Mamá de 7

Parte 6

Esperamos el tiempo necesario y decidimos ver el resultado, a decir verdad tenía miedo y sentí que se complicarian las cosas pero si venía otro bebé en camino, podría con eso, volvía a trabajar en una semana y eso me tenía entusiasmada pero si el resultado era positivo, estaba en un gran problema.

Pía miro primero y su cara lo dijo todo, eran positivos, tenía un bebé creciendo dentro mío, otra vez. Y dos bebés creciendo al lado mío, no sabía que hacer pero tenía que seguir, iba a poder estaba segura.

Ese día Teo volvió tarde, más tarde de lo normal, discutimos, yo estaba cansada y el se negaba a cambiar, volvió a decir que estaba loca y que lo dejé en paz.
Paso una semana, volvía a trabajar, fue difícil la reincorporación pero nunca me sentí tan bien, trabajaba en lo que amaba y la verdad necesitaba hacer algo que a mí me guste un rato, las bebes demandaban mucho y yo apenas tenía tiempo libre, trabajaba de 8 am a 8 pm, las nenas estaban con sus tías, Priscila las cuidaba de mañana cuando Pía trabajaba, Pía volvía a las 12, se quedaba con ellas y Priscila se iba a estudiar, realmente me daban una mano increíble, no se que hubiese hecho sin ellas.

A eso de las 16 decidí llamar a la oficina de Teo, él era abogado, quería saber si podía pasar a llevarle pañales a las nenas, así Pía no tenía que salir con las nenas.
La respuesta de la secretaria me dejó sin palabras, me dijo que Teo no estaba y que hace semanas no iba a trabajar, había sacado licencia por paternidad, estaba totalmente anonadada, por paternidad??? ni siquiera estaba en casa en todo el día, ni yo saqué tantos días por maternidad y él si, estaba furiosa.

Ese día llegue y el todavía no había llegado, le conté a Pía y le pedí que se vaya, quería esperarlo y ver que me decía. Cuando llego yo gritaba queriendo que me explique y él solo decía que la secretaria se había confundido, que no eran así las cosas, que yo estaba loca y que nunca confiaba en él. Con todas las peleas que teníamos no tuve tiempo de decirle que estaba embarazada y el por supuesto nunca lo notó.