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                  Hay un dicho que dice que las personas cuando están a punto de morir comienzan a decir todas las cosas que callaron durante años para no llevarse eso al más allá.
Algunas veces contaban secretos, experiencias vividas o sueños que tenían y ya no pueden cumplir.

Hermes, a pesar de estar con un pie en el otro lado, había develado que aquel dicho era cierto, pues el chico no sabía cómo cerrar la boca.

—Nyx, tengo que confesarlo, utilicé tu cepillo de dientes porque no conseguí el mío.

—¡Hermes! —la de ojos rasgados pega un grito al escuchar aquello, apretando el volante para evitar golpearlo—. Si esa bala no te mata, lo haré yo.

La chica tiene los ojos rojos e hinchados debido al llanto incontrolable que la atacó hace unos cuantos minutos atrás, nunca perdía el control de sus emociones pero ver a su mejor amigo bañado en sangre y con la mirada perdida la desarmó por completo.

Con ayuda de Apolo consiguieron reclinar el asiento para que así ella tomara el control del vehículo, Hécate había sido orillado a disparar a los carros que los seguían con las pocas balas que tenían. La doctora del grupo intentaba detener la hemorragia, pero se le hacía difícil teniendo en cuenta las múltiples curvas que tomaban.

—Nos estamos quedando sin balas. —Hécate tiene la mirada fija en las calles, apuntando con una precisión demasiado perfecta para alguien que no había recibido el entrenamiento que todos los otros miembros del equipo debieron pasar— Y las camionetas se acercan con rapidez.

—¿Lograste contactarte con Némesis?

Nyx aprieta su agarre en el manubrio, sus nudillos volviéndose blancos debido a la acción. Con un movimiento de cabeza le indico a Apolo que todavía no recibían respuesta.

Habían perdido la conexión entre ellos y la base, estaban completamente solos.

—¿Qué t-tal está? —la pelinegra se aclara la garganta para eliminar el tartamudeo—. ¿Puedes cerrar la herida?

Polo solo tuvo que alzar la mirada para hacerle saber que la situación estaba en su contra en todos los sentidos posibles, le había aplicado un torniquete para detener el sangrado pero la herida es demasiado grave como para poder lidiar con ella en las condiciones que estaban.

—No puedo estar segura si tocó algún tendón o músculo. —las palabras fueron ácido en la boca de la morena— La bala todavía está dentro de él, puedo intentar sacarla pero… pero no…

Polo no se permitió terminar esa oración, se volteó para tratar de conseguir su mochila mientras pensaban en algo que pudiera ayudarla.

—Diganle a Némesis..q-que si sobrevivo tendrá que aceptar…. que tiene una relación con A-Ares. —una tos lo ataca, provocando que la sangre emerja con violencia de su hombro.

—Se los dirás tú mismo. —asegura Apolo, sonriendo de lado, ocultando la agonía que tenía por dentro— Ahora yo..—

Una sacudida inesperada toma el auto cuando esté se estrella contra una viga que salío de la nada. La bolsa de aire explotó contra Nyx y la pelinegra al mantenerse recta no sufrió tanto por el choque. Un hilo de sangre corría por su sien, asegurando una cortada.

Por otro lado, Apolo se golpeó contra el asiento del copiloto, su cabeza dándole vueltas debido al repentino ataque. Hécate no se encontraba mejor, su cuerpo salió proyectado hacia atrás y tuvo que sostenerse de los asientos para no golpearse con los vidrios de las ventanas. Algunos pedazos de cristal se incrustaron en sus manos.

Los Hijos De América. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora