Parte 2: un cerezo vivo con té caliente.

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Kaoru llevaba buscando a Kojiro todo el día, quería decirle a su mejor amigo que Ainosuke lo había invitado a salir.

Preguntaba pero nadie sabía en donde estaba; hasta que lo vio. Encerrado en su mundo sentado bajo un árbol de cerezo, era Abril y los árboles de cerezo comenzaban a florecer.

Algunas hojas caían de aquel árbol enorme mientras Kojiro se dejaba llevar por ellas cerrando sus ojos y sintiendo las delicadas hojas caer por su cara, amaba sentir aquello y sólo había una persona que con sus manos delicadas, lindas y suaves lograban hacerlo; su mejor amigo.

Desde hace un tiempo que el peli verde sentía aquella extraña sensación al ver a Kaoru, cuando sonreía, cuando se molestaba o cuando patinaba.

Describir aquello era imposible, la cabeza y el cuerpo de kojiro no reaccionaban cuando estaba cerca de él, sabía que le gustaba o le atraía al menos, no podría decir que era amor o algo parecido piensa que tal vez sólo es algo pasajero.

―¡Kojiro!

Ahí estaba, él.

Su mejor amigo venía corriendo hacia él con su sonrisa alegre y su pelo largo sostenido por una coleta, sus pircings dejándose ver, sobre todo el de su lengua y el de su ombligo. Y las más notables, las de sus orejas.

Le daba risa la manera en la que le decía que odiaba que se le enredaran con su pelo.

―Córtate el pelo entonces.

―Jamás.

―Quítate los aretes entonces.

―Menos.

Kaoru llegó hasta él y lo abrazo, lo cual era extraño. Kaoru no era el tipo de persona que demostraba ese tipo de afecto, ni siquiera con su familia. Kojiro lo tomo de la cintura y lo sostuvo, entonces, su mejor amigo dijo aquellas palabras que no pensó escuchar.

―Ainosuke me invito a salir.

Y okay, su cuerpo se tensó.

No sabía qué hacer, cómo reaccionar pese a que nunca sabe cómo hacerlo con él.

Ahora menos.

Kaoru dejo de sostenerlo por un momento, se agacho poniendo sus rodillas en el pasto y verlo a los ojos; ahí estaban, dos brillantes estrellas y le sonrió cálido y lindo, ahora realmente cree que lo quiere más que a un amigo.

Ahora salir con ellos era algo...incómodo.

Patinaban un rato, tenían carreas pero al volver, al volver Ainosuke sostenía de la cintura a Kaoru y besaba su mejilla tiernamente o le susurraba algo al oído y éste reía fuerte.

A veces ni siquiera volvía con ellos porque no quería estorbar.

―No seas tonto, no estorbas, nada ha cambiado.

Le había dicho Kaoru pero todo había cambiado. Algunas veces, Ainosuke esperaba a Kaoru fuera de la escuela y se iban juntos, algunas veces, Kojiro los veía mientras pasaba con su patineta cerca de las casas de ellos y se besaban.

Las manos de Ainosuke en la cintura de Kaoru mientras el otro intentaba seguirle el ritmo y se ponía de puntitas. Bufaba, luego, comenzaron las chicas.

Comenzó a hacer ejercicio, mucho y las chicas no pasaban eso por alto, lo notaban y a Kojiro le encantaba tener la atención de ellas, salía con una, luego con otra y otra. Su vida romántica comenzó a muy temprana edad pero eso no importaba porque él amaba besar chicas, acariciarlas dulcemente y enredar sus dedos en su pelo.

El pelo de Kaoru creció, rosado, lindo, limpio. Él creció. Y también cambió.

Conforme fueron pasando los meses, los músculos de Kojiro crecieron y ahora se veía más grande.

―¿De dónde salió todo eso?

Volteó para encontrar al dueño de esa voz. Kaoru le sonrió entrando a su habitación, dios mío, ¿desde cuándo no lo veía? Siente que han sido años pero en realidad sólo han pasado meses, muchos para que Kojiro tenga esos monstros en sus brazos.

―Hey.

―Hola. Lamento venir sin avisar. Seguro tienes planes con alguna de tus...chicas.

―No importa, ninguna de ellas es mi chica en realidad. Las relaciones son complicadas.

―¿Siempre les dejas en claro que no quieres nada serio?―Pregunta divertido.

―Siempre...tus pircings...―Kaoru se sonrojo y paso su pelo detrás de su oreja, no había nada ahí, ni en su lengua.

―Los quite. El de la lengua se me infecto y bueno los de las orejas, ya sabes se me enredaba el pelo.

―¿Ha pasado algo?―Kaoru niega y se muerde el labio, al mismo tiempo que las lágrimas quieren abandonar sus ojos y entonces comienza a llorar. Kojiro lo sostiene entre sus fuertes brazos y deja que su mejor amigo llore todo lo que quiera.

Duran así unos minutos. Ahora se encuentran sentados en la cama de Kojiro.

―Dice que no puede mantener una relación a larga distancia y que es mejor terminar las cosas aquí antes de que se vaya.

―¿Lo amas?―Pudo haber dicho cualquier cosa pero eso fue lo primero que salió de sus labios.

Kaoru niega, luego asiente.

―No lo sé Joe, ¿qué es el amor?

―Lo descubriremos luego. ¿Quieres una taza de té?― Asiente.

Kaoru sabe que debe estar triste por haber terminado una relación a la cual le tenía esperanza pero también sabe que debe estar feliz porque la persona que quiere irá a cumplir sus sueños y no puede arrebatarle eso.

Las cosas entre ellos siguen iguales. Después, llega la graduación y es cuando Kaoru se siente más solo porque Ainosuke se fue y porque ahora, su mejor amigo le hace sentir cosas inexplicables, y porque, lo tiene frente a él leyendo una carta de una universidad a la cual al parecer, fue aceptado.

―¿I-italia?―Kojiro asiente.―es muy lejos.

―Son sólo dos años, además, te llamare y escribiré todos los días haciendo que te hartes de mí, cuatro ojos.

―Cállate gorila. Te haré una lista con las cosas que me debes traer de Italia.

―¿Tengo cara de sirviente o qué?

―La tienes de un gorila malhumorado, no sé porque las chicas se vuelven locas por ti.

―El secreto está allí abajo.―Kaoru rueda los ojos y ayuda a empacar.

Las flores de cerezo estaban más vivas que nunca.

SK8♾️ |one shots|🛹Where stories live. Discover now