los cuales veía todos los irremediables días, no se quejaba, los ama y aprecia demasiado tanto que a veces quiere patear sus traseros lejos de su vista, por el simple hecho de estar cansado de ver sus caras todos los días. Pero eran sus amigos, sus hermanos: tampoco podía vivir sin esos dos.

Al respecto de tener un pequeño, estos dos lo habían señalado cómo un loco, diciendo que era muy joven para tal responsabilidad, pero a Seokjin le importó tres kilos de papa. No iba deshacer su decisión por esa idea tan retórica.

No había un rango exacto para empezar a ser un «cuidador» simplemente era cumplir algunos eficaces requisitos, cómo: tener un trabajo estable, comodidad, suficiente dinero para no matarlos de hambre y disponer de tiempo para su atención.

Él tenía todo eso y de sobra.

Así que aquí lo teníamos, al otro lado de la ciudad; en uno de los «centros de pequeños» menos prestigioso y conocido. Normalmente, cómo únicamente gente adinerada y estúpidamente creídas, adoptaban pequeños, existía una gran variedad de centros en la ciudad; donde estos prácticamente vivían cómo pequeños reyes.

Pero Seokjin no era desconsiderado, a él simplemente no le interesaba la jerarquía o vaya a saber que mierda; tenía el conocimiento de que existían estos centros olvidados donde mantenían a los pequeños desafortunados que por una u otra razón estaban ahí [generalmente abandonados y recogidos de la calle.] pasando por necesidades y esperando a que un alma aparezca para darles una vida mejor.

Y quien mejor que el perfecto y hermoso Seokjin.

No iba a llevarse a todos, pero algo era algo ¿no?. En un viaje de más o menos dos horas en carretera, por fin la molesta voz del GPS anunció que había llegado a su destino. Después de aparcar su auto de mejor manera, bajó y su cara se tornó en un legible disgusto.

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