Y UN RAMO DE GIRASOLES｡ hyunho ✔️

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era el hombre más bello que hyunjin jamás en su corta vida había visto.

y los pocos años que tenía le bastaban para asegurar eso, aunque sus amigos insistían en que el chico no era otra cosa sino inalcanzable para el soñador que suspiraba observando con anhelo y amor en las pupilas a su vecino jugando basketball cada tarde después de la escuela en el parque de la colonia, ese al que ya se le había hecho costumbre ir.

todo comenzó en marzo. poco antes del comienzo de la primavera. hyunjin recuerda ese día con una mezcla agridulce de sensaciones, porque el primer encuentro con su bello hyung no puede ser descrito de otro modo que vergonzoso. era temprano por la tarde, justo a esa hora del día cuando sube más alto el sol y en la que por algún motivo que todavía no entendía, a jisung le parecía la hora perfecta para salir a correr. y de paso arrastrarlo a él en el proceso.

"seamos saludables, jinnie" fue la excusa que utilizó su mejor amigo y vecino de enfrente, mientras calentaba en su lugar, con una banda deportiva en la frente y un pants holgado que le quedaba demasiado grande.

tiempo después, hyunjin entendió que el bajito no tenía ninguna intención saludable en su ejercicio diario después de la escuela. y lo entendió en el momento que, tras una semana de correr media agonizante hora bajo el sol, el hijo de la amable y adorable señora bang, christopher, salía muy campante con un balón de basketball debajo del brazo rumbo a las canchas del parque. parque donde corrían.

y oh, vaya que se sintió usado.

jisung lloró colgado de su pierna implorando perdón las horas suficientes para causarle algo muy parecido a la lástima y fue como le tuvo misericordia, perdonando al muchacho que con los ojos rojos y la nariz llena de mocos, explicaba su triste situación. había caído rendido por ese alto y algo pálido muchacho, que lo atendía siempre muy amable en el restaurante al que acudía sólo para verlo, entregándole su pizza calientita con una gran sonrisa. evidentemente tanta comida italiana le había hecho mella y jisung se encontró a sí mismo cerrando a presión el pantalón de su uniforme. christopher por el contrario cada vez estaba más bueno (eso dijo jisung) y al chico no le quedó otra opción que hacer ejercicio, matando así dos pájaros de un tiro.

hyunjin admite que siempre ha sido un romántico. tal vez por eso escuchó atentamente la historia de amor gordo que contaba su amigo abrazado de su pierna, en el suelo, y decidió perdonarlo por arrastrarle a la agonía.

fue al día siguiente, mientras calentaban trotando diligentemente, cuando hwang hyunjin de 17 años miró, por primera vez y con sus ojitos, como el cielo se abría dejando caer a la tierra un brillante rayo de sol que iluminaba a un muchacho castaño de hermosos ojos felinos. el mundo avanzó en cámara lenta, su corazón brincó en su sitio, se le abrió la boca de asombro, los ángeles cantaron mientras ese chico caminaba, botando un balón y hyunjin se cayó de boca sin posibilidad de meter las manos.

fue horroroso.

-¡hyunjin! -alcanzó a gritar jisung pocos metros adelante, antes de que el susodicho estampara contra el suelo apenas logrando meter las manos y se aproximó a ayudarlo, apenas logrando levantarlo un poco sobre sus rodillas, viéndole la cara raspada y roja de vergüenza. -ave maría purísima, que golpe te metiste...

-¿estás bien? -el ángel castaño se acercó corriendo al muchachito en el suelo, quien tropezó con el tubo que sostiene el sube-y-baja mientras trotaba.

hyunjin abrió la boca pero de ella no salió nada que no fuese un sonido sumamente vergonzoso, muy parecido a un "ah" lelo y aletargado mientras el castaño lo levantaba de un brazo, ayudándole a hyunjin a ponerse de pie y a jisung a sostenerlo.

-creí que te habías hecho daño... -continuó, inspeccionando rápidamente al adolescente, quien sólo tenía un poco de tierra en las rodillas y las manos raspadas. -pero no parece nada grave -ésta vez, se dirigió al castaño más bajito -estudio enfermería, ¿quieres que revise a tu amigo?

-¡n-no! -articuló torpemente el más alto de los tres, quien todavía sentía como sus manos y rodillas palpitaban de dolor y su corazón de amor -estoy bien, gracias, en serio. fue un rasguño.

-¿seguro? caíste de pura cara -objetó jisung, recibiendo un codazo en las costillas que le hizo callar.

el estudiante los miró a ambos en silencio, con la mirada preocupada sobre las lesiones del pelinegro y los labios contraídos. suspiró, aceptando la última palabra del herido en cuestión.

-de acuerdo, tengan cuidado por favor -aunque lo dijo para ambos, se mantuvo siempre mirando al más alto. -soy nuevo en el vecindario, así que espero verles pronto -una sutil sonrisa de dibujó en sus bonitos labios con forma de "m", haciendo a las mariposas en el estómago de hyunjin volar encantadas -me llamo minho, mucho gusto. si necesitan algo, no duden en decirme.

y fue así como las libretas de hyunjin de llenaron del nombre de hyung.