•Epilogo•

1K 124 367
                                    


Algún tiempo después...

Miedo. Eso es lo único en lo que puedo pensar. Veo sus fotos todos los días, y repito en mi mente todo lo que anoto en mi libreta, cualquiera que me viese ahora mismo pensaría que estoy loco; y lo más probable es que tenga razón, pero esta a sido la única manera que e encontrado de mantenerla en mi mente.

Su anillo aún sigue en mi dedo, juego con el con mi dedo como lo solía hacer cuando tomaba su fría mano roja llena de heridas.

E llamado a Emma durante este tiempo para que me dé más detalles sobre su terapia, y hasta ahora estoy convencido de que si podría ayudarme, no quiero pensar que ya es demasiado tarde, Bri me pidió que no me diese por vencido y no quiero fallarle una vez más.

Mis días se han vuelto casi una rutina.

Por el día salgo a trabajar en una editorial muy famosa acá, gano más de lo que pensaría ya que además de tener que darle el visto bueno a los nuevos libros que llegan, también tengo que  ver toda la parte económica de la empresa, lo que hace que me paguen como si fuera dos trabajadores.

Por las noches es siempre igual, llego con el corazón en la garganta esperando que ella esté ahí. Aveces hay días en donde no esta, y eso me enoja y asusta mucho, pero los días que si esta, la saludo, luego voy al álbum y a las notas y las leo unas 5 veces, Emma me había recomendado eso para "Trabajar mi memoria" así que lo hacía todas las noches, y a veces por el día. Después ceno algo, me baño y le cuento mi día hasta quedarme dormido. Y así hasta el siguiente día.

Aún con lo distraída que tengo mi mente por el día, eso no ha podido contrarrestar el vacío que sigo sintiendo cada vez que en mi mente salta la imagen de su rostro, o cuando paso por el puente y recuerdo nuestras conversaciones.

Es algo con lo que tengo que vivir continuamente, no porque quiera, muchas veces (Más de las que me gustaría) he pensado en terminar mi agonía. Pero hacer eso significaría romper una promesa, y me prometí a mí mismo y a ella no volver a romper más promesas.

NOTA:

Hoy me di cuenta de algo. Ya no recuerdo su voz. Intento con todas mis fuerzas tratar de recrear ese sonido pero mi mente queda en blanco; no le he dicho ni a Stephen ni a Emma sobre eso, se lo que me dirían, y aunque no quiera sé que tienen razón.

Tengo miedo de que un día lo único que me quede sean sus fotos, y los vagos recuerdos que ahora navegan por mi mente.

•••

Abro mi laptop y busco el número del psiquiatra que me había recomendado Stephen. No sé cuándo empezare oficialmente mi tratamiento, pero este es un paso que no me había atrevido a dar nunca, aun cuando es pequeño, el solo ver ese número en mi pantalla hace que tense mi mandíbula.

-¿Hola?- Saluda una voz




•••




4 años después...

Hoy se supone que me encontraré con Emma y Stephen, no los veía desde su matrimonio hace unos cuantos meses así que tampoco les he contado sobre Ann; La cual probablemente esté aun estudiando o en la oficina saliendo de su práctica.

Estaciono frente al café donde me estaban esperando, entro y doy mi nombre

-Andréw Lefebvre- Digo y me guían hasta la mesa que está reservada.

Aún no llegan, pero de todos modos me siento.

Sigo con la cabeza llena de papeleo, y eso hace que no pueda evitar sacar mi teléfono y enviar algunos correos mientras espero la llegada de mis acompañantes.

If I told you "no" Where stories live. Discover now