Cupido y Satan [kagehina]

🌑Capitulo 10🌑

—¿Como dices?—volvió a preguntar confundido ante lo que acababa de decir el cupido, sin saber a lo que se refería.

—Y-ya sabe... Me gustaría saber de usted.—Habló nervioso y se notó en el rostro del mayor que aún no comprendía del todo.—Me gustaría saber algo de el ser con el que estoy conviviendo por eso... Claro despues si quiere podemos ya sabe... Pero me gustaría saber.—Formulaba como podía sus palabras, no quería sonar extraño despues de todo solamente se usaban para acostarse.

Esperó alguna respuesta del pelinegro pero lo unico que recibió fue unas carcajadas de Kageyama confundiendole y molestandole completamente. Pero esa confusión y molestía desapareció luego de que paro de reir y volvio a hablar.

—Claró, perdón es que eres el unico ser en todo mi ciclo de vida que me ha dicho que quería saber sobre mi. ¿Realmente es necesario?—Hinata avergonzado asintió mientras tomaba asinto en el regazo del diablo.—¿Y bien? Dime.—Ahora que lo pensaba, no había pensado ni preparado nada para preguntarle, solamente se le ocurrió en el momento por los nervios de la situación. Pero no había sido mala idea, la verdad que le gustaba la idea de saber algo de este ser.

—Mm... ¿Se siente o ha sentido solo?¿Es realmente agresivo y aterrador como hoy cuando trato de esa manera a ese demonio?—Kageyama suspiro ante las preguntas hubiera preferido otra pregunta la verdad.

—La verdad si, es bastante solitario que todos te tengan miedo. Pero ultimamente no me he sentido solo.—Miró con cierta sonrisa al ser que brillaba.—Solo si me hacen enojar soy así, ¿como demonios creen que voy a reaccionar ante sus malditas incopeetencías?—Hinata asintió.

—¿Le desagra la luz?—Negó.—¿Le gusta tener el poder que tiene?—volvió a negar.—Y... ¿Por que me pidió a mi de ayudarnos mutuamente?—

—Te soy sincero... Eres el unico ser que en un par de siglos logro levantar esta cosa.—

—¿Levantar que?—Preguntó con inocencia.

—Provocarme una erección.—Comprendió tornadose de un rosa muy notorio entreteniendo al mayor el cual soltó una risita por lo obvios que eran sus sonrojos.—Dijiste que tambien querías hacer eso despues de esto, ¿O me equivoco?—Trató de cortar las rondas de esas preguntar para ir directo al grano. Con una mano apretó ligeramente su trasero provocandole un gran sobresalto al angel que se puso nervioso al instante sabiendo lo que se venía.

—E-espera tengo más preguntas.—Intentó excusarse.

—¿Ah sí? ¿como cual?—Introdució una mano en su camisa, deslizandose por la espalda y luego subiendo a su pecho. La mente de Shoyo se había quedado en blanco, pensó y pensó pero nada, debia enfrentarse a su destino.

—No quiero hacerlo aquí... A la habitación porfavor...—El diablo sonrió ladinamente y le cargó caminando hasta la habitación. Shoyo se avergonzó al ver que algunos seres del templo que le miraban siendo cargado por el más alto, escondió su rostro en su pecho y esperó a ser arrojado en aquellas sabanas que juraría que ya se acordaba de memoría.