Capítulo 8 "Kings & Queens"

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La noche se encontraba en calma, solo se escuchaba el ruido de los grillos cantando y un silencio sepulcral que habría asustado a más de uno

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La noche se encontraba en calma, solo se escuchaba el ruido de los grillos cantando y un silencio sepulcral que habría asustado a más de uno.

Con los ojos cerrados inhalaba y exhalaba lentamente, trataba de relajarme.

—Olsen—abrí mis ojos y le hablé al chico junto a mí, que, al igual que yo se encontraba sentado en la posición de flor de loto.

—Mmm—sus ojos no se abrieron. Si no estuviera respirando podría pensar que estaba muerto. Se hallaba tan quieto que podrían llegar a confundirlo con un árbol del prado.

—¿Por qué hacemos esto?—volví a preguntar.

Olsen suspiró cansado de evadir mi pregunta. Le había formulado la misma pregunta alrededor de unas 8 veces y en ninguna obtuve una respuesta coherente de su parte.

Aunque, después de todo era Olsen, no sé qué esperaba.

—Ya te lo dije Zarah, el alma es un hilo que no puede tensarse demasiado, debes aprender a hablar con el universo para que tu hilo no se tense.

Seguía sin entender nada de lo que decía.

Volví a cerrar los ojos e inhale una vez más. Traté de relajarme y despejar la mente.

Después de que habíamos partido de Moscú hace ya 3 días no había podido dormir bien. Debido al poco espacio todos debíamos acomodarnos y esto resultaba en que pareciéramos una piña de lo unidos que estábamos.

Iba adaptándome poco a poco, los chicos me trataban bien y no tenía molestias mayores que los ronquidos de Lara.

Bueno y Apple que era un poco irascible y aún no podía acercarme mucho a ella si no quería salir herida. Y ya no eran simples suposiciones, ayer intentó tirarme una cuchara.

Por la falta de sueño siempre me despertaba antes que los demás y en ese tiempo procuraba utilizar el baño ya que cuando la manada despertaba esto se convertía en una lucha a muerte por el sanitario.

Luego de usar el baño salía al exterior y miraba un poco los alrededores hasta que Olsen decidía despertar y hacer esto que aún no descubro que es.

Ahora estábamos en un área verde, todo lo que nos rodeaba eran árboles y más árboles, todavía no amanecía y Olsen decidió que era buena idea que hoy hiciéramos este extraño ritual sobre el techo de la caravana.

Desde que estaba con ellos Olsen había sido con quien estaba más a gusto. No entendía la mitad de lo que decía y era un poco rarito, y no entendía su afición por la comida verde pero de alguna forma nos entendíamos y teníamos algo así como una amistad.

O eso me gustaba pensar a mí.

—Olsen—lo llamé tocando su hombro con mi dedo índice.

—Mmm…

El Mundo de Zarah Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz